06 julio, 2012

EPN y la economía

“Dos son los retos que, en términos generales, enfrentará el gobierno de Peña Nieto en materia económica: Consolidar la estabilidad e incentivar correctamente el crecimiento.”

Arturo Damm

Dos son los retos que, en términos generales, enfrentará el gobierno de Peña Nieto en materia económica. El primero, consolidar la estabilidad. El segundo, incentivar correctamente –y esta palabra es clave: correctamente- el crecimiento de la producción, de la generación del ingreso y de la creación de empleo.
La estabilidad depende de la autonomía del Banco de México, es decir, de la prohibición constitucional para que, por orden del Poder Ejecutivo, el banco central emita dinero para financiar parte del gasto gubernamental, autonomía que cierra una de las principales fuentes de inflación, quedando pendiente cerrar la otra: el sistema bancario de reservas fraccionarias, algo mucho más difícil de conseguir que la autonomía del banco central.

La estabilidad depende de la autonomía del Banco de México, pero no solamente de la autonomía del banco central, debiendo contarse, también, con el manejo correcto de la finanzas gubernamentales, lo cual supone, bien entendidas las cosas, eliminar el déficit presupuestario, es decir, el financiamiento de una parte del gasto gubernamental (la parte deficitaria) con deuda, lo cual quiere decir que todo el gasto gubernamental debe financiarse con impuestos (como al final de cuentas sucede, debiendo suceder por principio de ellas).
La autonomía del Banco de México está ordenada en el artículo 28, párrafo sexto, de la Constitución, y así ordenada debe quedarse. Desafortunadamente no hay un ordenamiento semejante en lo tocante al manejo correcto de las finanzas gubernamentales, si bien es cierto que en los últimos años se ha hecho un manejo prudente de la deuda del gobierno, pero no hay que confundir ese manejo del problema con su solución, y problema es cualquier deuda contraída, ¡sobre todo gubernamental!, que no haya sido invertida en alguna actividad productiva capaz de generar ingresos con los cuales liquidarla. ¿Qué porcentaje de la deuda gubernamental cumple con este requisito?
Al margen de la respuesta a la pregunta planteada hay que tener en cuenta lo siguiente. En diciembre de 2006 la deuda interna (denominada en pesos) del Gobierno Federal sumó 1 billón 547 mil 112 millones de pesos; en mayo pasado (último mes para el que tenemos información) la suma alcanzó 3 billones 213 mil 419 millones, lo cual significó un aumento del 107.7 por ciento en términos nominales, y del 83.2 por ciento en términos reales, ya descontada la inflación.
Si pasamos de la deuda interna del Gobierno Federal a la externa (denominada el dólares) tenemos lo siguiente: saldo en diciembre de 2006, 39 mil 807 millones de dólares; saldo en mayo pasado (último mes para el cual tenemos datos), 62 mil 565 millones, lo cual dio como resultado un incremento del 57.2 por ciento.
La estabilidad depende de la autonomía del Banco de México y del manejo prudente de las finanzas gubernamentales, prudencia en su manejo que, si bien comparado con lo que sucede en otros países resulta aceptable, en comparación con lo que debe ser deja que desear, y lo que debe ser es eliminar a la deuda como fuente de financiamiento del gasto gubernamental.
Continuará.
Share on email Share on facebook Share on twitter

1 comentario:

Enrique dijo...

interesante noticia sobre economia, estoy iniciando mis estudios en esta area, esperemos logre reactivarse en esta segunda mitad del 2012, tambien comparto con ustedes la noticia sobre ana patricia botin http://noticiasbancarias.com/tag/ana-patricia-botin
saludos.