27 enero, 2012

Plataforma petrolera en aguas cubanas obliga a preparar planes de respuesta en EEUU

La Scarabeo 9 es una plataforma petrolera de último modelo arrendada por una empresa española, construida en China y Singapur, propiedad de una empresa italiana y con bandera de las Bahamas. Pero hay una parte de su pedigrí internacional que tiene a algunos residentes de la Florida en pie de guerra: buscará petróleo en aguas cubanas.
Después de viajar por medio mundo, la plataforma ha llegado a su lugar, a unas millas al norte de La Habana y a unas 70 millas al sur de los Cayos de la Florida. Repsol, la empresa española que alquila el equipo por $511,000 al día, dijo que la perforación se inicia esta semana.


Pero ya, sin haber encontrado una gota de petróleo, la corpulenta Scarabeo 9 se ha convertido en una de las plataformas petroleras más analizadas, discutidas y vilipendiadas que haya abierto alguna vez un pozo exploratorio.
Su ubicación no sólo ha despertado temores de que una explosión podría arrojar petróleo a las playas de la Florida, donde causaría daños sensibles a los manglares, pastos marinos, arrecifes de coral y vida marina, sino que el embargo de Estados Unidos contra Cuba ha hecho que la preparación y la recuperación de un posible derrame de petróleo sea particularmente difícil.
Aunque los esfuerzos de los miembros cubanoamericanos del Congreso por evitar la perforación de Repsol no han tenido éxito en conjunto, todavía hay varios proyectos de ley en trámite que podrían complicar las gestiones de la compañía.
“La presión política [sobre Repsol] es increíble”, dijo Jorge Piñón, ex ejecutivo de Amoco y ahora consultor petrolero y profesor visitante de investigación en Florida International University.
Pero con la plataforma ya en su lugar, la cuestión es ahora el grado de preparación de Estados Unidos, Cuba y Repsol para responder en caso de que ocurriera un un desastre. La mayor parte de cualquier esfuerzo de respuesta de Estados Unidos se centraría en el sur de la Florida.
No sólo sería responsable el Séptimo Distrito de la Guardia Costera, con sede en Miami, de coordinar los esfuerzos para proteger las aguas y la costa de Estados Unidos, sino que la primera respuesta privada a un gran derrame probablemente provendría de Clean Caribbean & Americas, una cooperativa de respuesta de derrames de petróleo del condado de Broward, cuyos miembros incluyen a la mayoría de las grandes compañías petroleras de la región.
La cooperativa y Oil Spill Response, su organización gemela en el Reino Unido, realizan gran parte del trabajo en el plan de respuesta a contingencias de Repsol en Cuba. “Creo que está al nivel de lo que tienen en otras partes del mundo”, dijo Paul Schuler, presidente de la cooperativa.
Aunque Estados Unidos no tiene ningún control regulatorio sobre la perforación de Repsol en Cuba, la empresa española ha proporcionado voluntariamente información sobre sus planes de perforación y permitió que agencias de Estados Unidos subieran a bordo y revisaran la construcción de la plataforma y los sistemas de seguridad cuando la misma salió de la costa de Trinidad y Tobago a principios de este mes.
La Guardia Costera y la Oficina de Vigilancia y Seguridad Ecológica del Interior dijo haber encontrado que el equipo “cumplía en general con las normas internacionales y estadounidenses existentes”.
Mientras tanto, el almacén de Clean Caribbean & Americas “está lleno de barreras de contención, dispositivos de skimming, un sistema aéreo diseñado para rociar dispersantes desde un avión Hércules C-130, y otros suministros de limpieza para responder a un derrame en toda la región.
A diferencia de muchas compañías de Estados Unidos, que tienen prohibido por el embargo hacer negocios con Cuba, la cooperativa ya tiene una licencia de la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos que le permite responder a un derrame de petróleo cubano. Obtuvo la licencia en el 2003, cuando Repsol perforó su primer pozo exploratorio en Cuba, dijo Schuler.
Repsol encontró petróleo, pero dijo que en ese momento no era comercialmente viable. Ahora, la petrolera española está de vuelta con socios de Noruega (Statoil) e India (ONGC Videsh) en un lugar ligeramente diferente, y su equipo ha sido construido especialmente para que menos de 10 por ciento de sus componentes estén hechos por fabricantes de Estados Unidos.
“Han apostado mucho dinero en esto. Cuando una empresa del calibre de Repsol pasa por el gasto de tener un equipo hecho a la medida para evitar el embargo, eso me dice que la probabilidad de un descubrimiento exitoso es muy alta”, dijo Piñón.
