Ser rico no es malo
Una de las pocas ideas que dan pista de
lo que es el “novedoso” socialismo del siglo XXI se resume en la frase:
“ser rico es malo”. Parece lógico que con semejante máxima no comulguen
los habitantes de los países capitalistas, pero que también renieguen de
ella los chinos es algo para no creer.
La conclusión de un reciente estudio del
Banco Exterior de China (UOB por sus siglas en inglés) es que dentro de
5 años los chinos ricos serán aún más ricos. La riqueza de las personas
de más altos ingresos de China se incrementará en casi 250% en 5 años.
En este país se considera acaudalada a
la persona que posee un patrimonio cercano al millón de dólares (en
moneda nacional, un poco más de 6 millones de yuanes). Los chinos con
grandes fortunas se estiman en alrededor de 3 millones, aproximadamente
el 0,2% de la población que supera los 1.300 millones de habitantes. De
aquellos en la capital de China, Pekín, se encuentra el mayor número:
cerca de de medio millón de ricos.
El mencionado estudio indica que al
comparar la riqueza que tendrán los ricos chinos en el 2015 con la que
tenían en el 2010 habrá un aumento en el valor de sus activos de más de 6
billones de dólares. Su patrimonio total pasará de 2,6 billones de
dólares a 8,8 billones en el 2015. Es decir, el estrato más rico de
China poseerá casi 9 billones de dólares en el 2015.
El banco que realizó el estudio tiene
sede en la relumbrante ciudad de Shanghai y ofrece innovadores servicios
bancarios para atraer precisamente a los poseedores de grandes fortunas
que no son estigmatizados por nadie con el apodo de “oligarcas” o
“burgueses”.
¿Cómo se plantea atraer a estos clientes
el presidente el UOB China, Chen Jianfa? Como hacen las entidades
financieras en todas partes del mundo: brindándoles opciones financieras
rentables y servicios diversificados y personalizados. Estrategia que
se parece mucho a la que vemos en la publicidad en Venezuela y
Latinoamérica.
Ahora que Venezuela y otros países de la
región firman convenios poco transparentes con la República Comunista
de China, deberían aprovechar la oportunidad para aprender un poco de
los chinos sobre el funcionamiento de una economía de mercado. Podrían
comenzar aceptando, como los chinos, que ser rico no es malo si la
fortuna ha sido acumulada de manera lícita en los circuitos productivos y
financieros, y no ha sido adquirida por medios ilegítimos como el
tráfico de drogas o la corrupción.
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