“Ya lo hemos reiterado en varias ocasiones, la solución no es prohibir construir, sino indicar dónde y cómo hacerlo”, dijo el mandatario en una sesión del Consejo de Ministros, instando a terminar con las “ilegalidades” en ese sensible sector.
El déficit habitacional es uno de los principales problemas de la sociedad cubana, con una necesidad que sobrepasa el medio millón de casas, sin contar con el fuerte deterioro de las existentes, sobre todo en La Habana.
Como parte de sus reformas, aprobadas por el VI Congreso del Partido Comunista (PCC, único) en abril de 2011, Raúl aprobó la compraventa de viviendas, cesó la confiscación habitacional a los que emigran, que ahora podrán venderlas o legarlas, y liberó la venta de materiales de construcción.
También amplió el trabajo privado, sobre todo en oficios relacionados con la construcción, la contratación de empleados con esos fines; concedió créditos bancarios para esas labores y subsidios a las familias pobres para enfrentar esas necesidades.
Sin embargo, la compleja maraña legal que deben enfrentar los cubanos para resolver esos problemas, el burocratismo de los organismos estatales involucrados y la violación de normas urbanísticas, han creado ilegalidades y corrupción en el sector de la vivienda.
“Las necesidades habitacionales no pueden ser motivo para las ilegalidades, y cuando se incurra en ellas, la Fiscalía General de la República y el Ministerio del Interior tienen facultades para enfrentarlas y accionar sobre los infractores para no dar margen a la impunidad”, dijo el mandatario.
Raúl Castro llamó a “perfeccionar” los institutos de Planificación Física y de la Vivienda “para asegurar una adecuada respuesta a las transformaciones que en cuanto a vivienda y urbanismo se han puesto en práctica”.
Según la estatal Oficina Nacional de Estadísticas, la edificación de viviendas cayó en 2011 a 32.540 unidades de las 33.901 construidas el año anterior, en una tendencia a la baja de las 44.775 hechas en 2008.
Raúl Castro crea nuevos ministerios: Industrias y Energía y Minas
El presidente de Cuba, Raúl Castro, dispuso la división del magaministerio de la Industria Básica en dos nuevas carteras y la fusión de otras divisiones, en un avance en la separación de las funciones estatales y empresariales, informó el jueves la prensa oficial.Con ello, “se pretende reducir gradualmente la cantidad de organismos, lo que permitirá al país contar con estructuras más integradas cuya composición asegure un eficiente funcionamiento, mayor racionalidad y la reducción de gastos innecesarios de todo tipo”, dijo el diario oficial Granma.
“Con estas decisiones se pretende dar respuesta a los problemas identificados en cada uno de estos” ministerios al tiempo que se avanzará en la separación de las funciones estatales y empresariales”, señaló Granma.
El Consejo de Ministros, presidido por Raúl aprobó “la transformación del Ministerio de la Industria Básica (Minbas) en el Ministerio de Energía y Minas” y “la creación del Ministerio de Industrias”, informó Granma.
La nueva cartera de Energía y Minas “desarrollará las funciones estatales en las actividades petroleras, la energía eléctrica y la minería”, mientras que la de Industrias nacerá “de la fusión de las industrias Sideromecánica, Ligera y Química”, añadió.
Ello implica la desaparición de los ministerios de la Industria Ligera y Sideromecánica.
El antiguo Minbas se ocupaba de la generación, distribución y comercialización de electricidad; la producción de combustibles, derivados del petróleo y lubricantes, así como la venta mayorista del alcohol doméstico y la exploración y explotación del petróleo y gas.
También tenía a su cargo la investigación geológica, explotación y procesamiento de minerales sólidos y su extracción, producción y comercialización, incluyendo la sal y sus derivados.
Igualmente la búsqueda de aguas minerales; producción y comercialización de fertilizares, fibras químicas, gases industriales, artículos de plástico, plaguicidas, pinturas, colorantes, barnices y otros productos químicos, así como la producción y venta de neumáticos y otros productos de caucho.
Además atendía la producción, conversión y comercialización de papel, cartón y pulpa celulosa, vidrio y cementos.
Hasta la fecha, el Consejo de Ministros de Cuba contaba de 23 carteras, así como del Banco Central y los Institutos de Deportes, Radio y Televisión, Aeronáutica, con rango ministerial.
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