La traición de Josefina y su equipo

RaúlCremoux
La toma de protesta de la señora Vázquez Mota ha sido vista y tildada como una falla de logística. Por boca de su coordinador general de campaña, Roberto Gil, hemos sabido que él retrasó el momento estelar en que la señora debiera haber aparecido ante los miles que la esperaban en el llamado Estadio Azul. En esta afirmación está implícito el factor decisivo de lo que hoy es el Partido Acción Nacional, sus directivos y su candidata. Ellos, los organizadores, habían llevado diversos contingentes humanos al estadio, no como miembros activos de su partido sino como meros componentes de un cuadro en donde brillaría la elocuencia y la personalidad de la candidata. “La logística” descrita, había citado desde hora temprana a los encargados del transporte para que depositaran su carga entre las 8 y 9 de la mañana; consideraban que para las once de la mañana, el lleno sería total; pero algo retrasó la puntual asistencia y ahí apareció la decisión voluntaria de retrasar el acto.   Nadie se fijó en el detalle rector: había gente esperando horas; algunos miembros del PAN, muchos otros estaban ahí para obtener diversas prebendas. A nadie le importó que miles sudaban bajo un sol calcinante, no hubo quien recordara cómo deben ser tratados los semejantes; nadie le hizo ver al coordinador ni a la candidata que la razón del ser humano, era la del PAN. Nadie recordó su principios ni a sus fundadores. Recordémoselos ahora: El Partido Acción Nacional fue fundado en septiembre de 1939 por un grupo de mexicanos dispuestos a enfrentar los preceptos y las acciones del general Lázaro Cárdenas. Estaban en contra de la educación socialista y de la nacionalización del petróleo; de la reforma agraria y de lo que consideraban excesivas prebendas a los obreros.   Añadían que sus principios eran los siguientes: “Acción Nacional es una organización permanente de todos aquellos que, sin prejuicios, resentimientos ni apetitos personales, quieren hacer valer en la vida pública su convicción en una causa clara, definida coincidente con la naturaleza real de la nación y conforme con la dignidad de la persona humana”. Hasta aquí la cita de Manuel Gómez Morín secundado por Miguel Estrada Iturbide, Rafael Preciado, Juan Landerreche Obregón, Gustavo Molina Font, Manuel Herrera Lasso, Luis Calderón Vega y Aquiles Elorduy. Todos ellos señalaban como primordial el reconocimiento de la eminente dignidad de la persona humana y la subordinación de cualquier actividad individual o del Estado a la realización del Bien Común. ¿Por qué nadie se acordó de estas palabras el pasado domingo; dónde dejaron su doctrina cuando de tratar con seres humanos se trata? Por supuesto, no hubo quien se pusiera bajo los parasoles, gorras y sombreros de quienes estaban en el graderío. “Esos” no contaban, era una multitud amorfa que como llegó, debiera ser transportada a una hora precisa, misma que los organizadores omitieron ya que la masa debe ser tratada en forma impersonal, como ganado o pacas de alfalfa. ¿Acaso ella y su equipo llega tarde cuando Felipe Calderón la cita; por qué llegó veinte minutos antes de la hora acordada con el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden? ¿No es la puntualidad un asunto de educación personal? ¿Dónde quedaron los Efraín González Luna, los Cristhieleb Ibarrola, los Castillo Peraza? Debido a ese olvido, a esa traición a los principios, se dio lo que vimos el domingo pasado cuando ante un estadio que se vaciaba, la candidata hablaba ante nadie con frases que parecían más que huecas, una burla. ¿Quién recuerda lo que dijo? ¿Dónde están las necesarias novedades que el país necesita? Es de dudarse que el joven Roberto Gil sepa algo de la doctrina panista. Sabe, qué duda cabe, de los telefonazos en la red roja de Los Pinos, de la orquestación de sesiones en el Congreso, cómo evitar y ofrecer zancadillas. ¿Y doña Josefina? Ella es una promotora que fue removida de la secretaría de Desarrollo Social cuando ya se gestaban los nuevos millones de pobres que pueblan este país. Sabe también de las complejas realidades que tienen hundida a la educación de este país cuando tuvo ese aprendizaje en la SEP, pero no tuvo ocasión de asimilar los complejos trámites en la elaboración de leyes en el Congreso cuando fue diputada. Otros menesteres la distraían. Doña Josefina ya es candidata presidencial del PAN; ahora tendrá la dorada oportunidad de mostrarnos a todos lo que piensa del ser humano y de los millones que esperar salir de este gigantesco hoyo en que nos encontramos. Estemos atentos a sus palabras, a sus acciones, a su equipo y sus pronunciamientos. Veamos cómo en el futuro tratará a esos seres humanos.