Dentro de un mes Venezuela tendrá ya al candidato opositor al presidente Hugo Chávez. Henrique Capriles Radonski, Leopoldo López, Pablo Pérez, María Corina Machado, Diego Arria y Pablo Medina
se someterán a unas primarias el 12 de febrero organizadas por la Mesa
de Unidad Democrática, la alianza antichavista que agrupa el intento
opositor más peligroso en los trece años de presidencia de Chávez.
Teodoro Petkoff ha dicho que el 2012 es "El año de la verdad,
en el cual vamos a decidir electoralmente parte importante de nuestro
destino como país”. En un artículo publicado el martes pasado en su
diario Tal Cual, Petkoff resalta que “hasta ahora, salvo alguno que otro
escarceo sin importancia, los partidos de la oposición han dado una demostración de notable madurez,
con un comportamiento sereno, eludiendo provocaciones y manteniendo una
invariable línea democrática”. El periodista y político subraya que
hoy “vencer a Hugo Chávez es ya matemáticamente posible”.
Factible pero no sencillo, abunda, porque el presidente “ha comenzado a
poner en juego el temible instrumento de la intimidación. Sus recientes
jugadas tácticas, apuntan en un sentido non sancto. La
resurrección de Diosdado Cabello, acompañado de su supuesta fama de
‘duro’, y la designación del general Henry Rangel Silva como ministro de
la Defensa hablan por sí mismas. No debe olvidarse que hasta han emitido declaraciones en el sentido de desconocer un eventual triunfo de la oposición”.
Pero quizá el adversario más importante para Chávez en la lucha
política que se avecina sea su salud. Distintos análisis han enfatizado
que, ante la prácticamente nula información que hay con respecto al
cáncer que le aquejó (o aqueja), la campaña electoral será el verdadero termómetro que dé cuenta de la salud del mandatario. Luis Esteban G. Manrique opina en un análisis publicado en infolatam que
“para demostrar que tiene la fortaleza necesaria para enfrentar la que
será sin duda la campaña más dura de sus 13 años en el gobierno, Chávez se ha prodigado en despliegues físicos
mientras que en el terreno económico el gobierno ha vuelto a disparar
el gasto público para asegurarse la lealtad política –y la dependencia
económica- de las bases sociales del régimen”.
El periodista José Vales coincide con Manrique y en su entrega para el diario El Universal de México apunta que “lo cierto es que Chávez ha allanado el camino de su triunfo electoral: el presupuesto del Estado en 2011 aumentó 67% y se espera mantener el caudal de fondos del Tesoro para este año. Las
presentaciones de nuevas obras, como la de 26 nuevos hospitales, antes
de la Navidad, tuvieron todo el color y el olor de estrategias de
campaña, más que de noticias navideñas. Lo mismo que ‘la
inauguración de un centro productor de medicamentos en el 2012’. Nada
parece entorpecer los planes de Chávez, salvo si la enfermedad lo obliga a un ´'repliegue estratégico'".
Manrique alerta que “sin embargo, hay un
campo en el que el gobierno solo ha cosechado fracasos y que puede ser
determinante para que un porcentaje significativo de los venezolanos de
la espalda a Chávez en las urnas: la
violencia. Todos los sondeos revelan que los venezolanos consideran la
delincuencia como el principal problema del país. El 71% cree que la criminalidad no hecho otra cosa que empeorar año tras año. (…)”.
Por lo pronto, una diputada a la Asamblea Nacional, un representante del sector laboral, dos gobernadores, un ex alcalde y un diplomático se preparan para las primarias de las que surgirá el contendiente opositor para las elecciones del 7 de octubre.
***
¿Señora Jefa de gobierno en la Ciudad de México? Además de la Presidencia de la República, los mexicanos renovarán el primero de julio el Congreso (500 diputados y 128 senadores), seis gubernaturas (Jalisco, Guanajuato, Chiapas, Tabasco, Yucatán y Morelos) y la jefatura de gobierno del Distrito Federal, que desde 1997 está en manos de la izquierda.
Los procesos electorales para todos esos puestos están en la etapa de
definición de candidatos. En el caso de la elección presidencial, por
ejemplo, mientras el PRI y la izquierda ya tienen candidato (Enrique
Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, respectivamente), el Partido
Acción Nacional (PAN) tiene aún tres precandidatos: Ernesto Cordero,
Santiago Creel y Josefina Vázquez Mota. El descarte entre ellos podría
tardar hasta febrero.
En el caso de la capital, la competencia electoral ha tomado un giro interesante. El miércoles se supo que el PAN (de presencia marginal y escaso peso en las más recientes encuestas sobre preferencias electorales en la ciudad de México)
había invitado como su candidata a la alcaldía a Isabel Miranda de
Wallace, una ciudadana sin partido que ha construido un liderazgo
nacional luego de lograr lo que la justicia mexicana le negó: con
sus propios recursos encontró y logró que fueran sometidos a proceso
los secuestradores y asesinos de su hijo Hugo Alberto Wallace, desaparecido desde 2005.
Con la decisión del PAN capitalino, ya son dos las mujeres que disputarán la jefatura de gobierno. El PRI se ha decantado por nombrar como su candidata a Beatriz Paredes, quien ya compitió hace seis años y que ahora aparece muy bien posicionada en las encuestas.
Y sólo resta la decisión del Partido de la Revolución Democrática,
organismo político que sábado, domingo y lunes aplicará una encuesta
para elegir a su abanderado, que podría ser también mujer, pues en la
disputa la líder de la legislatura local Alejandra Barrales es finalista indiscutible junto con Miguel Ángel Mancera, hasta la semana pasada fiscal de la ciudad.
Hoy, de las 32 entidades que componen la República, sólo una es gobernada por una mujer: Yucatán.
A más tardar el jueves próximo se sabrá si también la izquierda tendrá
una mujer en la boleta electoral. Sería, de arranque, un hito en la
historia del país el hecho de que la totalidad de candidatos a una
gubernatura sean mujeres. Aunque no sería la primer gobernante mujer del Distrito Federal: Rosario Robles
fue jefa de gobierno 13 meses cuando en 1999 sustituyó a Cuauhtémoc
Cárdenas, que dejó la alcaldía para buscar por tercera vez la
presidencia de la República.
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