Debo reconocer que Teodoro Petkoff nunca ha sido santo de mi devoción.
Debe ser por la predisposición natural que tengo para con gente que
alcanza la madurez intelectual después de los 45 años. En cualquier
caso, Teodoro es un ídolo en algunos círculos de la sociedad venezolana.
Y ahora es dizque uno de los pensadores más influyentes de habla
hispana. Presumo que si el imbécil de Noam Chomsky puede ser
considerado como el intelectual más influyente del mundo, pues Petkoff
bien puede ser considerado como tal en Latinoamérica. El ex guerrillero
es, para los que se las dan de eruditos y de 'progres', el equivalente
de Chavez en este lado del espectro; es decir, el infalible, el que no
yerra, el supremo iluminado.
No es de extrañar entonces que Teodoro, y su publicación Tal Cual en la
cual el Michu Capriles tiene intereses, anda dictando pauta a Henrique
Capriles Radonski, primo del último, y por lo que parece candidato
preferido del anterior. Teodoro ha publicado en su diario algunos
artículos criticando, cuando no mofandose de, las acciones en La Haya de
otro de los aspirantes que compiten en las primarias: Diego Arria.
Henrique Capriles Radonski, cual disciplinado alumno, se aprendió la
cartilla, y en el ultimo encuentro -que no debate- de candidatos solto
una perla que fue inmediatamente recogida por quienes lo ven como la
gran esperanza blanca. Dijo, palabras más o menos, que la labor de un
presidente no es la de meter preso a nadie. Quisiera que Capriles
Radonsky, o quienes le soplan al oído, nos dijesen cuando y donde fue
que Arria dijo que metería preso a Chavez.
No obstante, no temo equivocarme al afirmar que la labor de un aspirante a presidente tampoco es la de ser un irresponsable.
La labor de un presidente, desde luego que no es la de meter preso a
nadie. Eso corresponde a tribunales competentes e independientes. Ya que
estos no existen en Venezuela, los venezolanos se ven en la desgraciada
necesidad de ir a buscar justicia en otros lados, como por ejemplo ha
hecho Leopoldo Lopez.
La labor de un presidente debe ser, ante todas las cosas, cumplir y
hacer cumplir la constitución y la ley. Tal lo dicta la actual
constitución (art. 236, sección 1a), en lo que respecta a las
atribuciones del presidente.
La labor de un presidente no puede ser la de hacer un esfuerzo frio y
calculado de ignorar a las miles de víctimas de violaciones a los
derechos humanos, civiles y políticos en Venezuela.
La labor de un presidente no puede ser la de pretender que los problemas
del país van a desaparecer, como por arte de magia, luego de una
elección presidencial. Eso lo pueden pensar solamente los adolescentes,
es decir, los imberbes que quieren ser mas populistas que Chavez.
La labor de un presidente que ha de encontrarse con un innumerable
cúmulo de problemas incluso antes de llegar a la presidencia, si es que
éste está bien asesorado por la 'intelectualidad', no puede ser adoptar
una política absurda e impracticable de borrón y cuenta nueva. Por el
contrario, en muchas de las resoluciones de conflictos internacionales
que se conocen, y en algunas en las que ha participado Arria a
diferencia de quienes opinan sobre sus acciones en la Haya, puede
observarse que una de las primeras condiciones para el restablecimiento
de una paz duradera es que los culpables directos de crímenes oprobiosos
paguen por lo que han hecho. Como bien dice Arria, no es venganza, es
justicia. Ya los tribunales determinaran culpabilidad.
Miles de familias venezolanas han sufrido atropellos en los ultimos 12
años. Es irresponsable decirle a estos miles de familias que se olviden
de buscar justicia, como pretende hacer Capriles, y como desean los
dizque intelectuales que han abogado dicha posición. Es irresponsable
decirle a estas familias que la justicia es algo que puede negociarse,
según deseos electorales y ambiciones políticas. Si Capriles Radonski, y
quienes le asesoran, desean perdonar, a titulo personal, las acciones
que el régimen chavista pudo haber cometido en su contra, ello es entera
y exclusivamente una decisión individual y muy personal. Cada quien
enfrenta las desgracias de forma distinta, y es irracional esperar que
todas las víctimas del chavismo, o sus familiares, se resignen a que en
la nueva Venezuela, esa que desea dirigir Capriles, habremos de convivir
con asesinos, terroristas, ladrones, y corruptos. Como si no hubiese
pasado nada.
Sin justicia no hay paz, y sin paz no hay reconciliación posible. Eso lo
deberian saber los intelectuales de pacotilla, como Petkoff y sus
admiradores. Irónicamente, Petkoff también es lo que puede calificarse
como un "dinosaurio de la cuarta república", esa que tanto detestan los
'progres'. Desde luego que yo no voy a darle mi voto a Capriles Radonsky
si éste gana las primarias. Prefiero votar por Chavez, a ver si en los
próximos seis años les llega la madurez a algunos de los pusilánimes
adolescentes que están compitiendo en las primarias.
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