La “compra” del voto, la izquierda autoritaria y el siniestro de
López.
¿Que solo el
PRI compra votos? No me vengan los pejistas, y menos Camacho Solís con cuentos
chinos. Sólo cheque el lector los múltiples programas clientelares (sí señor,
programas populistas para “comprar” votos) que tiene el PRD en el
Distrito Federal, sólo menciono algunos de los que me acuerdo, pero juntos
suman varios cientos:
“Prepa sí”
(becas permanentes para todo mundo aunque sean estudiantes “burros”), medicinas
“gratis,” uniformes y útiles escolares “gratuitos”, ayuda a adultos mayores,
seguro de desempleo mal fondeado, subsidio a habitantes de zonas habitacionales
“abandonadas,” dádivas a madres solteras y mujeres embarazadas, subsidio a
comunidades indígenas del DF, comedores populares, créditos para
remodelación ó adquisición de casas, pensión para todos los adultos
mayores, pistas de patinaje, árboles gigantes de navidad, conciertos
“gratis,” (¿quién conoce las millonadas que el GDF ha pagado a canta
autores famosos como Paul McCartney?), pantallas gigantes para ver
“espectáculos”, albercas artificiales, universidades pejistas “gratuitas” y
mediocres (se accede a ellas vía sorteo de estudiantes) y un larguísimo
etcétera de programas populistas, ah y claro, no se nos puede
olvidar las despensitas, los saquitos de cemento, las laminitas, las
camisetas y hasta tamalitos que regalaron para ganar votos del peje.
¿Cuál es la
secuela de estas nefastas prácticas? Un endeudamiento monumental defeño cercano
a los 60 mil millones de pesos. Ya en el pasado estas prácticas llevaron a la
quiebra al país entero. La deuda gubernamental capitalina sería chatarra
de no tener el aval federal por la vía de la Secretaría de Hacienda, cosa que
no sucede en el resto de los estados de la república. La compra de
“conciencias” para ganar votos por parte del PRD, definitivo, un asunto
costosísimo para los capitalinos.
Lamentablemente
la democracia mexicana arrastra vicios de la vieja época priista, y ojo, por
que los del PAN que no se digan ahora ser unos “santitos”, también le han
entrado a las prácticas corporativistas clientelares, tal vez de manera menos
intensa que el PRD y PRI, pero que no se digan blancas palomitas.
Las democracias
se pervierten cuando la redistribución de la riqueza se vuelve el botín de los
políticos. Esa es una de las razones por las que la gran mayoría de los
liberales no vemos la solución en la democracia simple y vulgar, como es la
democracia de las mayorías, alejada de una estructura como la República con
pleno equilibrio de poderes.
Y lo peor,
vemos a una izquierda autoritaria y populista mexicana que además es hipócrita,
que quiere el poder a toda costa (y que olvida sus prácticas
clientelares-compra de votos- como las que ya mencioné), no importa si no se
reconocen las derrotas y se mandan al diablo a las instituciones. Esta
izquierda autoritaria es un verdadero peligro para México, y por cierto le sigue
yendo muy bien en las elecciones federales, al ser la segunda fuerza política,
pero claro, ahí López no dice nada, no habla de “compra de votos”, sólo
en la votación presidencial hubo “iniquidá”, según el siniestro de López. Si la
izquierda gana, manda el pueblo, si pierde, mandan las fuerzas ocultas de la
burguesía, de Salinas, de los poderes fácticos, y puras sandeces propias de los
socialistas. Si no reconocen a los ganadores en sus propias elecciones (quién
olvida el cochinero perredista, cada vez que hay elecciones internas de ese
partido) y realizan viejas prácticas para ganar el voto, ¿qué actitud
democrática se puede esperar de un partido autoritario en las elecciones
generales?
Que quede
claro, ganó Peña Nieto, con o sin compra del voto. Si en el futuro queremos
eliminar estas prácticas aberrantes, debemos avanzar hacia una seria reforma en
el financiamiento de los partidos políticos amén de penalizaciones más duras a
quien se sorprenda ofreciendo desde camisetas hasta productos para construcción.
¿Cómo olvidar el monto millonario que se decomisó en el aeropuerto de Toluca
proveniente del estado de Veracruz, cuyo origen era del mismísimo gobierno
estatal priista, y que supuestamente era para pagar a un proveedor de tamales?
En un país desarrollado ya hubieran caído varias cabezas por dicha conducta
financiera a todas luces sospechosa.
El peje por su
mesianismo pretende lanzarse dos, tres, cuatro veces, en la medida que la edad
se lo permita, a competir para ser presidente. El señor está en su derecho de
hacerlo (si la izquierda mexicana no se sacude del autoritarismo y populismo,
personajes siniestros como López seguirán dominando políticamente), pero no con
mis recursos de contribuyente, no con los recursos de millones de
contribuyentes que no deseamos que López ostente el poder presidencial. Y lo
mismo para los otros candidatos de otros partidos.
Si a un
ciudadano le late apoyar a tal o cual candidato, lo mismo, está en su completo
derecho, pero que sea con sus recursos, no con recursos del bolsillo ajeno, y
menos aún con recursos con quien no simpatiza con su causa.
Los políticos
se han acostumbrado a ser parásitos de los contribuyentes y ello no es justo
(si quieren el poder que “voteen”). Por ejemplo, ¿de qué vive López-de que ha
vivido estos años- si no ostenta cargo público o trabajo alguno? Sin
financiamiento del contribuyente no sería posible la existencia de los
parásitos políticos y menos de los mesiánicos.
¿Tienen miedo
de que se infiltre dinero del narco? Que las autoridades competentes primero
obliguen a los partidos a no financiarse con recursos del contribuyente, luego,
limitar las donaciones (para evitar a los numerosos buscadores de rentas) a
ciertos montos. Finalmente, cualquier donación deberá pasar por el sistema bancario,
para que quede claro quién dona qué y cuanto. Alguien dirá, y con razón, que
sería imposible detectar toda donación ilegal, sin comprobantes bancario y/o
fiscal, de acuerdo, pero ello ya ocurre actualmente; con una seria reforma al
financiamiento de los partidos al menos los recursos del contribuyente no
serían botín cautivo del político que pretende el poder. Aquí las ideas fluyen
y es cosa de buena imaginación para encontrar candados contra dinero
sospechoso. Los gobernantes son expertos en poner trabas a las transacciones,
así que no veo porque no se ponen a diseñar alternativas para que los partidos
políticos financien sus campañas y dejar de ser vividores del Estado (al final
de cuentas del contribuyente cautivo).
Con todo y
todo, López y sus secuaces pretenden anular las elecciones, pero no lo
lograrán, pues sus argumentos jurídicos son bastante endebles. Insisto, si van
a hablar de compra del voto que se pongan el saco, si alguien es experta en la
compra de votos es la izquierda populista mexicana. Que no se le olvide a la
autoridad electoral, pues recibirá gritos y sombrerazos de esa izquierda que
desea a toda costa el poder para llevar a los mexicanos por la vía del
mesianismo socialista.
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