Por Gabriel Openshaw.
La teoría austriaca de la utilidad y el
bienestar observa
que todas las transacciones en una economía de libre mercado tienen lugar solo
cuando amabas partes creen que estarán más satisfechos como resultado de un
intercambio. La gente actúa de formas que maximizan su bienestar personal,
entendido subjetivamente. Por el contrario, en economías centralizadas, la
única forma en que el estado puede aplicar sus decisiones económicas es a
través de la amenaza de fuerza ante el incumplimiento o del miedo.
Podríamos decir que el capitalismo es un
sistema basado en la felicidad, mientras que el comunismo (y todas las formas
de intervencionismo) son sistemas basados en el miedo.
Es una gran idea en teoría, pero ¿hay
alguna forma de validar su verdad en la práctica?
Si la tesis es correcta, debería esperarse
ver constantemente a gente deseosa de mudarse de las economías basadas en el
miedo a las economías basadas en la felicidad.
Según en Índice de Libertad Económica,[1]
éstos son los 20 apíses con menos libertad económica:
- República del Congo
- Vietnam
- Guinea-Bissau
- Siria
- Surinam
- Bangladesh
- Nigeria
- Bielorrusia
- Tayikistán
- Haití
- Venezuela
- Uzbekistán
- Irán
- Cuba
- Laos
- Turkmenistán
- Zimbabwe
- Libia
- Birmania
- Corea del Norte
No son países a los que la gente quiera
mudarse habitualmente. De hecho, en varios de ellos es ilegal abandonar el
país.
Las estadísticas de emigración neta
confirman que estos países tienen un flujo migratorio de salida de -1,12‰.[2]
En otras palabras, todos los años estos países ven 1,2 personas mas
trasladándose a otro país por cada 1.000 habitantes que personas de otro país
entrando en ellos. Está claro que esta representa una insatisfacción general
con la vida en ese país (especialmente dado que estas cifras serían mayores si
no fuera ilegal abandonarlos).
En el lado opuesto del espectro, los 20
países más libres económicamente en el mundo son:
- Hong Kong
- Singapur
- Luxemburgo
- Estonia
- Irlanda
- Nueva Zelanda
- Reino Unido
- Dinamarca
- Islandia
- Australia
- Chile
- Suiza
- Estados Unidos
- Suecia
- Finlandia
- Canadá
- Países Bajos
- Alemania
- Austria
- Bahréin
Basándonos en nuestra tesis, no sorprende
que estos países sean mucho más deseables para vivir y tengan un flujo
migratorio neto positivo de 3,31‰. Y al contrario que aquellos países con
economías extremadamente centralizadas en los que era ilegal abandonarlos, en
la mayoría de los países económicamente libres hay límites a los inmigrantes
autorizados a trasladarse a ellos debido a la enorme demanda. Si no estuvieran
las restricciones en ambos lados, veríamos una diferencia aún mayor en la
emigración neta.
Así que nuestra teoría se sostiene: las
economías dirigidas centralizadamente más extremas, o bien ven un flujo neto de
salida de su población o está prohibido legalmente abandonarlas, mientras que
los países más libres económicamente ven un fuerte flujo neto de entrada de
gente de otros países.
El principio sigue siendo cierto no solo
para los extremos. De los 154 países que están listados en el Índice de
Libertad Económica, comparando lo 77 superiores con los 77 inferiores también
vemos que la mitad superior (más libre económicamente) tiene un flujo
migratorio neto positivo medio de 0,83‰, mientras que la mitad inferior (menos
libre económicamente) tiene un flujo migratorio neto negativo medio de -0,57‰.
Los patrones migratorios de la gente
alrededor del mundo muestran claramente que la gente se mueve constantemente de
economías dirigidas centralizadamente a economías de libre mercado (y de hecho,
los resultados del análisis son estadísticamente significativos, con un valor P
de 0,0220).
Ahora bien, hay quien puede argumentar que
solo los países ricos pueden permitirse ser libres económicamente y por tanto
es normal ver la emigración de los países más pobres a los países más ricos.
Esto ignora el hecho de que los países ricos son ricos precisamente por sus
políticas económicas.
He aquí los 22 países del “primer mundo”
de Europa occidental, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos y Canadá,
ordenados por mayor libertad económica:
- Luxemburgo
- Irlanda
- Nueva Zelanda
- Reino Unidos
- Dinamarca
- Islandia
- Australia
- Suiza
- Estados Unidos
- Suecia
- Finlandia
- Canadá
- Países Bajos
- Alemania
- Austria
- Bégica
- Italia
- Noruega
- España
- Portugal
- Francia
- Grecia
Estos países están entre los más basados
en el libre mercado en el mundo, incluyendo a 7 de los 10 primeros. Incluso los
tres menos económicamente libres de este selecto grupo (Portugal, Francia y
Grecia, clasificados en el puesto 37, 44 y 59, respectivamente) están muy por
encima de la media en su orientación al libre mercado.
Si nuestra tesis es correcta, incluso
entre éstos deberíamos ver emigración de países menos libres económicamente a
países más libres económicamente. Después de todo, si la analogía del espectro
es cierta, la gente siempre irá hacia la mayor felicidad que se encuentra en
economía de mercados más libres.
De estos 22 países del primer mundo, los
11 más libres económicamente tienen una tasa de emigración neta media de 2,68‰,
mientras que los 11 menos libres económicamente tienen una tasa de emigración
neta media de 2,01‰. En otras palabras, incluso entre estos países, los las
libres económicamente muestra una emigración neta un 33% más positiva que sus
pares menos libres. El principio se mantiene.
Incluso dentro de un país, podemos ver una emigración de las políticas de
mercado más restrictivas a las más libres. En Estados Unidos, la emigración
neta es un 23% mayor para los estados que tienen un gobernador de la derecha
conservadora que para los estados con un gobernador liberal de izquierdas, y en
general la plataforma política conservadora está más a favor del libre mercado.[3]
Incluso a nivel de condados, 97 de los 100
condados de más rápido crecimiento en Estados Unidos votaron a conservadores en
las últimas elecciones, lo que equivale a más libre mercado.[4]
Al analizar la emigración neta de millones
de personas tomando decisiones individuales todos los años en todos los países
del mundo, somos capaces de validar objetivamente la tesis: en el espectro
económico que va de las economía dirigidas centralizadamente hasta las
políticas económicas descentralizadas del libre mercado, la gente tenderá a
evitar la planificación centralizada y dirigirse hacia el libre mercado. En
todos los casos, la gente está más feliz con mercados más libres y demuestra
repetidamente esto con su elección de dónde vivir.
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