03 julio, 2012

La rifa del tigre y derechito a la chingada


La rifa del tigre y derechito a la chingada

La Sana Distancia
Jorge Díaz Elizondo I

Entre los protagonistas de las elecciones presidenciales, sólo veo perdedores.

El primer gran perdedor es el presidente Felipe Calderón. Las elecciones en todo el mundo son siempre, un plebiscito sobre el actual gobierno, los resultados desastrosos son en gran medida, producto del desparpajo con el que Calderón ha gobernado. Ya por incapacidad, ya por imposibilidad, terquedad o por ingenuidad, pero por más que insistieron desde el gobierno en decirnos que gozaba de aprobación (y adelanto que así será hasta el último día de su mandato), no se pueden más que interpretar como falsas esas mediciones, al ver la reducción a tercera fuerza política de su partido, el PAN, en el país.


Obvio, Vázquez Mota pagó los platos rotos. Aunque no se puede quitar responsabilidad a la falta de preparación de la candidata y lo novatos y poco profesionales que se vieron en su equipo de campaña, mucho del daño a su postulación estaba hecho desde antes de que ella misma supiera que sería la abanderada.

El otro que ganando, corre el grave riesgo de perder (por lo menos el sueño y la tranquilidad) es Enrique Peña Nieto. Orgulloso ganador en la rifa del tigre, se enfrentará a todos los compromisos que adquirió con los ejes del poder para construir una plataforma ganadora y ahora deberá responderles ¿pagarles? Prometió hasta el cansancio un nuevo PRI y una presidencia plural, democrática y de libertades


¿Qué hacer con los gobernadores caciques y todas las lacras que aun viven en su partido y que querrán seguir gozando de sus privilegios? El estado de guerra que vive el país, representa uno de sus mayores retos ¿a partir de cuándo empezaremos a ver resultados en términos de la disminución de la violencia y número de muertos? La desigualdad, falta de empleos bien remunerados y la corrupción imperante en todo el territorio nacional, son pendientes que ya no pueden esperar. Se ganó el tigre, una papa caliente. Nada que envidiar.

Y el que debe replantearse seriamente la posibilidad de cumplir inmediatamente con algo que dijo durante las campañas, es Andrés Manuel López Obrador. Irse derechito a la chingada (su rancho) es lo más sensato para un personaje que por naturaleza levanta polémica, pasiones, cariño, odio y; por tanto, desencuentros. Un líder con esas características, no abona para el desarrollo y unificación de las izquierdas.

Es vital para la izquierda mexicana renovarse. Los nuevos cuadros habrán de reinventarse, tomar modelos como los franceses, españoles, ingleses, brasileños (en cierta medida) para comenzar ya (antes de que sea demasiado tarde otra vez) a plantearle al ciudadano una opción progresista, moderna, equitativa, profesional y exitosa.

Sacudirse la imagen de irresponsabilidad, desorganización y rijosidad se antoja la primera gran tarea de las izquierdas. En Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera se puede concentrar el deseo genuino de ofrecerle al mexicano una opción de gobierno distinta y competitiva, por lo que no creo que personajes como López Obrador quepan; a menos que, sea a nosotros a quienes quieran mandar a su rancho.

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