A un paso de su retorno a Panamá, el único poder con el que cuenta Manuel Noriega es un arsenal de secretos oscuros, por lo que muchos en el país esperan que a su regreso el ex dictador salde sus cuentas pendientes y devele verdades de grandes figuras.
Veintidós años después de gobernar Panamá con mano de hierro, Manuel Antonio Noriega vuelve a su país -AFP
Veintidós años después de gobernar Panamá con mano de hierro, Manuel Antonio Noriega vuelve a su país sin ningún poder ni influencia política, pero armado de la imagen de ser el hombre que mejor conoce los secretos de grandes figuras y fortunas.
El ex hombre fuerte de Panamá, derrocado el 20 de diciembre de 1989 en una cruenta invasión estadounidense, llega extraditado a una cárcel panameña tras cumplir 20 años de prisión en Estados Unidos por narcotráfico y casi dos de sus siete años de condena por lavado de dinero en Francia.
Una de las mayores expectativas que genera su regreso a Panamá es el impacto de posibles revelaciones, pues muchos le atribuyen una "caja de Pandora": secretos conocidos como ex agente de la CIA, antiguo jefe de los servicios de inteligencia y dictador entre 1983 y 1989.
El presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, dijo esperar que "hable" para "saber lo que pasó con todas las personas que aquí de alguna forma se lucraron a costa de los militares y del Estado".
Muchas de las fortunas de Panamá nacieron bajo la dictadura de Noriega y surgen especulaciones en torno a que "el general", que será extraditado con su consentimiento, regrese a saldar cuentas.
"Vamos a saber de muchas fortunas que se hicieron en este país de forma ilegal", dijo Martinelli, al conocer el aval que dio el 23 de noviembre la justicia francesa para la extradición de Noriega, reclamado por Panamá para que enfrente tres penas que suman 60 años por la desaparición y muerte de opositores.
Roberto Díaz Herrera, un coronel ex lugarteniente de Noriega, comentó que el ex dictador tiene información por "si quisiera hacer daño a determinadas personas", a "algunos fósiles".
"Quien debe temer a Noriega aún, si es que hay alguien que le deba temer, sería la CIA como institución y todo ese aparato de intriga y corrupciones", dijo Díaz, que en 1987 lo denunció por corrupción, fraudes electorales y violación de derechos humanos, por lo que estuvo preso y luego en el exilio en Venezuela.
Según Díaz, Noriega colaboró con Washington por instrucciones de la CIA en la venta de drogas para financiar a los "contra" que en los años 80 combatían al gobierno sandinista instalado en Nicaragua tras la revolución de 1979, en lo que se conoció como el escándalo "Irán-Contra".
Otros creen que no va a pasar mucho. "Más bien es una atracción turística. Los turistas van a querer saber donde está e ir a verlo. Si cobran eso, sería una buena taquilla", ironizó el general Rubén Darío Paredes, a quien Noriega relevó en 1983 como comandante de la antigua Guardia Nacional.
"Tienen que preocuparse quienes hicieron negocios con él y no cumplieron con devolver su parte a los familiares", pero aunque muchos creen que si habla "mucha gente se va a estremecer, eso no va a ocurrir, lo que pueda decir son cosas que ya han prescrito, temas que no tienen validez hoy", añadió.
Para Mauro Zúñiga, un opositor a Noriega secuestrado y torturado por militares en 1984, el regreso "va a ser folcklórico, un show", pero aún si hablara "su credibilidad está en entredicho", opinó.
Es "un hombre que necesita de otras batallas políticas, pero ya no hay campo de batalla. El contexto por el cual puede jugar un rol importante se acabó", estimó Renato Pereira, quien fue ministro de Gobierno de Noriega.
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