18 enero, 2012

Las dos vidas del Gato Ortiz

Hay poca claridad sobre la detención del ex portero de los Rayados de Monterrey, como el que haya sido aprehendido antes de ser denunciado, pero el caso avanza y llama la atención más allá de Nuevo León.


Omar Ortiz Uribe, enmascarado, cuando defendía la portería de los Jaguares de Chiapas en 2004.
Omar Ortiz Uribe, enmascarado, cuando defendía la portería de los Jaguares de Chiapas en 2004. Foto: Jorge López
MONTERREY, N. L.- En la página de internet de los aficionados del equipo Rayados de Monterrey, laadiccion.net, hay un enlace: “Eternos ídolos del Club de Futbol Monterrey”.
Y ahí, entre esos eternos ídolos de los Rayados, aparece una foto y un recuadro donde se lee: “Omar Gato Ortiz. Portero en épocas difíciles del Monterrey, pero de grandes reflejos y compromiso con el equipo, se identificó rápidamente con la afición, gracias a sus buenas actuaciones. Es uno de esos grandes jugadores Rayados que anda por el futbol mexicano esperando aún volver. Cada que se para en la cancha del Tec es ovacionado como muy pocos”.


Omar Ortiz Uribe, el hombre ovacionado como muy pocos en la década de los noventa y hasta hace casi dos años, cuando recibió una suspensión por dopaje que vencía en abril próximo, ha sido acusado por el gobierno de Nuevo León de ser… secuestrador. Cómplice de secuestros.
El hombre que gusta del rock y de la música norteña, grupera. El hombre que, según un seguidor de los Rayados ahí en El Barrial, donde entrena su equipo, era tan ídolo que la gente se ponía su camiseta como la de pocos. El hombre del cuerpo musculoso y tatuado (tiene 35 tatuajes) que respondía a ese fanatismo a su manera: se compró una camioneta Ram Charger 2500 blanca y le pintó unas líneas azules, líneas de los Rayados, para que la troca pareciera una camiseta del equipo. Y donde veían la camioneta, lo saludaban, lo paraban, le pedían fotos, autógrafos. Ese era el hombre que decía que era un privilegio ser futbolista y que además le pagaran por eso. El hombre que, según expertos periodistas de deportes, ganaba entre 50 y 60 mil dólares al mes en su mejor época. El hombre de cerca de 300 partidos en la Primera División. El que también fue ídolo en Chiapas, en el equipo Jaguares que fue superlíder en 2004 (escuadra que también tenía en sus filas a quien luego sería el malogrado americanista Salvador Cabañas, el del balazo en el Bar Bar). Omar Ortiz. Apodado Gato por sus felinos y penetrantes ojos claros, el hombre que llegó a ser convocado a la Selección Nacional por Javier Aguirre, aunque sólo jugó un partido, ahora está arraigado en la Agencia Estatal de Investigaciones.

Con la playera de Los Rayados.
Con la playera de Los Rayados. Foto: Edgar Quintana/ MexSport
¿SECUESTRADO O DETENIDO?
El pasado sábado siete de enero, el hombre que tantas veces posó orgulloso para las cámaras como estrella futbolística, fue presentado ante la prensa, esposado, como presunto delincuente, junto a otros supuestos criminales que se dice que trabajan para el cártel del Golfo. Y por esas acusaciones, las de haber participado en al menos dos secuestros, por los que habría recibido 200 mil pesos, el otrora ídolo podría recibir, si es declarado culpable por las autoridades judiciales, entre 60 y 120 años de cárcel.
Según las autoridades de Nuevo León, la banda operaba desde hace dos años en la zona sur de Monterrey y en la región citrícola del estado. Aquel día siete, junto al ex futbolista, fueron también presentados Luis Alberto Tamez Hernández, de 26 años; César Acosta Canchola, de 28, y Héctor Eduardo Treviño Urbano, de 26.
El procurador de Nuevo León, Adrián de la Garza, y el vocero de Seguridad del estado, Jorge Domene Zambrano, dieron a conocer los pormenores de la detención: según dijeron, ésta ocurrió tras una denuncia de una de las víctimas, la cual se habría presentado, según dijeron, el jueves cinco de enero.
El dato resulta controversial, ya que el Gato Ortiz fue detenido la noche previa a esa fecha, el miércoles cuatro de enero, poco después de las ocho de la noche, según la denuncia que levantaron sus familiares por su desaparición, después de las 10 de la noche de esa jornada. De hecho, las autoridades reconocieron en la conferencia de prensa que, en efecto, él había sido detenido el miércoles afuera de su casa.
Ortiz salió de su domicilio aquella noche a comprar comida acompañado de un pariente de su esposa; su coche fue interceptado por camionetas que ahora se sabe que eran policiales. Después de las 12 de la noche el tío de su mujer fue devuelto a la puerta del domicilio de Ortiz. Tres días después, el futbolista fue presentado ante la prensa. Durante esos días, la familia y sus amistades lo daban por secuestrado, porque no sabían si se trataba de policías reales o ficticios. El pariente liberado declaró que los hombres que los detuvieron les dijeron que los habían capturado para investigarlos por el robo de una gasolinera. Y 72 horas después, el Gato fue presentado como secuestrador.
A los tres hombres presentados con el futbolista, y a su banda, se les vincula con 20 secuestros en dos años, por los que pedían rescates de cerca de un millón de pesos cada uno. Es decir, en ese lapso habrían obtenido cerca de 20 millones de pesos. Los detenidos, según dijeron las autoridades, también confesaron dedicarse a la venta de droga, específicamente cocaína, actividad en la cual no participaba el ex arquero. Sin embargo, los funcionarios aseguraron que él reconoció ser consumidor del alcaloide. Sus familiares dicen que lo obligaron a afirmar tal cosa y que si le hacen un antidoping saldrá limpio.
Entre los secuestros atribuidos a esta banda destaca el del Armando Gómez, esposo de Gloria Trevi, ocurrido en noviembre pasado, quien fue liberado supuestamente sin que se cobrara el rescate. Según se informó, al momento de la presentación del Gato ya había cuatro denuncias contra el grupo, y se espera que más personas afectadas se acerquen a las autoridades y se amplíen las denuncias.
En aquella rueda de prensa se dijo que la banda la integran otras siete personas que ya son buscadas, entre los que están el líder de la misma, identificado como Jorge Aníbal Treviño Hernández, oriundo de Reynosa, Tamaulipas, quien presuntamente tiene vínculos con el cártel del Golfo.

<i>El Gato</i>, de gorra negra, cuando jugaba con Jaguares de Chiapas junto a Salvador Cabañas (izq.)
El Gato, de gorra negra, cuando jugaba con Jaguares de Chiapas junto a Salvador Cabañas (izq.) Foto: Octavio Hoyos/ Archivo
CAMBIO DE JUEGO
Según las autoridades de Nuevo León, la participación del ex portero de Los Rayados comenzó el año pasado, un año después de que fue suspendido por la Federación Mexicana de Futbol, en abril del 2010, tras resultar positivo en controles antidopaje por consumir un suplemento alimenticio prohibido, así como en los aplicados por la Confederación Sudamericana de Futbol, cuando su equipo disputó la Copa Libertadores. A consecuencia de esa inactividad, el futbolista se quedó sin sueldo y, según las autoridades, su situación económica lo orilló a delinquir, ya que había acumulado cuantiosas deudas.
La labor del Gato, afirmaron, consistía en relacionarse socialmente con las víctimas, para lo cual acudía a fiestas o reuniones, en las que obtenía información económica para posteriormente informar a la banda, a fin de definir quiénes podrían pagar los montos solicitados por los plagiarios. Según estos funcionarios, el hombre confesó que participó en por lo menos dos secuestros, por los que recibió cerca de 100 mil pesos, los cuales gastó en pagar deudas. Los familiares lo niegan y, aseguran, también el Gato.
La detención de los otros presuntos delincuentes se dio el jueves cinco de enero, después de que el Grupo Antisecuestros penetró en una de las casas de seguridad con las que contaba la banda al sur de Monterrey. Durante la captura, las autoridades confiscaron cuatro vehículos. Los detenidos quedaron bajo arraigo, en tanto se amplían las investigaciones para que un juez determine su situación legal.
El jueves 12 la defensa del Gato presentó ante un juez federal una solicitud de amparo contra el arraigo que lo retiene. Al cierre de esta edición de M Semanal el juez aún no tomaba una decisión al respecto. Las autoridades de Nuevo León, por su parte, esperaban para, si el caso así lo requiere, ampliar las evidencias en contra de Ortiz y evitar así que pudiera quedar libre del arraigo.

<i>El Gato </i>da autógrafos en el entrenamiento del Necaxa, en 2003.
El Gato da autógrafos en el entrenamiento del Necaxa, en 2003. Foto: Enrique Gutiérrez/ Archivo
Página de Facebook en apoyo al futbolista.
Página de Facebook en apoyo al futbolista.
LOS AFICIONADOS
En zonarayada.com, otro lugar de reunión cibernético de los aficionados de Los Rayados, se publicó el siguiente texto, titulado “Lo feo de la semana”. “Lo feo de la semana se dio cuando conocimos la desagradable noticia sobre Omar Ortiz. Todos ya sabemos lo que resultó de la investigación de las autoridades y que se confirmó la participación de ex jugador profesional en actos ilícitos. Sin duda alguna se les tiene que castigar a los que participaron con todo el peso de la ley.
“PD: ¿No sería buena idea que la Federación Mexicana de Futbol, sus dirigentes y dueños se involucraran un poco más en la formación de los jugadores como ‘profesionales’? Tal y como lo hace la NFL, en donde todo jugador tiene que tomar ciertos cursos de formación, ética, de cómo manejar su dinero, etc. Muchos de los jugadores están acostumbrados a percibir sumas altas de dinero mientras juegan profesionalmente, pero ¿qué pasa cuando terminan su carrera como jugador?”.
El tema no les gusta a los regiomontanos que le van a Los Rayados. En las afueras del club, los aficionados son breves: “Sí, era un muy buen portero; sí, era un ídolo; sí, le ponía mucho coraje a la camiseta”, y ya. La mayoría lamenta lo que le pasó al Gato, pero también dicen que, si se comprueba que delinquió, debe pagar sus fechorías. Y otros, unos menos, dudan, sospechan, no lo creen, suponen que es un montaje de las autoridades y no un acto de eficacia policial y de ejemplo de que no habrá impunidad delincuencial, se trate de quién se trate.

Boda de Gloria Trevi con Armando Gómez. A Omar Ortiz se le involucra con el secuestro de Armando, realizado en noviembre de 2011.
Boda de Gloria Trevi con Armando Gómez. A Omar Ortiz se le involucra con el secuestro de Armando, realizado en noviembre de 2011. Foto: Juan Carlos Perez/ Notimex
En las redes sociales pasa igual. En las páginas de Los Rayados en Facebook se les pregunta y contestan cosas así:
“Claro que se le quería. Él siempre fue Rayado, siempre demostró querer estos colores, porque mucha gente lo conoció como hincha, no como jugador, y se le agradecerá todo lo que hizo futbolísticamente con Rayados, porque son pocos los que realmente sienten la playera como él… Pero que también quede claro que jamás se le va aplaudir lo que esta pasando hoy, eso se le reprueba totalmente, aunque no somos los que debemos juzgar: ya habrá quien lo haga. Nosotros como hinchas a lo que vamos y nada más... Y como te digo, él siempre demostró ser hincha del Monterrey”, escribió Di Carlo Black, mientras que Pablo César Gutiérrez sintetizó: “El Gato Ortiz fue un ídolo en su momento”.
Pero otros se enfurecen con el tema, como sucedió con Guillermo Villa: “Pues vete la verga con tu comentario. Y hacer reportajes de segunda a otro lado, maricón”.
Y Noe Cerati:“Hey, creo ke te ekivocaste de lugar, Tigre ardido, es mejor ser lo del GATO Ke estar PENETRANDO A HOMBRE vs HOMBRE. No te embarres TIGRE CAKINO. Jajjajaajajaj, ¿ok Tigre mugroso? Y RESUELVE EL CASO DE SALCIDO (jugador de Tigres) Y YAMILET PRIMERO (travesti con quien habría tenido un encuentro el futbolista), KE ESE LO HAS DE ENCONTRAR EN UN LUGAR GAY: “EL VOLCAN” (estadio de los Tigres) O EL HOTEL SAFI... SEGUN LAS FOTOS . JAJAJJAJAJA Y YO NO SOY PERIODISTA. SOY RAYADO DE CORAZON, ¿SI ME ENTIENDES?”.
Y es que en la calle algunos aficionados de Tigres han aprovechado para hacer escarnio de sus rivales Rayados:
—¿Sabes quién juega en Rayados? El Gato y su pandilla… —bromean algunos.
—El que con gatos anda, a secuestrar se enseña… —molestan otros.
El caso del Gato Ortiz, que no le es indiferente absolutamente a nadie en Monterrey…

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