Es penoso, para la derecha y las
izquierdas mexicanas, que a cinco días del 1 de julio, el tema de
discusión sobre el proceso electoral no sean las posibilidades de
triunfo del candidato presidencial de azules o amarillos.
Es lamentable, para los partidos que nacieron para echar del poder al
PRI --el PAN y el PRD--, que a cinco días de la elección federal, la
discusión no sea sobre lo reñido de la competencia por el primer lugar
--entre las tres fuerzas de la geometría electoral mexicana--, sino por
el segundo sitio.
Y es que a 24 horas de concluir las campañas, y a cinco días de la
elección, la mayoría de los enterados no apuestan por la victoria de la
candidata azul o el aspirante amarillo, sino por el porcentaje de votos
que –sobre la señora Josefina y el señor Andrés--, hará Presidente a
Peña Nieto.
Debate inédito --impensable hace meses--, que se produce lo mismo en
comederos políticos, abrevaderos de periodistas y opinadores, que en
redacciones en donde se apuesta por una ventaja de entre ocho y 18
puntos porcentuales de diferencia, a favor de Enrique Peña Nieto, por
sobre la señora Josefina o el señor Andrés.
Y no existe un solo analista, comentarista, periodista, corresponsal
extranjero --que sean serios, claro--, que dude que el ganador de la
contienda presidencial --del próximo 1 de julio--, será Enrique Peña
Nieto. En todo caso, la diferencia de opiniones es por el tamaño de la
paliza que en la contienda presidencial y del Congreso, le dará el PRI a
sus adversarios.
¿Y qué significa todo lo anterior?
Poca cosa. Que además de que es vergonzoso para los partidos de la
derecha y la izquierda –y para sus dirigencias--, esa realidad confirma
"el fracaso cultural" de azules y amarillos. Es decir, que no estamos
ante un triunfo arrollador del PRI y menos ante el regreso de un partido
tricolor moderno y democrático. No, asistimos al fracaso cultural del
proyecto político y de gobierno del PAN y del PRD.
Y una vez identificadas las razones del potencial regreso del PRI, la
siguiente pregunta obliga. ¿Por qué fracasaron el PAN y el PRD? Las
razones son muchas. Aquí proponemos tres.
Primero, que tanto el PAN, como el PRD, se contagiaron de las peores
prácticas que –por décadas--, hicieron del PRI lo que fue; un partido
nada democrático, corrupto, depredador, que cultivó el clientelismo y
las prácticas autoritarias.
Segundo, que los gobiernos del PAN y del PRD --salvo excepciones--,
nunca fueron honestos, eficaces, transparentes, propositivos y modernos,
como pregonaron, frente a los gobiernos surgidos del PRI. Y decir que
no superaron a los del PRI, ya es decir mucho. Y si tienen dudas, vale
recordar las razones por las que la izquierda perdió, por ejemplo,
Zacatecas, Michoacán y Baja California Sur.
La respuesta es tan aplastante como las razones; la izquierda perdió
esos gobiernos, por políticos mediocres y pillos como la señora Amalia
García, y los señores Leonel Godoy y Narciso Agúndez –este último en
prisión--, quienes resultaron verdaderos lacras, peores que las del PRI.
¿Y por qué el PAN va a perder Jalisco y Morelos, además de muchos otros
gobiernos que le arrebató el PRI? Elemental, por culpa de políticos y
gobernadores como Emilio González y Marco Antonio Adame, que resultaron
virreyezuelos de la mediocridad y la transa.
Y tercero, porque el PAN y el PRD, nunca se preocuparon por invertir en
la formación de cuadros; en la germinación y desarrollo de políticos
jóvenes capaces de trascender la doctrina madre de la derecha y las
izquierdas. Y es que los nuevos cuadros del PAN y del PRD no han sido
más que arribistas que llegaron al poder a medrar y robar; igual que los
politicos y gobernantes del PRI, pero con la diferencia de que los
tricolores eran y han sido eficaces.
Hoy el PAN sólo tiene el Gobierno federal –que perderá a partir del 1 de
diciembre--, y un puñado de gobiernos estatales –entre ellos Guanajuato
que no aguantará una elección más--, en tanto que el PRD sólo se cuelga
del único bastión real de poder, que es el DF.
Por su parte --y en abierto contraste--, hoy el PRI tiene en su poder 20
gobiernos estatales y, a partir del lunes próximo, tendrá de vuelta el
Gobierno federal; posiblemente tenga mayoría en las dos cámaras del
Congreso y elevará sus gobiernos estatales a 22, de 32. Aun así, lo
curioso es que en el Distrito Federal, el PRI podría repetir su ayuno de
triunfos, en tanto que el PRD podría arrebatarle al PAN sus tres
jefaturas delegaciones en la capital del país.
¿Se entendió por qué ganará el PRI? ¿Por qué perderán PAN y PRD?
Así, o más claro. |
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