12 enero, 2012

Debería ser Josefina

Leo Zuckermann
Ernesto Cordero tiene un problema. Si gana la elección interna de su partido, ¿cómo va a justificar su triunfo cuando todas las encuestas demuestran que Josefina Vázquez Mota es la candidata más popular entre simpatizantes del PAN, además de estar mejor posicionada para competir contra Peña Nieto y López Obrador?


Porque eso es precisamente lo que demuestran las encuestas. Josefina sigue creciendo entre los electores que abiertamente se identifican con Acción Nacional. En la serie de encuestas de Consulta-Mitofsky, 16% de los simpatizantes panistas la querían como su candidata presidencial en diciembre de 2010. Un año después, en diciembre de 2011, ya era 54%, con una clara tendencia al alza durante todo el año pasado. En ese mismo periodo (diciembre 2010-diciembre 2011), Santiago Creel pasó de 40% de las preferencias a 31% con una tendencia a la baja. Y Ernesto Cordero subió de 8% a 12%, un incremento marginal de cuatro puntos porcentuales. No hay ni puede haber duda: el electorado que simpatiza con el PAN quiere a Josefina como candidata presidencial, y de manera mayoritaria.
Pero no sólo eso. De los tres precandidatos panistas, Vázquez Mota es la que más ha subido en un año en reconocimiento de nombre en las encuestas. De acuerdo con los sondeos de Consulta-Mitofsky, en diciembre de 2010 la conocía 40% del electorado. En diciembre de 2011 ya era 73%, un incremento de 33 puntos. Creel, en cambio, creció de 64% a 76% en el mismo periodo. Y Cordero de 18% a 44%, un aumento de 26 puntos.
Josefina también es la candidata mejor evaluada por aquellos votantes que la conocen. De acuerdo con la más reciente encuesta de Ulises Beltrán, publicada en Excélsior, Vázquez Mota es la que saca la mayor calificación en el Índice BGC-Excélsior de popularidad. Josefina tiene 60.3, Creel 49.3 y Cordero 47.8, en un índice que va de 0 (nada popular) a 100 (máxima popularidad). De acuerdo con esta medición, Vázquez Mota incluso tiene una popularidad superior a Peña Nieto (55.3) y a López Obrador (50.8).
Para redondear este asunto, en los distintos careos que efectúan los encuestadores, Josefina es la que mejor sale en la competencia frente a Peña y AMLO. En la más reciente encuesta de Consulta-Mitofsky saca 21% de las preferencias, Creel 19% y Cordero 15%. En la de Parametría, tiene 28%, Creel 25% y Cordero 23 por ciento.
Los resultados son consistentes: hoy por hoy, la mejor carta que tiene el PAN para competir es Vázquez Mota, según las encuestas.
Ahora bien, sabemos que quienes van a elegir al candidato presidencial panista serán los militantes y adherentes de este partido. Un universo de un millón 800 mil ciudadanos inscritos en el padrón del PAN. Y en este tipo de elecciones internas a la militancia todo puede suceder. Puede ganar el candidato que tenga más apoyos de liderazgos regionales con capacidad de movilizar militantes el día de la elección. En este sentido, sí podría ganar Cordero con una llamada “operación de tierra” eficaz.
Supongamos que así fuera. Pues tendría un problema: ¿cómo justificar su victoria siendo el candidato menos popular de los tres que están en la contienda? ¿Se puede ganar una elección interna de esta manera? ¿Sin ser el candidato preferido de los simpatizantes del partido? ¿Sin ser el más conocido en el electorado general o el mejor evaluado o el más votado? Yo creo que no. Para vencer dentro del partido, un candidato tiene que hacer el caso de que está bien posicionado hacia afuera para ganar la contienda presidencial. Y ese posicionamiento lo tiene, hoy por hoy, Josefina. En este sentido, ella debería ser la candidata del PAN. Estará en manos de los militantes y adherentes panistas que así sea.

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