Los inversionistas mundiales prefieren a Estados Unidos, no a China. Charles Kaupke

La ortodoxia sostiene que la creciente economía de China representa una seria amenaza a la posición de Estados Unidos como superpotencia económica mundial. Los medios de comunicación y los políticos repiten incesantemente que Estados Unidos está perdiendo a manos de China mucha de su base manufacturera y, en consecuencia, los trabajos americanos están desapareciendo. Muchos americanos que se creen estas afirmaciones votan por políticos que prometen “proteger” de la competencia extranjera los empleos de Estados Unidos.


Al echar un vistazo a las cifras se revela que, contrariamente a la afirmación de que las empresas prefieren invertir en países de bajos salarios como China, resulta que Estados Unidos es el imán más fuerte del mundo para dólares de inversión.
Fíjese en las tendencias recientes de la inversión extranjera directa (FDI) que mide la inversión en fábricas y otras empresas en comparación con la inversión indirecta en acciones y bonos.
Según el Banco Mundial, la FDI en Estados Unidos ha sido superior a la FDI en China todos los años, excepto en un único caso desde 1970. Dicha excepción se dio en 2005 cuando la FDI en China para este año fue de aproximadamente $4,570 millones más que la FDI en Estados Unidos. Desde entonces, los inversionistas extranjeros han canalizado 54% más dinero hacia Estados Unidos que hacia China. China ha recibido $759,000 millones en nueva inversión extranjera directa desde 2005 mientras que Estados Unidos ha recibido cerca de $1.17 billones.

En el año 2010, aunque los comentaristas se quejaban de que se estaban externalizando los puestos de trabajo de Estados Unidos hacia China, los inversionistas extranjeros continuaron favoreciendo a Estados Unidos, invirtiendo $236,200 millones en la economía de Estados Unidos, es decir, un 28% más de lo que invertían en China.
Aunque las escalofriantes historias sobre la externalización de empleos americanos en favor de China siguen dando material para titulares, en realidad, estas cifras revelan que los inversionistas internacionales persistentemente prefieren invertir sus dólares para crear puestos de trabajo en Estados Unidos y no en China.