20 enero, 2012

Italia lo liberaliza todo, como último recurso para sacudir la economía


italia
"Atento, haremos un infierno". Las amenazas de los taxistas en huelga al primer ministro italiano Mario Monti dan la idea del desafío al que se enfrenta su Gobierno tecnócrata.
En contra de las liberalizaciones que el Ejecutivo transalpino ha aprobado no hay sólo conductores de taxis sino también gasolineras, camioneros, farmacias, comerciantes, abogados: todos se preparan a protestar en contra de la desregulación total que el antiguo comisario europeo a la competencia ha preparado para sacudir la economía.
Tras un maratoniano Consejo de Ministros de unas ocho horas de duración, Monti ha comparecido en rueda de prensa para informar sobre el contenido de las medidas aprobadas, dentro de la llamada "fase 2" de su Gobierno, tras el plan de austeridad de más de 30.000 millones de euros de diciembre.
El decreto "Crece-Italia" - como Monti quiso llamarle- es un conjunto de medidas pensado para poner fin a un gran número de privilegios que, junto a deformaciones y trampas burocráticas, ralentizan la economía transalpina.
El elenco de las prebendas exclusivas de los gremios italianos es muy largo y va desde las prerrogativas de diputados y senadores (que a pesar de los sueldos más altos de Europa viajan gratis en avión, tren y autopistas) al desmesurado poder contractual de los taxistas que llevan años oponiéndose a la asignación de nuevas licencias.
Monti al respeto tiene pocas alternativas: con los tipos de interés de la deuda que no bajan, Roma se prepara a entrar en recesión este año; un túnel, ha avisado el Banco Central transalpino, que no tendrá salida ni en 2013 a menos que no se reduzca la prima de riesgo de los bonos del Tesoro.
Tras el ajuste de 30.000 euros aprobado en diciembre, el profesor italiano, para que le salgan las cuentas, tiene que recurrir a los dos yacimientos ocultos de la riqueza del país: la evasión fiscal y las prerrogativas de muchas categorías profesionales. Problemas a menudo entrelazados, ya que entre los pliegues de los privilegios se esconden muchos evasores.
La lucha en contra del fraude a Hacienda ya empezó a finales de 2011 con un blitz en la glamurosa localidad de turismo invernal de Cortina d'Ampezzo: allí la policía fiscal italiana encontró varios dueños de Ferrari con rentas por debajo de los 30.000 euros y, con los controles a la puerta, tiendas y restaurantes aumentaron en un día el facturado del 400 por ciento.

Una señal más...

Ahora el Gobierno pasa a la "fase dos": Monti ha explicado que las medidas son "equilibradas y pragmáticas, pero no tímidas" y tocan prácticamente todos los sectores porque "un régimen de libre competencia es más justo". De hecho el primer ministro (antiguo comisario europeo a la competencia famoso por haber desafiado a Microsoft con una megamulta) ha decidido dar una señal a las corporaciones.
Y tras un primer paso en falso con el ajuste de diciembre (cuando algunas liberalizaciones fueron eliminadas en el Parlamento italiano) ahora vuelve a la carga con un decreto, medida de urgencia que no deja espacio a intervenciones de los partidos.
El objetivo del profesor es "hacer saltar los cuellos de botella que hacen de Italia un país más lento que los demás" Estados de la Unión Europea y más burocrático. Y avisa: "Esto es sólo el comienzo".

Libertad de transporte

Las novedades son muchas y cambian costumbres cotidianas de los italianos.
La mayoría de los sectores están muy cerrados a la competencia y mantienen viejas resistencias gracias al apoyo de grupos parlamentarios. Por ejemplo, los taxistas, cuya mayoría vota a la derecha, forman un lobby que hasta ahora se ha considerado invencible.
Una investigación del Banco de Italia realizada en 66 ciudades señala que las licencias públicas han sido concedidas "gratuitamente a privados", dejándoles libres de revenderlas "a un valor relevante": de hecho una licencia de taxi cuesta en la actualidad más de 100.000 euros.
La receta en la que trabaja el Gobierno italiano para liberalizar el taxi es la de duplicar las licencias dando al mismo tiempo a cada taxista una de regalo para resarcirlo.
La liberalización del transporte, sin embargo afectará también a las grandes empresas, empezando por las públicas como Ferrovie dello Stato, la Renfe italiana.
El decreto prevé la desincorporación de la red de ferrocarriles del grupo que quedaría sólo con la gestión del servicio. Una medida necesaria para incentivar a los competidores privados.
En pie de guerra en contra del decreto están también las sociedades concesionarias de las autopistas: el Gobierno piensa modificar los contratos en vigencia para subir las tarifas a cargo de los gestores, sometiéndoles al control de una nueva agencia independiente.

Servicios públicos

Esta nueva Agencia para las redes se ocupará también de promover y gestionar la separación entre grupos y redes de distribución también en el sector energético.
Monti estudia promover la separación de Snam Rete Gas de su principal accionista: el gigante público de hidrocarburos Eni.
Al mismo tiempo en el sector energético, las gasolineras serán libres de comprar al por mayor hasta la mitad de su carburante, prescindiendo de la marca que aparece en sus instalaciones.
El Ejecutivo transalpino piensa intervenir también en el sector de los servicios públicos locales.
En víspera de una privatización de las compañías que pertenecen a gobiernos regionales y ayuntamientos (proceso que llevaría recursos preciosos en las arcas vacías de los entes locales), el Ejecutivo nacional busca una consolidación del sector a través de nuevas normas que obliguen a la creación de grupos de mayor dimensión para los servicios de electricidad, gas y recogida de basura.

Gremios profesionales

Otro nervio al descubierto es la reforma de los gremios profesionales, que en Italia conforman un poderoso colectivo que goza de amplia representación en el Parlamento nacional.
El Ejecutivo transalpino se encuentra en estos momentos estudiando también el hecho de abolir las tarifas mínimas fijadas por las diferentes asociaciones que reúnen abogados, arquitectos, médicos... De esta manera, en la práctica, como ya es habitual otros países, será el profesional quien tenga que pactar su retribución con el cliente y no guiarse con la tablilla establecida hasta ahora por los grupos gremiales.
El objetivo de Monti es facilitar el acceso al trabajo de los jóvenes profesionales, aumentando la competencia y reduciendo el coste de los servicios para los ciudadanos.
Otra medida es la que se basa en facilitar la creación de empresas en el sector del comercio.
Abrir una tienda en Italia es una largo camino de trámites burocráticos que ahora serán sustituidos por una autocertificación.
Libertad también para la venta de algunos productos que hasta ahora resultaba limitada por ley: a pesar de las protestas de los quiosqueros y de las farmacias será más fácil comprar periódicos y medicinales en los supermercados mientras se quitarán las limitaciones a los horarios de las tiendas.
El Gobierno de Monti estudia también eliminar las limitaciones existentes a la temporada de rebajas. Se trata de medidas que encuentran la oposición de las asociaciones de minoristas preocupados por la competencia de la grande distribución.

No hay comentarios.: