Sin embargo, el PRD tiene una preocupación profunda: que Alejandra Barrales descalifique —y descarrile— el proceso de elección del candidato, alegando que hay “dados cargados”. Eso sería fatal para los amarillos.
¿Por qué? Se reeditaría entonces el estigma permanente del PRD: que son incapaces de realizar elecciones internas con pulcritud y transparencia. Barrales —en privado— ha rechazado el método de selección y durante sábado y domingo —cuando se reunió el CEE— apretó fuerte para que las corrientes del perredismo la favorecieran.
Hasta ayer por la tarde, Izquierda Democrática Nacional (IDN), encabezada por René Bejarano, estaba aún con Mancera, más por conveniencia política que por convicción personal.
Mancera la tiene, hoy, amarrada.
Pero el factor Barrales preocupa. Alejandra no quiere derrota. Y el temor del PRD es que descalifique y desvirtúe el proceso interno.
¿Por qué Barrales está a punto de perder una candidatura que, hasta hace pocos meses, tenía en la bolsa?
1) Marcelo Ebrard, en realidad, siempre tuvo en mente que Mario Delgado fuera el candidato del PRD al GDF. Su sucesor. Era el indicado para cubrirle la espalda a Marcelo, debido a la nula transparencia en las finanzas de la administración de Ebrard. Pero hubo un problema: Delgado no crecía políticamente.
2) ¿Cuál era el verdadero Plan B de Ebrard? Alejandra Barrales, y no Mancera. Lo único que Barrales tenía que hacer era esperar a que Delgado se cayera solito. Cuestión de tiempo. Nada más. Pero se equivocó. Cometió un error: traicionó a Ebrard.
3) ¿Cómo? Coqueteó con el grupo de Bejarano en la integración de planillas para la ciudad y, en vez de apoyar a la Planilla 22 —la de Marcelo—, ofreció respaldar a la 10, bejaranista. Astuto, Bejarano le propuso a Alejandra encabezar su planilla, pero Barrales desistió. Muy tarde: Ebrard se enteró de su acercamiento con Bejarano y la dejó de respaldar. Se cayó.
4) Entonces apareció Mancera que, en este aspecto, fue más hábil que Barrales. El ex procurador sí tuvo la paciencia de esperar a que Delgado tropezara con su propia incompetencia y, tras los errores de Alejandra, Ebrard lo apoyó. Lo demás es historia.
Desde hace algunos días, la IDN decidió ya avalar a Mancera.
Y sí: será el CEE el gran elector del PRD y el que confirme que 80% de los consejeros están con Mancera. Será el CEE y no las encuestadoras Covarrubias y Asociados, Nodos, y Buendía & Laredo, las que elijan.
Será el Consejo. No las encuestadoras.
“Las encuestas serán tan sólo un indicativo. Pero hasta ahí. El que elige es el Consejo”, dicen perredistas.
Pero hay un detalle que muy pocos registraron, sin embargo, es significativo.
Durante el debate entre los aspirantes amarillos hubo una frase de Alejandra Barrales que no debe pasar desapercibida: “No les voy a fallar. Cuidaré escrupulosamente el proceso para que verdaderamente esté al frente de la candidatura la persona que los ciudadanos decidan”.
Ojo con esa declaración. Barrales le sigue apostando a lo que digan las encuestas, más que al Consejo. Y la diputada local está molesta porque sabe que en el CEE la tiene perdida.
Con la declinación de Carlos Navarrete en su favor, podría pensarse que Barrales tiene el apoyo de Los Chuchos y Nueva Izquierda (NI). Y así es. El problema es que NI ha perdido toda fuerza política en el DF.
En la capital del país, quien manda es Bejarano.
Y Bejarano y su IDN, hasta hace unas horas, apoyaban a Mancera.
La pregunta es: ¿se rebelaría Alejandra Barrales contra el PRD por no ser la candidata?
A pesar de este escenario, el jueves 19 de enero se mantiene como fecha para dar a conocer al candidato del PRD al GDF.
ARCHIVO CONFIDENCIAL
* EL EFECTO WALLACE. ¡Ah, cómo les dolió al PRI y a sus voces y plumas afines la candidatura de Isabel Miranda de Wallace al GDF! Si con el mismo empeño cuestionaran a Peña Nieto, pensaríamos que son plumas imparciales. Y lo malo de no conocer un poquito de historia política mundial —tan sólo un poquito— es que se inmolan porque una ciudadana —jugando las reglas electorales establecidas y sin violar ninguna ley— decide participar en política, cuando en el mundo hay ejemplos valiosos y de sobra: allí está el dramaturgo checo Václav Havel; Angela Merkel que, cuando cayó el Muro de Berlín, era una ciudadana dedicada a la vida privada, y otros tantos más que por falta de espacio no mencionamos y de ciudadanos mutaron a políticos. Vaya mentes aldeanas. ¡Carajo, cómo les duele Wallace a priistas, peñistas y a sus voces y plumas!
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