ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR:
El exterior suele pregonar la condición interior del hombre
William Shakespeare
Después de la encuerada que el 28 de noviembre Ricardo Alemán le puso
(“AMLO copia discurso amoroso de Chávez”), no se explica uno cómo pudo
tener usted el valor, la irresponsabilidad, el desparpajo o el cinismo de
publicar el 6 de diciembre pasado sus Fundamentos para una República
amorosa.
Y como todos son una y la misma cosa, Luis Walton, el dirigente de
Movimiento Ciudadano, el partido al que le cambiaron el nombre pero
no las mañas ni el descaro, luego de acompañarle en el recorrido
decembrino por las 16 delegaciones capitalinas, “coincidió con el
precandidato en que la honestidad, la justicia y los valores son los
fundamentos en que se podrá construir la República solidaria, progresista y
democrática a la que aspiran los mexicanos”, sacándole de plano a llamarla
amorosa…
Pero qué bueno que publicó los fundamentos, don peje; así podremos todos
coincidir, ciertamente, con el diagnóstico del pobre país que tenemos
porque todos vemos y soportamos lo mismo, pero también decidir los que lo
hicieron en 2006, si vuelven a coincidir con su recetario para salvarlo.
Tomo un párrafo de sus fundamentos:
“Cuando hablamos de una república amorosa, con dimensión social y grandeza
espiritual, estamos proponiendo regenerar la vida pública de México
mediante una nueva forma de hacer política, aplicando en prudente armonía
tres ideas rectoras: la honestidad, la justicia y el amor. Honestidad y
justicia para mejorar las condiciones de vida y alcanzar la tranquilidad y
la paz pública; y el amor para promover el bien y lograr la felicidad.”
Tomo ahora, de la columna arriba aludida de mi colega y amigo Ricardo
Alemán, el “Mensaje de amor al pueblo de mi Venezuela” que desde ¡2006!
Chávez les embutió a sus compatriotas, cuando usted trataba de
embutir a los suyos todo lo que entonces le escuchamos:
“Siempre, todo lo he hecho por amor. Por amor al árbol, al río, me hice
pintor. Por amor al saber, al estudio, me fui de mi pueblo querido a estudiar.
“Por amor al deporte me hice pelotero. Por amor a la patria me hice
soldado. Por amor al pueblo me hice presidente, ustedes me hicieron
presidente.
“He gobernado estos años por amor. Por amor hicimos Barrio Adentro.
“Por amor hicimos Misión Robinson. Por amor, hicimos Mercal. Todo lo hemos
hecho por amor.
“Aún hay mucho por hacer. Necesito más tiempo, necesito tu voto. Tu voto
por amor.”
Y por ese mismo amor, Chávez tiene a sus compatriotas como los tiene… ¿Qué
coincidencias encontramos entre el párrafo de usted y los de Chávez? Yo veo
cuatro:
1.- Un montón de mentiras.
2.- La intención de lograr el voto de sus respectivos electores.
3.- El empobrecimiento general de Venezuela como consecuencia del amor de
Chávez.
4.- El empobrecimiento general del Distrito Federal durante la gubernatura
de usted, digan lo que digan sus pregoneros, porque no existe estudio
alguno que demuestre lo contrario.
Ahora, usted, en el párrafo transcrito de sus fundamentos, propone lograr
la república amorosa aplicando “honestidad y justicia para mejorar las
condiciones de vida y alcanzar la tranquilidad y la paz pública”, cuando su
gobierno se especializó en sembrar intranquilidad y confrontación pública
contra ricos, pirrurris, mafias, similares y conexos.
Ahora usted está cambiando odio por “amor para promover el bien y lograr la
felicidad” mediante una constitución moral y un código del bien para hacer
reales todos los derechos que, es cierto, existen en la actual Constitución
pero no en la realidad de los mexicanos, y por más que busco en los
fundamentos el sustantivo responsabilidades, no lo encuentro, don peje,
cuando por ejemplo, en la Cartilla Moral de Alfonso Reyes, entre
otros textos que supuestamente le han servido de apoyo para lograr lo que
Chávez en Venezuela, me permito recordarle que Reyes fue siempre un
creyente de la responsabilidad general como ingrediente fundamental de toda
Nación que se precie de serlo.
Convertido ahora en el mesías predicador del amor entre los mexicanos, lo
que ahora ofrece en realidad es más de lo mismo que suele ofrecer a cuantos
en México necesitan tener alguien en quien creer pero con verdades, don
peje, no con engaños.
Y así, mi mayor deseo para el México de este nuevo año es que toda la gente
pensante y responsable de este país lea, analice, saque conclusiones, haga
juicios sobre los Fundamentos para una República amorosa y los difunda
entre los suyos pero entre los demás también, si es que aspiramos a una
República Justa, a secas.
Porque a fin de cuentas, la justicia es uno de los principales productos
del amor.
lmendivil@delfos.com.mx, m760531@hotmail.com
|
No hay comentarios.:
Publicar un comentario