Libertad, ¿para qué?
Hace unos 50 años y sin terminar la
enseñanza secundaria salí de mi país natal Cuba donde había sido testigo
de los métodos que el Partido Comunista utilizaba para fraguar el
socialismo científico.
Se vociferaba que si aquellas propuestas
eran de índole comunista entonces los simpatizantes de estas querían
que los pusieran “en la lista” de militantes comunistas pues estaban de
acuerdo con esos fines.
Vi como las masas se congregaban en las
plazas públicas y a petición de los dirigentes aprobaban
incondicionalmente que todos seriamos subyugados al “bien común”,
eliminaríamos a “los ricos” y lo que poseíamos seria “de todos”.
El pueblo de Cuba había combatido una
dictadura para recuperar su libertad y restablecer una República
Constitucional basada en las libertades individuales y el Estado de
Derecho lograda a través del triunfo de la insurgencia en el monte y el
clandestinaje en el llano.
Pero parece que el pueblo cubano le temió a esa Libertad.
El ser humano al llegar frente a la
Libertad llega también frente al riesgo, a la lucha y a decidir sus
acciones y encarar sus consecuencias siendo responsable si yerra.
Al enfrentarse a la Libertad el ser
humano busca instancias protectoras que le cubran los riesgos y elige
las autoridades que tomen las decisiones en su lugar.
Al tener miedo a la Libertad el ser
humano se infantiliza y quiere sentirse protegido, amparado y busca
quien le resuelva lo que le conviene y lo que no le conviene.
La forma más dañina del miedo a la
Libertad es el temor al libre pensamiento, se cierran los ojos ante los
problemas y se prefiere pensar con cabeza ajena aceptando “verdades” ya
dichas sin tener que elegir las verdades por si mismo.
El lema “laissez faire, laissez passer”
no es una actividad pasiva sino todo lo contrario. Esta frase tan
criticada por el socialismo internacional demanda claramente que me
dejen hacer, me dejen trabajar, tener manos libres y que se me respete
lo que yo consigo con mi esfuerzo lícito y sin dañar a otros. Esto es
después de todo por lo que los “marielitos” y “balseros” cubanos y
emigrantes de otras nacionalidades en los EEUU y otros países del mundo
realmente han aprobado “con los pies”.
Cuando se expresa explícitamente el ansia de Libertad es cuando aparece más agudo el miedo a esa Libertad que hay que encarar y esta actitud de miedo contribuye substancialmente al socialismo y a todas sus modalidades.
Y así surgen los enmascarados derechos individuales llamados entonces “derechos sociales” que quieren aparecer como perfeccionamiento de los verdaderos derechos cuando la verdad es que están inspirados por una actitud contraria. Eva Perón de la Argentina en una ocasión llego a expresar: “Detrás de cada necesidad hay un derecho”.
Cuando se expresa explícitamente el ansia de Libertad es cuando aparece más agudo el miedo a esa Libertad que hay que encarar y esta actitud de miedo contribuye substancialmente al socialismo y a todas sus modalidades.
Y así surgen los enmascarados derechos individuales llamados entonces “derechos sociales” que quieren aparecer como perfeccionamiento de los verdaderos derechos cuando la verdad es que están inspirados por una actitud contraria. Eva Perón de la Argentina en una ocasión llego a expresar: “Detrás de cada necesidad hay un derecho”.
Existe una diferencia enorme entre el
derecho de propiedad que es el derecho de que yo obtenga lo que pueda
lograr y que me sea respetado y el supuesto derecho a la propiedad en el
cual yo exijo que se me de algo en propiedad.
Entre la libertad de trabajo y el
“derecho al trabajo” hay una contraposición. En la primera yo exijo que
me dejen trabajar y no pido que me den nada. En el “derecho al trabajo”
estoy realmente pidiendo que me garanticen el trabajo.
Dentro de esta misma corriente de
pensamiento se plantean una serie de exigencias bajo las cuales late un
ansia desaforada de ser protegido. Esta actitud es una tentación de la
naturaleza humana y puede presentarse en todos los individuos
independientemente de su situación social económica.
Como el miedo a la Libertad es una
actitud regresiva hacia la infancia esta produce el sentimiento de
envidia. Creemos que el que tiene más bienes me está afectando pero no
me atrevo a expresarlo explícitamente y me veo en la necesidad de
racionalizar mi envidia teniendo que recurrir a esa doctrina de boga
llamada “justicia social” que me sirve de escudo para disfrazar ese
antiguo pero permanente sentimiento.
Ahora puedo adoptar una actitud
“justiciera” y altruista en la que condeno las “injusticias” que acarrea
la libre empresa y predico la necesidad de “distribuir las riquezas”
más equitativamente.
El miedo a la Libertad amenaza a todos los seres humanos pero el llamado “intelectual” está más expuesto a ello.
Este último se considera por lo general
un ser superior y se siente molesto al ver que los empresarios privados
obtienen posiciones económicas mas altas que la suya y su envidia oculta
se canaliza elaborando teorías políticas y económicas de carácter
socialista.
Las ideas socialistas no han surgido de
las clases proletarias pero si de los “intelectuales” quienes influidos
por la envidia fabrican las doctrinas que más tarde en muchos casos
encuentran terreno fértil en la mente de las masas llevándolas a la
miseria.
El verdadero peligro al que nos
enfrentamos hoy consiste en que el ser humano tiene miedo a la Libertad
aunque en la actualidad lo oculte bajo las diversas mascaras y variantes
del socialismo.
Si nos preguntamos Libertad ¿para qué?, quiero sugerir unas respuestas:
Quiero Libertad para disponer de nuestra propiedad más sagrada que es nuestra vida y persona y lograr por mis esfuerzos los medios para sustentar la existencia y la prosperidad.
Quiero Libertad para disponer de nuestra propiedad más sagrada que es nuestra vida y persona y lograr por mis esfuerzos los medios para sustentar la existencia y la prosperidad.
Quiero Libertad para vivir en un país donde somos iguales ante la ley y no a través de ella.
Quiero Libertad para existir en una
sociedad coordinada por el llamado mercado libre donde el poder de todos
está limitado, disperso y condicionado por la aquiescencia de los
demás.
No pretendo un mundo perfecto, porque
eso solamente existe en la mente de los utópicos. Libertad ¿para qué?:
!Para ser dignos y sentirnos con dignidad!
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