14 julio, 2012

La “compra” del voto, la izquierda autoritaria y el siniestro de López.


Godofredo Rivera 
La “compra” del voto,  la izquierda autoritaria y el siniestro de López.

¿Que solo el PRI compra votos? No me vengan los pejistas, y menos Camacho Solís con cuentos chinos. Sólo cheque el lector los múltiples programas clientelares (sí señor, programas populistas para “comprar” votos) que tiene el  PRD en el Distrito Federal, sólo menciono algunos de los que me acuerdo, pero juntos suman varios cientos:

“Prepa sí” (becas permanentes para todo mundo aunque sean estudiantes “burros”), medicinas “gratis,” uniformes y útiles escolares “gratuitos”, ayuda a adultos mayores, seguro de desempleo mal fondeado, subsidio a habitantes de zonas habitacionales “abandonadas,” dádivas a madres solteras y mujeres embarazadas, subsidio a comunidades indígenas del DF, comedores populares,  créditos para remodelación ó adquisición de casas, pensión para  todos los adultos mayores,  pistas de patinaje, árboles gigantes de navidad, conciertos “gratis,” (¿quién conoce las millonadas que el GDF ha pagado  a canta autores famosos como Paul McCartney?), pantallas gigantes para ver “espectáculos”, albercas artificiales, universidades pejistas “gratuitas” y mediocres (se accede a ellas vía sorteo de estudiantes) y un larguísimo etcétera de programas populistas, ah  y claro, no se nos puede olvidar  las despensitas, los saquitos de cemento, las laminitas, las camisetas y hasta tamalitos que regalaron para ganar votos del peje.


¿Cuál es la secuela de estas nefastas prácticas? Un endeudamiento monumental defeño cercano a los 60 mil millones de pesos. Ya en el pasado estas prácticas llevaron a la quiebra al país entero. La deuda  gubernamental capitalina sería chatarra de no tener el aval federal por la vía de la Secretaría de Hacienda, cosa que no sucede en el resto de los estados de la república. La compra de “conciencias” para ganar votos por parte del PRD, definitivo, un asunto costosísimo para los capitalinos.

Lamentablemente la democracia mexicana arrastra vicios de la vieja época priista, y ojo, por que los del PAN que no se digan ahora ser unos “santitos”, también le han entrado a las prácticas corporativistas clientelares, tal vez de manera menos intensa que el PRD y PRI, pero que no se digan blancas palomitas.

Las democracias se pervierten cuando la redistribución de la riqueza se vuelve el botín de los políticos. Esa es una de las razones por las que la gran mayoría de los liberales no vemos la solución en la democracia simple y vulgar, como es la democracia de las mayorías, alejada de una estructura como la República con pleno equilibrio de poderes.

Y lo peor, vemos a una izquierda autoritaria y populista mexicana que además es hipócrita, que quiere el poder a toda costa (y que olvida sus prácticas clientelares-compra de votos- como las que ya mencioné), no importa si no se reconocen las derrotas y se mandan al diablo a las instituciones. Esta izquierda autoritaria es un verdadero peligro para México, y por cierto le sigue yendo muy bien en las elecciones federales, al ser la segunda fuerza política, pero claro, ahí López no dice nada, no habla de “compra de votos”,  sólo en la votación presidencial hubo “iniquidá”, según el siniestro de López. Si la izquierda gana, manda el pueblo, si pierde, mandan las fuerzas ocultas de la burguesía, de Salinas, de los poderes fácticos, y puras sandeces propias de los socialistas. Si no reconocen a los ganadores en sus propias elecciones (quién olvida el cochinero perredista, cada vez que hay elecciones internas de ese partido) y realizan viejas prácticas para ganar el voto, ¿qué actitud democrática se puede esperar de un partido autoritario  en las elecciones generales?

Que quede claro, ganó Peña Nieto, con o sin compra del voto. Si en el futuro queremos eliminar estas prácticas aberrantes, debemos avanzar hacia una seria reforma en el financiamiento de los partidos políticos amén de penalizaciones más duras a quien se sorprenda ofreciendo desde camisetas hasta productos para construcción. ¿Cómo olvidar el monto millonario que se decomisó en el aeropuerto de Toluca proveniente del estado de Veracruz, cuyo origen era del mismísimo gobierno estatal priista, y que supuestamente era para pagar a un proveedor de tamales? En un país desarrollado ya hubieran caído varias cabezas por dicha conducta financiera a todas luces sospechosa.

El peje por su mesianismo pretende lanzarse dos, tres, cuatro veces, en la medida que la edad se lo permita, a competir para ser presidente. El señor está en su derecho de hacerlo (si la izquierda mexicana no se sacude del autoritarismo y populismo, personajes siniestros como López seguirán dominando políticamente), pero no con mis recursos de contribuyente, no con los recursos de millones de contribuyentes que no deseamos que López ostente el poder presidencial. Y lo mismo para los otros candidatos de otros partidos.

Si a un ciudadano le late apoyar a tal o cual candidato, lo mismo, está en su completo derecho, pero que sea con sus recursos, no con recursos del bolsillo ajeno, y menos aún con recursos con quien no simpatiza con su causa.

Los políticos se han acostumbrado a ser parásitos de los contribuyentes y ello no es justo (si quieren el poder que “voteen”). Por ejemplo, ¿de qué vive López-de que ha vivido estos años- si no ostenta cargo público o trabajo alguno? Sin financiamiento del contribuyente no sería posible la existencia de los parásitos políticos y menos de los mesiánicos.

¿Tienen miedo de que se infiltre dinero del narco? Que las autoridades competentes primero obliguen a los partidos a no financiarse con recursos del contribuyente, luego, limitar las donaciones (para evitar a los numerosos buscadores de rentas) a ciertos montos. Finalmente, cualquier donación deberá pasar por el sistema bancario, para que quede claro quién dona qué y cuanto. Alguien dirá, y con razón, que sería imposible detectar toda donación ilegal, sin comprobantes bancario y/o fiscal, de acuerdo, pero ello ya ocurre actualmente; con una seria reforma al financiamiento de los partidos al menos los recursos del contribuyente no serían botín cautivo del político que pretende el poder. Aquí las ideas fluyen y es cosa de buena imaginación para encontrar candados contra dinero sospechoso. Los gobernantes son expertos en poner trabas a las transacciones, así que no veo porque no se ponen a diseñar alternativas para que los partidos políticos financien sus campañas y dejar de ser vividores del Estado (al final de cuentas del contribuyente cautivo).

Con todo y todo, López y sus secuaces pretenden anular las elecciones, pero no lo lograrán, pues sus argumentos jurídicos son bastante endebles. Insisto, si van a hablar de compra del voto que se pongan el saco, si alguien es experta en la compra de votos es la izquierda populista mexicana. Que no se le olvide a la autoridad electoral, pues recibirá gritos y sombrerazos de esa izquierda que desea a toda costa el poder para llevar a los mexicanos por la vía del mesianismo socialista.

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