19 enero, 2012

Es hora de que China apuntale la confianza mundial

LONDRES (Dow Jones)--Ahora es el turno de China.
El panorama de crecimiento mundial ha mejorado gradualmente desde el inicio del año. La economía estadounidense finalmente se está expandiendo otra vez y los precios de las materias primas están aumentando.
Incluso muchos mercados emergentes, ya sea en América Latina o en Asia, están cobrando impulso a medida que comienzan a ceder los temores de una recesión mundial.
Pero ahora es China quien necesita fortalecer realmente este panorama positivo.
CECON_PhotoGetty Images
El secretario del Tesoro de EE.UU. Timothy Geithner estrecha la mano del Vice Premier chino, Wang Qishan, en una ceremonia llevada a cabo el 10 de enero.

Beijing pasó la mayor parte del año pasado desacelerando el crecimiento de China con una política monetaria más estricta para evitar un recalentamiento de la economía y que la inflación se salga de control.
La evidencia de que esa política funcionó continúa aumentado.
Después de crecer a cerca del 12% en un punto del 2010, funcionarios chinos estiman que el crecimiento se desaceleró a entre el 9,1% y el 9,2% durante 2011.
El problema es que es posible que la política haya funcionado solo demasiado bien.
Dado que la zona del euro, el mayor socio comercial de China, continúa en crisis y los últimos datos muestran que el crecimiento de las importaciones en China se ha desacelerado mucho más de lo esperado, aún existen temores de que China no logre el "aterrizaje suave" que busca Beijing.
Una reciente caída en los precios de las propiedades, la cual ha sacudido el sistema bancario del país, ha contribuido a las preocupaciones acerca de que Beijing no está respondiendo con suficiente rapidez.
Desde el inicio del año, el Banco Popular de China parece haber relajado su política de presionar al alza la moneda china, el yuan, frente al dólar, y ha permitido que caiga un poco nuevamente.
Debido a que Estados Unidos está nuevamente en pie de guerra por el fuerte superávit comercial de China, Washington aprovechó esta semana la oportunidad para comenzar a monitorear posibles violaciones en el comercio chino.
Sin embargo, tal vez es el desempeño del índice clave del mercado de acciones de China, el Índice Compuesto de Shanghai, el que muestra la verdadera historia. El índice ha estado cayendo de manera constante desde alrededor del final de 2010, y las pérdidas han seguido creciendo a inicios de este año pese a los repuntes observados en otros mercados asiáticos.
Con una inflación que aún supera el 4%, se cree que el Banco Popular de China ha sido reticente a comenzar a revertir su endurecimiento monetario de manera demasiado agresiva.
Debido a que los precios de los alimentos siguen altos y el malestar social en muchas partes de China aún hierve bajo la superficie, la última cosa que querría hacer Beijing es permitir que la inflación tome vuelo nuevamente en una economía que ya está comenzando a desacelerarse.
No obstante, existen amplias expectativas en los mercados financieros de que la nueva cifra de precios al consumidor, que se publicará el jueves y debería mostrar que la inflación cedió del 4,2% al 4%, será suficiente para convencer al banco central que ahora es apropiada otra dosis de expansionismo monetario, ya sea en la forma de recortes de las tasas de interés o una reducción de los requisitos de reservas a los bancos.
Esto probablemente tendrá buenos resultados en impulsar aún más las perspectivas de crecimiento mundiales y reducir incluso más el modo defensivo en el que han estado muchos inversionistas internacionales en los últimos meses.

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