Leo Zuckermann
Ayer, en los principales diarios de la capital apareció publicado un desplegado pagado por el PAN titulado “Josefina se acerca a Peña”. El partido gobernante nos comparte su Encuesta Nacional Diaria, donde Peña trae 39% de las intenciones de voto efectivas, Josefina 33% y AMLO 25%, es decir, la panista estaría a seis puntos porcentuales del priista. Si Peña baja tres y Josefina los sube, la elección se empataría. Se trata, me parece, de una encuesta con fines propagandísticos para mandar la idea de que la elección no está definida; que Josefina está a “tiro de piedra” de Peña y que todavía puede ganar.
Si estos son los números que su equipo le está entregando a la candidata, y ésta se los cree, me temo que la están engañando y ella se está dejando embaucar. No lo creo, puesto que Josefina, como todos los panistas y los mexicanos en general, tienen acceso a las demás encuestas, incluidas las de encuestadores serios e independientes. En todas éstas aparece Peña muy bien, arriba en las preferencias, y Josefina y AMLO peleándose un segundo lugar muy lejano.
Ayer, por ejemplo, salió la encuesta semanal de Parametría en El Sol de México. Peña tiene 46% de las intenciones de voto efectivas. AMLO está a 20 puntos de distancia con 26% de las preferencias. Josefina cuenta con 25 por ciento. Debido al margen de error estadístico, no se puede decir con precisión quién está en el segundo lugar entre la panista y el izquierdista.
Lo que sí demuestra la serie de encuestas de Parametría es que AMLO va al alza y Josefina a la baja. En la primera semana de abril, cuando recién comenzaron las campañas formales, AMLO contaba con 19% de las preferencias y Josefina con 28 por ciento. Desde entonces, el tabasqueño ha subido siete puntos porcentuales y la panista ha bajado tres.
Todo lo cual nos lleva a una conclusión dolorosa para los panistas: la campaña de Josefina es un desastre. La mercadotecnia electoral no está funcionando. Para empezar no hay un mensaje eficaz que resuma lo que está proponiendo la candidata. El de Peña es “cambio y cumplimiento”, el de AMLO, “cambio verdadero”, pero el de Josefina es un confuso “diferente”. ¿De quién? ¿De Calderón, Fox, Peña, AMLO o de los hombres en general?
Tampoco quedan claros los segmentos de votantes que está tratando de ganar la candidata ni su posicionamiento como persona: ¿mujer, experimentada, ciudadana, amigable, accesible, en fin, qué tipo de política es Josefina como para darle el voto? ¿Cuál es su estilo?
Luego la candidata panista habla de muchas cosas. No hay “temas ganadores” definidos. Igual declara de economía que de seguridad, educación, medio ambiente y un largo etcétera.
En fin, no sé usted, pero yo no entiendo la campaña de Josefina. La verdad es que me ha decepcionado.
Para acabarla de amolar, en la prensa aparecen filtraciones de graves desavenencias en su equipo. Un día sí y otro también están despidiendo o renunciando al coordinador de la campaña, Roberto Gil Zuarth.
Es obvio que le partido gobernante no puede darse el lujo de irse al tercer lugar. Sería un verdadero desastre para el presidente Calderón, Josefina y todo el PAN. Quizá lo conveniente para ellos es admitir que ya no pueden ganar y por lo menos dar la lucha por el segundo lugar.
Un último dato. Ayer en el mercado de predicciones de eventos futuros de intrade.com, los apostadores le daban a Peña 90% de ganar la elección presidencial, 15% a AMLO y a Josefina un miserable dos por ciento. Hasta ahí se refleja el desastre de la campaña de la candidata presidencial del PAN.
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