“Es importante que los priístas se mantengan
alertas de los retos que vienen por quienes fraguan el golpe de estado, y
tomen las medidas necesarias para neutralizar cada una de sus mentiras
evidenciando, de paso, las muchas y sucias prácticas clientelares que
utilizan los progres en la entidades que gobiernan, como en la Ciudad de
México.”
Manuel Suárez Mier
Se siguen sumando elementos que revelan la estrategia del movimiento golpista de López Obrador contra el Presidente Electo Enrique Peña Nieto. La “Convención Nacional contra la Imposición” celebrada durante el fin de semana en San Salvador Atenco muestra una vertiente de sus planes.
Sin el menor pudor el diario Reforma reporta que 800 estudiantes se reunieron con los macheteros de Atenco e integrantes de otros grupúsculos extremistas, radicales y violentos, como el SME, la CNTE, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, y otros parecidos, y que “han puesto en jaque” el resultado de la elección presidencial con su rechazo a Peña Nieto.
Perdón, pero me parece un despropósito de tamaño monumental equiparar la jerarquía de estas pequeñas pandillas de radicales y delincuentes con casi 60 millones de mexicanos que votaron en la elección del 1º de julio pasado y que eligieron, por más de 3 millones de votos, a Peña Nieto.
Claramente, el propósito que decidirán en su “Convención” será el de organizar interminables y probablemente violentas marchas y bloqueos, sobre todo en la capital del país donde cuentan con el apoyo de la autoridad local, para hacer sus desmanes en la más completa impunidad.
Pero al igual que hace seis años, hay otra parte de la estrategia golpista de López que es más sutil. El pasado 13 de julio, también en las páginas del Reforma, Diego Valadés publicó un artículo titulado “Crisis del sistema presidencial” en el que descalifica al régimen de gobierno vigente.
Hay que tener presente que Valadés es muy cercano a Juan Ramón de la Fuente de quien los golpistas hablaron hace seis años como posible presidente de un gobierno interino que se ofreció como una opción para quienes entonces descalificaban la elección de Felipe Calderón como Presidente de la República.
Valadés inclusive se acercó a diversos respetados profesionales de la economía y las finanzas para preguntarles si estarían dispuestos a servir en un eventual gobierno interino encabezado por de la Fuente en posiciones clave de entidades financieras para asegurar la tranquilidad de los mercados.
En aquella ocasión fracasó la intentona golpista de López fundamentalmente porque los legisladores del PRI apoyaron a los del PAN a que Felipe Calderón pudiera ingresar al Palacio Legislativo de San Lázaro y rendir la protesta constitucional requerida para asumir la Presidencia.
Lo que es muy preocupante ahora es que al Presidente Calderón se le haya olvidado lo ocurrido y se atreva a cuestionar, como lo hizo, una elección que a todas luces cumple con creces con los requisitos necesarios para declararla no sólo válida, como lo hará en su momento el Tribunal Electoral, sino ejemplar.
¿Cuánto le cuesta a México que políticos irresponsables como López cuestionen nuestro sistema electoral? Se gastaron casi 17.5 miles millones de pesos en las elecciones pasadas sólo a nivel federal. Tres y medio millones de mexicanos participaron como funcionarios de la elección gratuitamente. ¿Cuál es el costo de oportunidad de su tiempo, que incluyó largas sesiones de entrenamiento?
Hemos diseñado un sistema electoral costoso y complejo precisamente para superar las justificadas dudas sobre la honestidad y equidad del sistema anterior, y hoy contamos con un andamiaje entre los mejores del mundo, como lo indica el análisis del profesor Robert Pastor al que aludí la semana pasada.
Pero claramente, cuando no hay demócratas, como es el caso con quienes hoy se autollaman integrantes del “Movimiento Progresista” –nótese lo buenos que son para inventarse nombres solemnes- no hay sistema electoral que funcione pues cuando pierden nunca aceptan los resultados.
Como era de suponer, la comentocracia progre repite mansamente los falsos cuestionamientos –hasta el momento ni uno solo han sido probados- de López y sus seguidores avalando sus mentiras y contribuyendo a descalificar unas elecciones de las que los mexicanos deberíamos estar orgullosos.
Es importante que los priístas se mantengan alertas de los retos que vienen por quienes fraguan el golpe de estado, y tomen las medidas necesarias para neutralizar cada una de sus mentiras evidenciando, de paso, las muchas y sucias prácticas clientelares que utilizan los progres en la entidades que gobiernan, como en la Ciudad de México.
También hay que construir alianzas con legisladores panistas razonables y tratar de avanzar en la agenda substantiva de reformas, como ya empezó a hacerlo el Presidente Electo, inclusive convocando a la brevedad al Congreso en funciones para aprobarlas ante de que termine su gestión en agosto.
Para ello no es necesario esperar a que el Tribunal Electoral rechace las protestas interpuestas por López y declare válida la elección presidencial, se puede proceder de inmediato a plantear las necesarias reformas en los siguientes 46 días que le quedan a la actual legislatura.
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