Esa perspectiva no les gusta a los miembros cubanoamericanos del Congreso, incluidos los representantes republicanos Ileana Ros-Lehtinen, David Rivera y Mario Díaz-Balart, que han luchado con dientes y uñas para detener cualquier perforación en aguas cubanas, y la han emprendido con la administración de Obama por no hacer más para evitarlo. Los senadores de la Florida, Bill Nelson y Marco Rubio, apoyan a un proyecto de ley que harían a una compañía petrolera extranjera directamente responsable de un derrame que afectara a Estados Unidos.
El Servicio Geológico de Estados Unidos estima que los yacimientos de petróleo frente a las costas de Cuba pueden contener alrededor de 5 millones de barriles de petróleo y 9,800 millones de pies cúbicos de gas natural. Los geólogos cubanos estiman que es aún más.
Se están realizando esfuerzos para emitir más licencias a empresas cuya experiencia se espera que sea necesaria para proteger las costas de Estados Unidos.
“Me preocupa que no haya suficiente mano de obra y capacidad de respuesta si hubiera una necesidad de hacerlo en un futuro cercano”, dijo Dan Whittle, director del programa Cuba en el Fondo de Defensa Ambiental.
También se ha hablado de un tiempo de respuesta rápido para emitir más licencias en el momento de un derrame.
Pero Whittle, que acaba de regresar de un viaje a Cuba la semana pasada, dijo que podría no ser lo suficientemente rápido. “Cuarenta y ocho horas es un montón de horas para perderlas en esas corrientes. El sentido común dicta que hay que poner las piezas sobre el tablero con mucha anticipación”, dijo.
“Mientras más recursos, podremos responder mejor”, dijo Schuler, que planea visitar Scarabeo 9 la próxima semana. Debido al embargo, dijo, “ahora estamos haciendo planes sobre el equipo que podemos tener, no sobre el que nos gustaría tener”.
El embargo y las consideraciones políticas también hacen que hablar directamente con Cuba acerca de su plan de respuesta de emergencia sea más complicado.
En su lugar, Estados Unidos ha adoptado un enfoque multilateral con todos los países de la región que consideran la perforación en el Caribe o que podrían verse afectados por un derrame.
Funcionarios de las Bahamas, Cuba, México, Jamaica y Estados Unidos se reunieron en Nassau en diciembre para discutir sus planes de control sobre los pozos y de respuesta a derrames de petróleo. Otra reunión se ha propuesto para la semana próxima en Curazao.
Algunos de los que asistieron a la reunión dijeron que a pesar de las naciones presentes, el diálogo principal fue entre Cuba y Estados Unidos.
El contralmirante Bill Baumgartner, comandante del séptima distrito de la Guardia Costera, dijo que ésta ha estado planeando durante más de un año cómo va a manejar cualquier impacto de la perforación en Cuba y las Bahamas, que también puede comenzar la exploración de petróleo en alta mar este año.
La Guardia Costera ha revisado sus planes de contingencia costera, analizado los informes e investigaciones sobre el derrame de Deepwater Horizon para ver qué lecciones se pueden aprender, y ha realizado ejercicios de entrenamiento.
En noviembre, la Guardia Costera reunió a unos 80 funcionarios federales, estatales y locales, representantes de la industria, incluyendo a Repsol, y ecologistas, para realizar un ejercicio de simulación que consideró varios escenarios para el flujo de petróleo.
El lunes, la subcomisión de Guardia Costera y Transportación Marítima de la Cámara de Estados Unidos realizará una audiencia sobre el terreno en Sunny Isles Beach para ver la preparación y la planificación de la respuesta de la Guardia Costera para derrames de petróleo.
Si hay un derrame, dijo Baumgartner: “Sería poco probable que la costa de la Florida se viera inundada de manchas de petróleo”.
Las corrientes de movimiento rápido podrían propagar el petróleo más allá de la costa de la Florida, y hacia el Atlántico Norte, dijo Baumgartner. Sin embargo, las corrientes de Foucault podrían recoger el petróleo y llevarlo a tierra, dijo. Esto también podría suceder si las condiciones del viento fueran adecuadas.
Y hay escenarios en los que el petróleo podría ir hacia la costa norte de Cuba, el centro de su creciente industria turística. El año pasado, Cuba tuvo 2.7 millones de visitantes, y el turismo se ha convertido en una parte importante de su economía.
“Creo que están tomando esto muy en serio”, dijo Whittle. “Los cubanos son plenamente conscientes de los retos y riesgos ambientales”.

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