09 julio, 2012

La economía de EE.UU., cerca del estancamiento

La economía de EE.UU., cerca del estancamiento

Por Jorge Castro
La industria manufacturera norteamericana cayó a su menor nivel en tres años y el principal indicador de la actividad (ISM) reveló una contracción de casi 4 puntos en un mes (53,5/49,7), mientras que las nuevas órdenes, que señalan la situación de la demanda efectiva, se derrumbaron 12 puntos en el mismo período (60,1 / 47,5).
Lo curioso es que la caída del ISM no implica recesión en EE.UU., que sólo sería inminente si el índice hubiera caído por debajo de 47 puntos, lo que no ha ocurrido.

El ISM muestra que la economía estadounidense continúa creciendo, como lo hace desde julio de 2009, pero a una tasa inferior a 1% por año. Esta débil tasa de crecimiento no es circunstancial, sino de largo plazo . En los últimos 4 años, el PBI se expandió 0,6% anual promedio, comparado con el auge de 3,4% por año de las 6 décadas posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial. La tasa de crecimiento potencial de largo plazo en los últimos 100 años ha sido 3,1% anual. Ahora crece dos veces y medio por debajo de su potencial.
Se aproxima un punto de inflexión en EE.UU. Si no hay un salto extraordinario de inversión, productividad y calificación de la fuerza de trabajo en un plazo históricamente breve (1/5 años), el estancamiento existente amenaza transformarse en una “nueva normalidad” , que al trasladarse el eje del proceso de acumulación global a los países emergentes, se convierte en sinónimo de decadencia, lo que implica irrelevancia en la política mundial.
En el período de 6 décadas posterior a 1945, más de la mitad de la expansión fue obra del aumento de la fuerza de trabajo, con la incorporación masiva de los nacidos en la euforia provocada por el fin de la guerra (“babyboomers”), y la incorporación en gran escala de la mujer al mercado laboral. Los “babyboomers” son 77 millones sobre una fuerza laboral de 154 millones (60%); y en la industria manufacturera su participación es todavía mayor (75%).
En la próxima década los “babyboomers” se retiran y la participación de la mujer alcanzó su techo hace 20 años.
Por eso, en orden descendente, la productividad representó más de 80% de la expansión entre 2000 y 2011; 53% en los ´90 y sólo 47% en los ´80. EE.UU.
necesita hacer un salto de productividad de mayor magnitud que el boom de innovación y eficiencia que realizó entre 2000 y 2008 , cuando el PBI por unidad de producto creció 35% y 42% en la manufactura.
Se puede hacer este cálculo: crecer en la próxima década 3% anual, sobre la base exclusiva del incremento de la productividad, exige aumentar ésta más de 40% , no 20% como surgiría de una visión gradualista propia de una proyección de la década pasada.
Una explosión semejante sólo puede resultar de una revolución tecnológica y organizativa de mayor profundidad y carácter abarcativo que cualquier otra conocida en la historia del capitalismo norteamericano. Más que un boom de inversión, lo que está en juego en EE.UU. es una revolución, en el sentido estricto del término : la forma en que las sociedades recuperan el retraso experimentado en su evolución histórica cuando éste amenaza su vitalidad.
En este sentido, EE.UU. tiene varios puntos a su favor: las raíces de la civilización estadounidense son profundamente revolucionarias.
Es el único país del mundo avanzado sin pasado feudal y que por ello estima que su razón de ser no está en el pasado, sino en el futuro, y para el cual la nostalgia es una enfermedad letal. EE.UU. se especializa en adelantar el futuro.
El Departamento de Energía informó esta semana que las reservas comprobadas de “shale gas” que existen en Colorado, Utah y Wyoming ascienden a 3 billones de barriles (más que el total de las reservas mundiales). En 2011 este sector recibió inversiones por U$S 320.000 millones, que se multiplican por 3/4 en los próximos 10 años. No habría que descartar que EE.UU., una vez más, sorprenda al mundo.

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