19 julio, 2012

¿Al diablo con sus instituciones, otra vez?


¿Al diablo con sus instituciones, otra vez?

Ciro Gómez Leyva

Interesante la forma en que Jaime Cárdenas, asesor de Andrés Manuel López Obrador, expuso ayer el funcionamiento de una presunta red en donde empresas y personas fantasmagóricas fondearon en abril, mayo y junio millones de pesos a Grupo Financiero Monex, que a su vez repartió ese dinero a otras empresas de no menos sospechosa identidad. La red de lavado de dinero habría funcionado, en buena medida, para dotar de dinero fresco las ilegalidades de Enrique Peña Nieto.



Más allá de que la autoridad valide o deseche estas huellas, indicios, vestigios, evidencias, López Obrador dictó ayer mismo la sentencia:


“No se puede permitir que las autoridades sean cómplices del delito (…) Si no se investiga el asunto y si hay impunidad, vamos a proceder en contra de las autoridades responsables”.


Si entiendo, a la autoridad (Tribunal Electoral, Comisión Bancaria y de Valores, Secretaría de Hacienda, PGR, Presidencia de la República) no le queda más que dar por bueno el esquema que explicó Jaime Cárdenas, o atenerse a las consecuencias. Es el conocido principio de 2006:


Si las instituciones no están con nosotros es porque están contra el pueblo, la justicia y la democracia; por lo tanto, al diablo con sus instituciones corrompidas.


Interesante, repito, la forma en que se presentó el caso Monex (expediente original del PAN). Pero López Obrador sigue sustituyendo el análisis por las lecciones de moral. Es el bien contra el mal, el cielo o el infierno. Es el discurso de las verdades absolutas, incapaz de coexistir con verdades contradictorias.


Es cierto que sigue recorriendo el camino que marca la ley, pero con el discurso de la descalificación a priori. De la intimidación.

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