04 marzo, 2012

“Exportar es mejor que importar”


Por Godofredo Rivera 

Por estos días se ha vuelto a poner de moda entre distintos empresarios la vieja burrada mercantilista de siempre. Me refiero a la falacia de que es mejor exportar que importar, de que la regla en el comercio mundial debe ser la registrar una balanza comercial superavitaria (exportaciones mayores a las importaciones).


Por un lado aparece el mercantilismo (la doctrina de que es mejor exportar que importar) usual de no pocos empresarios mexicanos que quieren a toda costa evitar la competencia del resto del mundo y tener mercados cautivos con el pretexto de siempre, mantener los empleos en los sectores protegidos (ahí están los señores del acero y de los textiles).  Ya antes en México pagamos muy caro el proteccionismo comercial. Es absurdo creer que protegiendo con aranceles y restricciones a las importaciones se va a desarrollar la industria. Ello sólo genera monopolios ineficientes que viven al amparo de papá gobierno (en el viejo modelo estatista de “sustitución de importaciones” además de los aranceles altos-y prohibiciones para importar- fijados a las importaciones, el gobierno subsidiaba sin ton y son a los industriales, lo que los estatistas y mercantilistas pomposamente llaman “política industrial” y que añoran regrese)  y lo peor, por los intereses de unos cuantos los consumidores tenemos que conformarnos con productos chafa, eso sí hechos en México.

Para que los mercados realmente se desarrollen a plenitud es fundamental que las economías estén abiertas al resto del mundo, con cero aranceles. Lo fundamental es aprovechar las ventajas comparativas entre las naciones (hay que releer a Adam Smith y David Ricardo), es decir, importar aquello que es costoso producir en México y lo contrario, exportar aquello en lo que se es eficiente en materia de costos. Los mercantilistas pasan por alto que el precio que un país debe pagar para poder importar es el hecho de exportar. Si exporto mucho, importaré mucho. Cuando hay superávit comercial se debe más a una crisis de poder adquisitivo y/o a una manipulación gubernamental cambiaria como es el caso de China.

Es útil también recordar a David Hume sobre el hecho de que una balanza comercial superavitaria es siempre temporal, pues en el largo plazo el crecimiento del mercado va acompañado de un alza en el poder de compra y en el nivel interno de precios, lo que incentiva luego a importar más y a terminar con una balanza deficitaria. La balanza comercial deficitaria es irrelevante, pues en un mercado abierto al resto del mundo, dicho déficit es cubierto por la balanza de capitales superavitaria (exportación e importación de activos) y ello se refleja en un tipo de cambio que se ajusta automáticamente.

Los mercantilistas también deberían recordar el viejo principio de la demanda recíproca de Stuart Mill, que nos indica que un país pobre gana más del comercio que la nación rica. Por ello México suele tener balanza comercial superavitaria con EU (una nación más rica y que demanda más mercancías de México, que por cierto se beneficia de importar tecnología de punta de EU) y balanza comercial deficitaria con los países centroamericanos, pues tenemos mayor poder adquisitivo y por tanto les compramos más que lo que ellos hacen con las mercancías mexicanas.

Los mercantilistas absurdamente creen que el comercio es algo estático, que lo que un país gana al comerciar, lo pierde el otro. Ello no es mas que una de las peores burradas económicas que existen. El comercio jamás es un juego de suma cero (lo que uno gana lo pierde el otro), en una transacción comercial ambas partes ganan, si no, no se llevaría simplemente a cabo. El comercio libre es clave en la riqueza de las naciones. Por ejemplo, el gobierno brasileño no entiende esto y ahí están renegociando con México en materia automotriz.

Parece que los brasileños (y en general la enorme mayoría de los gobiernos latinoamericanos) siguen atrapados en los sofismas de la teoría de la dependencia de Raúl Prebish y Aníbal Pinto, y ahí están presionando para que la balanza  comercial con México sea superavitaria. Mercantilistas estúpidos.

Por cierto, parece que todos los candidatos a la presidencia más o menos saben la ventaja del libre comercio con nuestros vecinos del norte. El único como siempre que no le entiende es el peje, que cree en la falacia de la teoría de la dependencia. Estatista y mercantilista a final de cuentas.

El comercio libre es uno de los factores que incentiva el desarrollo para todos. El proteccionismo sólo beneficia a unos cuantos intereses y en general todos los consumidores salimos mal librados. Ahí está la historia que lo demuestra.

Amigo lector, de burradas y burradas económicas, mejor una pequeña cucharada de conocimiento que nos aleje de las tarugadas.


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