Por T. Hunt Tooley.
En muchos sentidos, el estado
absoluto soñado por Maquiavelo y otros europeos renacentistas no llegaría a los
talones de los regímenes totalitarios del siglo XX. Si los viejos absolutistas
reclamaban potencial y ocasionalmente el control total de hecho de las vidas de
los súbditos, los regímenes de guerra total hicieron numerosos “grandes saltos
adelante” para conseguir una supervisión ubicua, la erradicación incluso de la
reclamación de derechos individuales, la creación de campos de concentración,
la limpieza étnica a una escala sin precedentes en la historia humana y las matanzas
masivas de enteras categorías de individuos calificadas como “enemigos del
estado”.
Puede ser una ironía que el periodo
de incubación de los totalitarismos fuera exactamente contemporáneo de una
impresionante aceleración del pensamiento occidental acerca del poder y la
libertad antes de la Primera Guerra Mundial: Acton, la Escuela Austriaca de
economía, la crítica del estado de finales del siglo XIX, el reconocimiento de
que la guerra es la salud del estado y así sucesivamente. Trágicamente, solo
una generación más tarde, estatistas, socialistas y totalitarios parecían haber
arrasado el campo. Ya antes de la Primera Guerra Mundial, el estado imperial de
guerra y bienestar parecía estar en ascenso. La Primera Guerra Mundial parecía
poner los últimos clavos en el ataúd de la libertad.
Aún así, a pesar de las abrumadoras
fuerzas que aplastaban la libertad individual, Ludwig von Mises dedicó buena
parte de su vida a luchar contra los distintos “grandes experimentos alabados
como una nueva era dorada por sus intelectuales contemporáneos, como Martin
Heidegger, John Maynard Keynes y Jean-Paul Sartre. Los bolcheviques acababan de
acomodarse en Rusia, el Partido Alemán Nacional Socialista de los Trabajadores
(los nazis) acababa de fundarse en Munich, antes de que Mises realizara un
heroico esfuerzo por evitar las olas totalitarias en Austria. En resto de su
vida se vio mezclado en la oposición tanto a ambos regímenes “fundadores” del
mundo totalitario, la Unión Soviética y el Tercer Reich. ¡Significativamente,
el mismo cuerpo de ficheros y papeles incautado por la Gestapo en la década de
1930 acabó después de la guerra en los archivos secretos del KGB!
La voz de Mises era algo solitario
entre los intelectuales occidentales. El nacionalsocialismo fue condenado de
forma generalizada desde el principio, pero la Unión Soviética, e incluso el
mismo Stalin, tuvieron vía libre para muchos intelectuales importantes de
occidente. Las ideas de Ludwig von Mises respecto de la relación cercana de los
totalitarios de “izquierdas” y “derechas” y el grado en que los sistemas eran
sencillamente variaciones sobre el mismo tema se abrieron paso en el mundo
intelectual. Y el análisis de Mies de la relación esencial cercana entre los estados intervencionistas
occidentales “pluralistas” y los regímenes totalitarios sigue claramente fuera
de la corriente principal.
Mucho del pensamiento de Mises
sobre estos aspectos se resume en su importante obre Gobierno
omnipotente, publicada por primera vez en 1944. Esta obra será el
centro de mi nuevo curso en la Academia Mises, The Totalitarians.
Con este marco teórico e histórico en mente, haremos un examen histórico muy
detallado del régimen soviético, el Tercer Reich y, en menos grado, otros
estados totalitarios.
Aproximadamente una cuarta parte
del curso se dedicará a esta lectura atenta de Gobierno omnipotente. Después nos ocuparemos de una gran variedad
de fuentes primarias y secundarias para tratar de profundizar en nuestra
comprensión del totalitarismo, un asunto esencial para cualquier visión
comprensiva de la historia moderna. Seis clases de dedicarán a desarrollar una
narrativa histórica clara y un análisis eficaz de los regímenes soviético y
nazi, aplicando las ideas de los escritos de Mises y otros. Haremos referencia
a Mussolini, Pol Pot y varios otros totalitarios, pero el foco principal del
curso serán los regímenes totalitarios “fundadores”: la Unión Soviética bajo
Lenin y Stalin y el Tercer Reich bajo Hitler.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario