28 febrero, 2012

El fantasma de la guerra libia recorre Latinoamérica


(Moscú, 28 de febrero – Actualidad RT)- La comunidad internacional debe contribuir a la reconciliación pacífica en Siria para evitar que allí se repita el escenario libio. Así lo señala el primer ministro ruso y candidato presidencial Vladímir Putin en su nuevo artículo dedicado a la política mundial.



Al abordar el fenómeno de la primavera árabe, el jefe del gobierno subraya que en los países sacudidos por las revueltas, los procesos adquirieron formas no civilizadas. En lo referente al programa nuclear iraní, el jefe del gobierno sostiene que Teherán debe tener derecho a desarrollar su propia energía atómica con fines pacíficos y, si cumple con las reglas, deben levantarse todas las sanciones que pesan en su contra.
Entre otros temas, Vladímir Putin reprocha a EE. UU. sus ideas utópicas sobre la invulnerabilidad absoluta, lo que supone una carga de inseguridad para los demás.
En referencia a este artículo el analista político Juan Carlos Zambrana comentó a RT que los países de Latinoamérica que se oponen a la política exterior de Washington también corren el peligro de sufrir una futura intervención.
“Los países amenazados no son sólo Siria e Irán. En Latinoamérica lo son, por ejemplo, Cuba, Venezuela, Ecuador y Bolivia. En realidad son los países que se oponen a las políticas hegemónicas… Esto nace en la Segunda Guerra Mundial, cuando Inglaterra le cede el bastón de mando de la hegemonía a Estados Unidos, que adquiere ciertos derechos y obligaciones. Por ejemplo, se convierte en el país acreedor del mundo, mediante el plan Marshall, y se transforma en el policía del mundo”, destaca Zambrana, que puntualiza que, precisamente, es de esa condición de policía del planeta de la que Washington ha empezado a abusar “para ofrecer seguridad a la comunidad mundial”.
“La seguridad nacional de Estados Unidos se ha convertido después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en una razón válida y suficiente para intervenir en cualquier país que considere una amenaza para su seguridad nacional, aunque el país esté al otro lado del mundo y no tenga si siquiera la posibilidad de atacarlo”, comenta el analista.

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