Los tres más grandecitos, los que están sentados en el extremo izquierdo de la hilera, llevan, cada uno, una réplica del fusil de Cristo: las manos pequeñas sujetando el cargador y la culata del arma, que no parece de juguete y puesta allí por un grupo de adultos que dice no estar jugando. Las imágenes fueron tomadas el día 23 de enero, durante un acto público del Colectivo La Piedrita: uno más entre la decena de grupos parapoliciales que operan con toda libertad en el barrio 23 de Enero de Caracas y que se declaran dispuestos a dar la vida para defender la revolución bolivariana que lidera Hugo Chávez.
Las fotos de los “niños armados” fueron difundidas días más tarde a través de las redes sociales y han escandalizado a la opinión pública venezolana, hasta el punto que Hugo Chávez se vio obligado a responder ayer por la noche. “Por ahí está la burguesía con sus medios de comunicación y los medios de comunicación del imperialismo haciendo fiesta con unas fotografías de unos niños con unos fusiles. Hemos ordenado una investigación”, dijo Chávez, durante un acto para conmemorar los 13 años de su ascenso a la Presidencia de la República.
Según el comandante, grupos como La Piedrita han sido “infiltrados” por las agencias estadounidenses de inteligencia. “Nadie que se precie de ser un revolucionario de verdad puede estar avalando esas cosas que le hacen daño a la revolución. Esas son actitudes contrarrevolucionarias y les aseguro que hay más de un infiltrado de la CIA en esos grupos y de los grupos paramilitares”, agregó Chávez, después de decir que los fusiles que necesita esta revolución “pacífica” para defenderse “están en manos de quienes deben tenerlos, las Fuerzas Armadas de Venezuela”. No es la primera vez que el presidente ataca a estos grupos parapoliciales, que se autodefinen como chavistas, y amenaza con investigarlos. Pero, al menos en las ocasiones anteriores, sus órdenes no han dado resultados.
Esas son actitudes contrarrevolucionarias y les aseguro que hay más de un infiltrado de la CIA en esos grupos"Hugo Chávez
Días más tarde, el presidente Chávez ordenó investigar y detener a Santana, con estas palabras: “Así como nosotros criticamos y aspiramos a que los poderes del Estado actúen cuando alguien dice que hay que matar a Chávez (…), no podemos aceptar nosotros que la fulana La Piedrita esa se convierta en un Estado, en un grupo de terroristas que anda amenazando de muerte”. Pero la detención nunca se produjo. Y tres años más tarde, el lunes 23 de enero, Santana reapareció en una de las fotografías de los niños con fusiles: vestido con chaqueta y gorra militar, y acompañado por el diputado Robert Serra, del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Entre el Palacio de Gobierno de Miraflores, donde despacha el presidente Chávez, y el Barrio 23 de Enero, donde fueron captadas las fotos de los niños y de Santana y adonde no se atreve a entrar la policía, hay poco menos de kilómetro y medio de distancia.
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