La mayoría de los pasajeros dormía cuando los maleantes los amenazaron para que les dieran sus pertenencias.
Foto: Marcial Pasarón
Monterrey y Santa Catarina • “Esto es una
asalto cabrones, se los va a cargar la verga”, gritó uno de los ladrones
a bordo de la unidad 3364 de Transporte Futura que había partido de
Durango, Durango a las 17:00 del miércoles.
Para entonces, cuando el atraco, ya era cerca de la medianoche.
La mayoría de los 30 pasajeros iban dormidos, cuenta uno de los tripulantes que también dormitaba y que al momento de la gritería se despertó.
Roberto Valentín, un técnico coahuilense recuerda aquellos tensos momentos.
“El autobús iba a oscuras, ellos (los asaltantes) dijeron que se cerraran todas las cortinas, entonces uno pasó a recoger las partencias de todos, iba por los asientos de atrás, y me acuerdo que le dijo a otro asaltante de los que iba adelante, ‘éste no se deja’.
“Y es que creo que un señor no le daba sus pertenencias, entonces el que iba adelante se va atrás y le dice, ‘¿quién es el que no se deja’, ‘éste’ ‘Vuélale los pinches sesos, vuélaselos’”.
Luego empezó el forcejeo, y el asaltante, que llevaba una llave stilson para amagarlos, fue desarmado y con el mismo objeto fue golpeado. La misma suerte corrió otro de sus cómplices, a quien le quitaron una navaja.
Un tercer asaltante, cuya función fue amagar al chofer de la unidad mientras se desarrollaba el asalto sobre ruedas, y que aparentemente portaba un arma de fuego o blanca, obligó al conductor a detener la marcha de la unidad para descender, no sin antes amenazar de muerte a todos los pasajeros.
Se presume que éste asaltante subió a una camioneta que viajaba atrás del autobús y en la que irían otros cómplices, por lo que los pasajeros le pidieron al chofer que acelerará la marcha de la unidad.
Y mientras los pasajeros, principalmente siete de ellos, que viajaban en la parte trasera de la unidad sometían a los ladrones, el autobús avanzaba a toda velocidad, primero por la autopista Torreón-Saltillo, y enseguida por la que comunica a la capital de Coahuila con Monterrey.
Los dos ladrones fueron atados de sus manos, a la altura de sus espaldas con las agujetas de sus tenis.
El chofer avisó de lo ocurrido a la Policía Federal de Caminos, cuyos elementos le recomendaron que avanzara hasta Santa Catarina, para que iniciara las investigaciones.
El ladrón que pereció, quien tenía unos 40 años, resultó con fractura expuesta de cráneo, y su cómplice herido, de unos 45 años, quedó con probables fracturas en cráneo, maxilar inferior y brazo derecho.
El Ministerio Público continuará con la investigación del caso, y probablemente lo turné a las autoridades judiciales de Coahuila, donde sucedieron los hechos.
Para entonces, cuando el atraco, ya era cerca de la medianoche.
La mayoría de los 30 pasajeros iban dormidos, cuenta uno de los tripulantes que también dormitaba y que al momento de la gritería se despertó.
Roberto Valentín, un técnico coahuilense recuerda aquellos tensos momentos.
“El autobús iba a oscuras, ellos (los asaltantes) dijeron que se cerraran todas las cortinas, entonces uno pasó a recoger las partencias de todos, iba por los asientos de atrás, y me acuerdo que le dijo a otro asaltante de los que iba adelante, ‘éste no se deja’.
“Y es que creo que un señor no le daba sus pertenencias, entonces el que iba adelante se va atrás y le dice, ‘¿quién es el que no se deja’, ‘éste’ ‘Vuélale los pinches sesos, vuélaselos’”.
Luego empezó el forcejeo, y el asaltante, que llevaba una llave stilson para amagarlos, fue desarmado y con el mismo objeto fue golpeado. La misma suerte corrió otro de sus cómplices, a quien le quitaron una navaja.
Un tercer asaltante, cuya función fue amagar al chofer de la unidad mientras se desarrollaba el asalto sobre ruedas, y que aparentemente portaba un arma de fuego o blanca, obligó al conductor a detener la marcha de la unidad para descender, no sin antes amenazar de muerte a todos los pasajeros.
Se presume que éste asaltante subió a una camioneta que viajaba atrás del autobús y en la que irían otros cómplices, por lo que los pasajeros le pidieron al chofer que acelerará la marcha de la unidad.
Y mientras los pasajeros, principalmente siete de ellos, que viajaban en la parte trasera de la unidad sometían a los ladrones, el autobús avanzaba a toda velocidad, primero por la autopista Torreón-Saltillo, y enseguida por la que comunica a la capital de Coahuila con Monterrey.
Los dos ladrones fueron atados de sus manos, a la altura de sus espaldas con las agujetas de sus tenis.
El chofer avisó de lo ocurrido a la Policía Federal de Caminos, cuyos elementos le recomendaron que avanzara hasta Santa Catarina, para que iniciara las investigaciones.
El ladrón que pereció, quien tenía unos 40 años, resultó con fractura expuesta de cráneo, y su cómplice herido, de unos 45 años, quedó con probables fracturas en cráneo, maxilar inferior y brazo derecho.
El Ministerio Público continuará con la investigación del caso, y probablemente lo turné a las autoridades judiciales de Coahuila, donde sucedieron los hechos.
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