Euro: Pasado y futuro ¿Cómo hemos llegado a esta situación?
Por Santiago Simón del Burgo, Profesor del Departamento de Control y Dirección Financiera de ESADE
Hoy se celebra la cumbre europea a la que se llevan diversas posiciones de los países miembros y en la que van Rompuy propone un debate sosegado sobre el futuro de Europa a largo plazo. Si queremos entender donde estamos, debemos preguntarnos cómo hemos llegado hasta aquí. Cuando se rompieron los acuerdos de Bretton Woods (1971) y empezó la libre flotación de las monedas, la vieja Europa reaccionó creando el Sistema Monetario Europeo (1979) e intentando de alguna manera fijar las paridades de las diferentes monedas, ya que la mayor parte del Comercio Internacional de los países europeos, se hacía con sus vecinos, así nació el embrión de lo que después sería el Ecu y posteriormente y en base a los acuerdos de Maastricht se llegaría al Euro.
La única forma de dar estabilidad al euro, es a través de una unificación real, pero no tan sólo a nivel monetario sino también a nivel fiscal y político, es decir, cediendo grandes dosis de soberanía, este punto, se ha evitado por todos los países, ya que nadie quiere ceder su soberanía, y además, Europa teme ser “dominada” por Alemania, esta vez no de una forma militar como en las dos primeras guerras mundiales, pero sí de forma económica. Estados Unidos es una unión monetaria de éxito, sus diferentes estados tienen peculiaridades propias, pero han sabido integrarse de forma que el Dólar es común y sus políticas están consensuadas, si el Euro quiere tener alguna posibilidad de supervivencia a largo plazo, debería mirarse en su hermano mayor americano.
Ahora se habla de los eurobonos, es uno de los temas candentes que hay sobre la mesa. En mi opinión, los eurobonos son lógicos y positivos únicamente dentro de una dinámica de unión real, fiscal y con todas sus consecuencias. Tal como estamos ahora, los eurobonos, tan sólo servirían para socializar la crisis. La prima de riesgo (el diferencial con el bono alemán), nos está midiendo las diferencias entre países, esa brecha, se tiene que cerrar a nivel real, no tan sólo a nivel monetario. Si hay una voluntad política de integración de los 27 estados miembros, los eurobonos serán saludables y positivos. Caso contrario, sólo servirán para penalizar a los países con una prima de riesgo menor (Alemania), beneficiando a aquellos estados miembros que están peor, léase, Grecia, Portugal, España e Italia.
Probablemente Grecia tenga que salir del Euro, pero, en este club hay reglas, y por la misma puerta que se entra, se sale. Si alguien no quiere “integrarse”, debe salir, por doloroso que sea, en base al bien común.
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