MADRID— Los sindicatos españoles convocaron el
viernes a una huelga general el 29 de marzo contra la reciente reforma
laboral, protesta que podría convertirse en el mayor reto hasta el
momento a las políticas del presidente Mariano Rajoy.
"Representa (la reforma laboral) una brutal regresión en las normas
de contratación y abre la puerta a despidos gratuitos", dijo Ignacio
Fernández Toxo, líder de Comisiones Obreras. "Este país no necesita
reformas en el mercado laboral", aseguró en una conferencia de prensa.
Reuters
La reforma del mercado laboral del mes pasado tiene como objetivo
estimular la contratación en una economía que padece una tasa de
desempleo cercana a 23% y con una larga historia de alto desempleo. La
reforma abarata el despido en España y facilita a las empresas no
participar en acuerdos salariales a nivel sectorial o nacional.
Aunque la reforma es impopular en España, no hay un deseo
generalizado de huelga general. Una encuesta de Metroscopia publicada
por el diario El País a principios de la semana mostraba que 67% de los
encuestados se oponían a la idea de una huelga general porque podría
empeorar la situación económica del país.
Rajoy, líder del conservador Partido Popular, goza todavía de un alto
nivel de aprobación tras su victoria por mayoría absoluta en las
elecciones generales de pasado noviembre. Su gobierno ha adoptado
medidas para reformar una de las mayores economías europeas en crisis.
Otras medidas incluyen recorte de gastos y alzas en los impuestos por
valor de 15.000 millones de euros, leyes que establecen controles
adicionales de los gastos de las Comunidades Autónomas y una reforma del
sector bancario.
La portavoz del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, lamentó la
decisión de los sindicatos de convocar una huelga. "No ayudará a la
difícil situación económica del país", dijo en la rueda de prensa
posterior al Consejo de Ministros.
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