El gobierno ha decidió cerrar la
economía aislándonos del mundo. No ve el mercado mundial como una
oportunidad de incrementar el intercambio comercial, recibir más
inversiones y crear nuevos puestos de trabajo sino que, de acuerdo al
discurso esgrimido es para defender a los productores locales y el
trabajo argentino. En rigor, como veremos enseguida, el discurso del
gobierno es solo eso, un discurso más, porque el problema de fondo es
que a la economía argentina le van a faltar dólares y las presiones
cambiarias serán crecientes.
El problema de fondo es que, la
horrorosa política monetaria implementada por el gobierno ha generado
una caída del tipo de cambio real al punto que hoy el dólar está barato.
Dicho de otra manera, si tuviésemos respeto por el derecho de propiedad
y disciplina monetaria y fiscal, muy probablemente el dólar tendería a
bajar porque atraería inversiones. El peso argentino sería fuerte por
las virtudes de la política económica. La competitividad de la economía
no la daría el tipo de cambio sino las reglas de juego. Como las reglas
de juego impuestas por el gobierno son espantosas y solo generan fuga de
capitales, entonces, la economía no tiene competitividad por la calidad
institucional. Inicialmente, cuando el kirchnerismo llegó al gobierno
tenía un tipo de cambio real alto. Con la inflación que generó el
gobierno y el tipo de cambio casi fijo, el tipo de cambio real cayó
hasta niveles cercanos al 1 a 1. Puesto en otros términos, con tasas de
interés altísimas y costos salariales medidos en dólares gigantescos, la
economía argentina no tiene posibilidades de competir. ¿Cuáles son las
opciones que tiene el gobierno frente a este problema de falta de
competitividad? Una es cambiar totalmente las reglas de juego girando
180 grados en el rumbo, algo que está visto no va a hacer. Por lo tanto,
al continuar y profundizar su política de incertidumbre y
arbitrariedades, las opciones que tiene son: a) devaluar el peso o b)
cerrar la economía. El tipo de cambio van a tratar de no moverlo porque
si tuvieron que recurrir a mecanismos tipo KGB para frenar
transitoriamente la fuga de capitales, en cuanto aflojen un poco, la
corrida cambiara se les transforma en corrida financiera. La solución,
entonces, fue cerrar la economía para que el saldo de balance comercial
no les sigua cayendo, y justo en un año en que la cosecha no será tan
abundante por causa de la sequía. En definitiva, el gobierno necesita
frenar la compra de dólares de todo tipo porque el Central está
agonizando con su patrimonio neto y el resurgimiento de la corrida
cambiaria está a la vuelta de la esquina.
Si se observa lo que vienen haciendo en
materia de comercio exterior uno puede advertir que vienen de fracaso en
fracaso, al igual que en el tema inflacionario. Primero pusieron las
licencias no automáticas. Luego obligaron a los importadores a exportar
un dólar por cada dólar que importan y ahora directamente hay que pedir
una autorización para poder importar a un funcionario algo que, a todas
luces, va a fracasar rotundamente.
¿Por qué va a fracasar? Porque Moreno ni
ninguna supercomputadora puede definir cuánto hay que importar de cada
producto, a qué precios y en qué calidades. Moreno cree que puede
suplantar las decisiones de millones de consumidores que todos los días
operan en el mercado de acuerdo a sus expectativas y sus valoraciones.
No entienden, o no quieren entender, que la economía es la
ciencia de la acción humana, lo que quiere decir es que las variables
económicas se mueven de acuerdo a las valoraciones subjetivas de cada
agente económico, valoraciones que, encima, cambian permanentemente.
¿Cuál es la función empresarial? Tratar
de descubrir, mediante las señales de los precios, dónde hay una
necesidad insatisfecha. Para ello arriesga su capital invirtiendo.
Compra bienes de capital, contrata personal, compra insumos y pone un
precio de venta. La hora de la verdad es cuando sale al mercado y el
consumidor decide si compra o no compra un determinado producto. Como lo
he dicho infinidad de veces, no son los costos los que
determinan los precios, sino que son los precios que están dispuestos a
pagar los consumidores por cada bien y servicio los que determinan los
costos en que pueden incurrir las empresas.
Esta medida de dejar en Moreno la
decisión de si un bien se importa o no se importa, implica creer que
Moreno tiene información mágica sobre las necesidades de los
consumidores, que es lo mismo que decir que Moreno puede leer
anticipadamente la mente de cada consumidor y definir qué va a demandar
en el futuro y, por lo tanto, qué insumos serán necesarios importar.
