Ningún priista se atreve a decir que los Cavazos, Yarrington y Hernández son inocentes...
Martín Moreno“Pruebas”, pide el PRI. Es plan con maña.
Saben también que los ex mandatarios priistas —incluimos a Herrera de Veracruz y a Hernández Deras de Durango— no firmaron, por supuesto, un convenio de colaboración con los cárteles de la droga para que el narco se enquistara en esas entidades. Son cómplices, no tontos.
El priato sabe que esos documentos no existen.
Aun así, nadie —ni Peña Nieto, ni Coldwell u otro dirigente priista— osa decir que los ex gobernadores tamaulipecos son inocentes.
¿Pruebas de la relación PRI-narco-violencia?
Cifras y hechos irrefutables:
1) A Eugenio Hernández se le recomendó, al inicio de su gestión, el envío del Ejército y de marinos a Tamaulipas, ante el peligroso avance del crimen organizado. “No”, respondió. Al final de su mandato, rebasado por el narco, no tuvo más remedio que aceptar el apoyo federal. Demasiado tarde.
Inclusive circula un video, en las esferas de la seguridad nacional, donde el ex gobernador tamaulipeco aparece acompañado de Jaime González Durán, El Hummer, cofundador de Los Zetas, operador en Reynosa y detenido en noviembre de 2008.
2) De los diez municipios más violentos del sexenio, ocho son gobernados por el PRI: Ciudad Juárez, Chihuahua, Tijuana, Torreón, Durango, Gómez Palacio, Culiacán y Acapulco.
3) En 2010, la mitad de las 15 mil 273 ejecuciones ocurrieron en Tamaulipas, Chihuahua y Sinaloa. Sí, gobernados por el PRI.
4) Si hay un gobierno fallido en el combate contra el narco, ese es Tamaulipas, desde los tiempos de Manuel Cavazos Lerma, pasando por Tomás Yarrington y cerrando la pinza del fracaso con Eugenio. Consecuencias: producción y venta de droga, pueblos fantasma por la violencia, extorsiones, ejecuciones masivas de migrantes, miedo entre la población y vacío de autoridad.
5) Como recordó Jorge Fernández Menéndez en su columna del miércoles pasado: “Durante el gobierno de Cavazos Lerma fue cuando floreció el imperio de Juan García Ábrego. Durante el gobierno de Yarrington fue cuando surgió su reemplazante, Osiel Cárdenas, y comenzó la ola de violencia. En el gobierno de Hernández, Los Zetas se convirtieron en un poder indudable”.
Por eso no los defienden: porque saben que la cola de Cavazos, Yarrington y Hernández llega hasta Alaska (Cavazos, por cierto, de los gobernadores más cercanos y consentidos de Carlos Salinas de Gortari).
Y por eso el PRI utiliza doble lenguaje, clásico en la tradición priista: si se anuncia alguna investigación contra uno de sus ex gobernadores, es “persecución política”; si se aprehende a alguno, es “cacería de brujas”. Se la saben. Acostumbrado a la impunidad, el priato no concibe la aplicación de la ley como un acto constitucional y legal que faculta al Estado mexicano para ir tras “narcogobernadores”.
¿Que el gobierno de Calderón utiliza esta situación con fines electorales? ¡Por supuesto! ¿O qué esperaban? Y ocurre en todas las democracias: el Presidente o jefe de Estado debilitando al rival político.
Tengamos memoria: el PRI asesinaba a los perredistas opositores a Salinas. El PAN los investiga por su relación con el narco.
Lo cuestionable hacia Calderón no es que investigue a ex gobernadores del PRI, sino que muestre disimulo con los del PAN que también flirtearon con el narco. ¿Nombres? Sergio Estrada Cajigal, en Morelos.
Pero de eso hablaremos en otra columna.
ARCHIVOS CONFIDENCIALES
JAROCHOGATE. Una operación fuera de control: el gobernador Javier Duarte ya no sabe cómo salir del escándalo por los 25 millones de pesos confiscados a sus hombres. Nadie explica su origen. Oportunidad de oro para la PGR de confiscarlos y enviarlos como ayuda, por ejemplo, a los rarámuri. Sería hacer justicia.
EGIPTO. Lo ocurrido en un estadio de futbol egipcio debe ser una llamada de atención a los clubes mexicanos, pues ha habido situaciones de violencia y muertos. Mientras la FMF y los equipos sigan permitiendo que violentos y salvajes —como son parte de las porras “Rebel” de la UNAM y “La Monumental” del América— sigan atacando a porristas rivales y que haya familias que no pueden ingresar libremente al estadio de CU bajo el riesgo de ser atacadas por los “estudiantes”, persistirá el riesgo de que el luto siga llegando al deporte más popular del mundo. Claro: Justino Compeán y Decio de María responden a intereses más particulares, que en beneficio de la afición. Merecerían tarjeta roja.
SUPER BOWL AZUL. Si nada extraño ocurre, el próximo domingo el PAN tendrá, por vez primera en su historia, a una candidata presidencial.
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