Uno de los tres médicos oncólogos brasileños ofrecidos por el ex presidente Lula y la presidenta Rouseff viajó el domingo a la Habana para participar en la evaluación médica del importante paciente presidencial. Aunque el trío ha estado en contacto, los otros dos oncólogos estaban comprometidos en su trabajo y operaciones en el departamento de oncologia clinica del Hospital Sirio-Libanés de São Paulo. Esta vez se incorporó vía telefónica un especialista desde Rusia por recomendación de quienes fueron sus alumnos cubanos. Los médicos tratantes consideraron que era mejor esa evaluación entre todos para así decidir el o los procedimientos a seguir estos días. Una vez más le deseo salud y recuperación pronta al jefe del estado.
MEDIO
INVASIONES:
Desde su cama en el Cimeq, Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas, donde se estaba realizando los exámenes pre-operatorios para su tercera operación en ocho meses, el presidente venezolano llamó al vicepresidente Elías Jaua muy molesto por lo que estaba pasando con la serie de invasiones que se realizaron desde el fin de semana en el estado Miranda y con más ahínco en el distrito Sucre. La orden del caudillo fue que sacaran a los invasores de inmediato. Jaua había dicho el sábado que con este gobierno no se iba a utilizar a los soldados o a la guardia nacional para reprimir invasores “como si lo hicieron en la cuarta república el 27 F”. Apenas condenando las invasiones “por no ser el método idóneo para reclamar viviendas” el vicepresidente ejecutivo dejó así la puerta abierta para que siguieran invadiendo terrenos. Más aún al enfatizar que tampoco aceptaban terrenos vacíos “para engordar”. Algo parecido dejo saber el ministro del interior el-Aissami, reivindicando la fuerza armada bolivariana como una que no iba a repetir lo del año 1989.
Desde el mismo sábado los habituales sicofantes rojos que usan las redes sociales para crear matrices de opinión venían hablando de una componenda entre Primero Justicia y los golpistas pro yanquis para provocar esas invasiones con el fin de “desestabilizar al gobierno mientras nuestro presidente viaja a Cuba”. Por más que lanzaban tweets no pudieron lograr su empeño. El hastío de los rojos también se manifiesta en Twitter y Facebook.
Ayer lunes, unos invasores hablaron con la gente de la alcaldía de Sucre y soltaron una perlita que no puede pasar desapercibida. La sorpresa inicial sólo vendría a reiterar los enfrentamientos ¿sucesorales o de poder actual? dentro del PSUV. La versión, que publico a beneficio de inventario, señalaba que quien habría promovido las invasiones sería “el presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello, en un plan maquiavélico contra Jaua para generar caos durante la ausencia presidencial”. Por eso ayer mismo la Dirección de Inteligencia Militar, DIM, estuvo visitando los sitios invadidos para averiguar quién los había enviado. Cuando escribía estas líneas llevaban sacadas a 32 de 45 invasiones prometiendo que en unas horas todo volvería a la normalidad. La presión popular, utilizando las redes sociales, y la presencia de los dirigentes electos lograron detener la ilegalidad. No me sorprendió por ello que ayer el alcalde Jorge Rodríguez acusara a los opositores de haber preparado esas invasiones. Una procesión interna bien peligrosa. O como @greyesg señalaba: “es el desespero de quienes confían en la ingobernabilidad autoinducida”…
BAJO
HEINZ:
El otrora consentido de la revolución, Heinz Dieterich, el sociólogo mexicano alemán que bastante hizo para que los revolucionarios rojos entendieran lo que es el socialismo y que tras múltiples intentos se cansó, es un crítico permanente del proceso venezolano desde su propia perspectiva. En el portal Kaosenlared tiene un ensayo donde reprocha la información sobre la recaída de Chávez. El artículo completo lo coloqué en Runrun.es pues vale la pena seguir a Dieterich para conocer la reacción suya ante tantas improvisaciones bolivarianas. En una sección analiza ¿Quién se queda con el poder en Venezuela? Escribe así: “Una de las características fundamentales del sistema de gobernanza de Chávez, al igual que él de Fidel, consiste en que no se ha preparado la sucesión después del líder máximo. Chávez mismo desmontó a su delfín Nicolás Maduro, lanzándolo a la gobernación de Carabobo, cuando éste se aceleró para reemplazar al Presidente, que pensaba que iba a morir pronto. Maduro cometió el mismo sacrilegio, por el cual Fidel mandó al desierto a su canciller Felipe Pérez Roque. Por supuesto, que no hay comparación entre el oportunista político Maduro y el revolucionario Pérez Roque. Maduro, desde sus tiempos en el Metro de Caracas, tiene la astucia y rudeza del trepador y golpista sindical. Carece de cultura y formación diplomática, pero era el bully del barrio conveniente para enfrentar a la insolente anglo-sionista Hilary Clinton. Cuando apareció la noticia del cáncer de Chávez, el año pasado, Maduro se puso en velocidad turbo para enmendar la relación con el poder imperial anglo-sionista. Pero Chávez sobrevivió y le cortó las alas al delfín. Difícil pensar, que lo rehabilite.
De todas formas, la caballada de sustitutos está flaca. Diosdado Cabello, mago de la política del inframundo, se ha ganado la antipatía nacional con creces y nunca ganaría una elección presidencial. El amigo Elías Jaua, ex Bandera Roja, es, en términos comunicativos, un plomo. Por lo mismo, no es un prospecto viable. Tarek William Saab, a quién Fidel alguna vez le calentó la oreja con la idea de que él podía ser el futuro Presidente, ya no juega en la Primera Liga. José Vicente Rangel tiene el perfil idóneo, pero la biología se opone a su candidatura. Semejante es el caso de Alí Rodríguez Araque. Entonces, la selección de Chávez bien podría caer en el Almirante (r) Orlando Maniglia. No es la persona idónea, pero es un hombre de confianza de Chávez, pertenece a la parte centrista de la jerarquía militar y políticamente sería aceptable para la burguesía. Sea quien fuere el sucesor de Chávez, es evidente, que la Fuerza Armada es el fiel de la balanza. Sin su consentimiento, no habrá candidato post-Chávez. Sus líderes están deliberando sobre la emergencia, que produjo la recaída de Chávez.”. Cuando ayer vimos la petición de Adán Chávez a los dirigentes del partido de gobierno, rogando mantener la lealtad y no emular al general José Antonio Páez, estas líneas de quien fue apadrinado en sus libros por el alcalde Freddy Bernal, en un tiempo no muy lejano, cobran actualidad…
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