Como Moreno no es una mente superior, no
podrá sustituir al mercado que es un proceso de descubrimiento. ¿Por
qué fracasó la economía de la extinta Unión Soviética? Porque una
multitud de burócratas pretendió sustituir el sistema de precios que es
el que expresa las valoraciones de la gente. Cuando alguien decide si
compra o no compra un producto es porque le otorga un determinado valor
al dinero que tiene y otro valor al producto que quiere comprar. Si le
otorga más valor al bien que a los pesos que tiene, hace el intercambio.
Caso contrario no hace el intercambio. Así se forman los precios en la
economía, en base a valoraciones subjetivas y cambiantes de millones de
personas y empresarios, guiados por los precios buscando dónde invertir.
Al cerrar la economía y definir si una empresa puede o no puede
importar un determinado producto, Moreno está suponiendo que tiene mejor
información que la que tiene el empresario, que tampoco la tiene porque
la realidad es que, como decía antes, el empresario arriesga su capital
buscando satisfacer las necesidades de los consumidores. En su intento
puede ganar o perder.
En términos de bienestar económico lo
que va a suceder es que al cerrar la economía la oferta de bienes será
menor, con lo cual los productos locales serán más caros, o de peor
calidad o ambas cosas a la vez. Si no hay competencia, no hay razón por
la cual esforzarse en ofrecer el mejor producto al precio más bajo. Esto
significará que la gente, con su ingreso, podrá comprar menos bienes,
lo que implica que disminuirá la calidad de vida de los consumidores. La
medida de restringir las importaciones es altamente regresiva porque
castiga con mayor intensidad a los consumidores de menores ingresos,
quienes además de pagar el impuesto inflacionario tendrán que aceptar
productos de menor calidad y a precios más altos. ¿Por qué a los de
menores ingresos? Porque muchos bienes de consumo que se importan son
consumidos por los sectores de menores ingresos.
En definitiva, por tratar de salvarse
como sea, el gobierno está dispuesto a postergar a los consumidores y,
cuando comiencen las protestas, lo más probable es que busquen algún
chivo expiatorio a quien echarle la culpa.
A no engañarse con el discurso oficial.
Esta no es una medida para defender los puestos de trabajo y la
producción local, esta es una medida para postergar el fracaso del
famoso modelo esperando que la suerte les siga financiando las
inconsistencias del famoso modelo, que a esta altura de partido podría
llamarse de exclusión social y degradación de la Argentina, porque lejos
está el modelo de poder atraer inversiones que generen más puestos de
trabajo y mejores salarios. Esa es la forma de defender el trabajo
argentino, creando reglas de juego que mejoren la productividad de la
economía vía mayores inversiones que se traduzcan en mayores salarios y
demanda laboral.
Cristina Fernández ha decidió nombrar a
una suerte de dictador de la economía que decide quién vive y quien
muere, y esa decisión la tomará, no en beneficio del pueblo argentino
sino de un gobierno que lo único que privilegia es el poder que puede
acumular. Si la gente tiene que comprar más caro y de peor calidad, no
importa. Lo que importa es que el gobierno estire la inconsistencia del
modelo porque éste debe subordinarse a las necesidades de poder
hegemónico.
Un simple ejemplo bastará para advertir
como el gobierno subordina el bienestar de la gente a sus necesidades
políticas. Hoy día hay fuertes restricciones a la compra de divisas.
Pregunta: ¿por qué una persona que con el fruto de su trabajo no puede
comprar dólares si así lo desea? Porque la calidad de la moneda
argentina es muy baja. Se derrite por efecto de la inflación. Respuesta
del gobierno: no los dejó comprar dólares con el fruto de su trabajo
porque eso dejaría al descubierto la mala calidad de la moneda que
imprime el Estado argentino. Como las importaciones se pagan con
divisas, entonces el gobierno decidió que la gente se quede en pesos,
limitar la compra de divisas para la compra de bienes importados y
someter a la gente a un doble apriete: te obligó a quedarte con los
pesos de mala calidad y, además, comprás bienes locales porque si
compras productos importados vas a tener que comprar dólares y si
comprás dólares me generás un problema cambiario que atenta contra mi
proyecto hegemónico. Así que yo, El Supremo, voy a decidir qué podés y
qué no podés hacer con el fruto de tu trabajo. Así de fácil.
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