Boleta y sobre para el voto desde el extranjero.
En su más reciente versión impresa, The Economist destaca que algunas de las razones de la apatía de los migrantes mexicanos son que muchos de ellos no planean regresar a su país de origen y que es difícil realizar el registro.
El 17 de febrero, destaca el diario, el Instituto Federal Electoral (IFE) anunció que sólo 62 mil expatriados se habían registrado antes de la fecha límite. Las tres cuartas partes estaban en los Estados Unidos.
Jorge Bravo, un politólogo de la Universidad Rutgers, dijo al diario británico que el voto en el extranjero podría impactar al PRI porque muchos de los migrantes dejaron el país en busca de trabajo cuando el PRI estaba en el poder hasta y, en cambio, podría beneficiar al PAN porque quienes se inscriban en el 2006 “tendían a ser personas con ingresos altos y los niveles de la educación-muy diferente de el prototipo del inmigrante a los Estados Unidos”.
Por su parte Joy Langston, politólogo de la Universidad CIDE en la Ciudad de México, asegura que hacer cumplir las normas de campaña, tales como límites a la difusión, es más difícil fuera de México.
Finalmente, The Economist subraya que pese a que los 12 millones que viven en los Estados Unidos son iguales a una décima parte de la población de México y las remesas que envían a casa constituyen más del 2% de la economía, no serán muy influyentes en la próxima elección.
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