05 julio, 2012
Obamacare: Demasiadas promesas rotas. Alyene Senger
Ayer, la líder de la minoría en la Cámara de Representantes Nancy Pelosi (D-CA) casi tildó de impuesto al mandato individual de Obamacare, frenando a mitad de palabra para pasar a llamarlo “penalización”. El jefe de Gabinete de la Casa Blanca Jack Lew y otros voceros se hicieron eco de este lema. Y eso a pesar de la sentencia de la semana pasada por parte de la Corte Suprema que consideraba inconstitucional el mandato según tanto la Cláusula de Comercio como la Cláusula Propia y Necesaria, pero sentenció que podría seguir en pie como parte de la autoridad del Congreso para “poner y recaudar impuestos”.
Tildar al mandato individual de impuesto salvó la ley de salud del presidente, pero se trata de un concepto que el mismo presidente Obama había negado con firmeza. En una entrevista de 2009, el presidente Obama argumentó que su mandato individual no era una subida de impuestos, afirmando: “Rechazo absolutamente esa idea”.
Pero tras la semana pasada, el presidente Obama debe admitir ahora que es un impuesto o admitir que el mandato es inconstitucional. Sólo puede ser o bien lo uno o lo otro.
El mandato es en realidad un impuesto y es sólo uno de los muchos nuevos impuestos con los que se golpea a la clase media en Obamacare. Y quién lo iba a decir, otra promesa rota. El presidente Obama afirma que el mandato hace que la gente sea responsable, por lo que en consonancia con ese espíritu, he aquí un recordatorio de las otras promesas que el presidente y su ley de salud son responsables de haber roto:
Promesa nº1: “Con mi plan, ninguna familia que gane menos de $250,000 al año verá subida de impuestos alguna”.
La realidad: El mandato individual no está para nada solo en la larga lista de la Fundación Heritage sobre los nuevos impuestos y penalizaciones de Obamacare, muchos de los cuales impactarán terriblemente sobre la clase media. En conjunto, los impuestos y penalizaciones de Obamacare sumarán $500,000 millones adicionales en nuevos ingresos durante un período de 10 años. Ayer, un importante economista del Wall Street Journal reveló que el 75% de los nuevos impuestos de Obamacare serán pagados por las familias americanas que ganan por debajo de $120,000 al año. Entre los impuestos que golpearán a la clase media están el mandato individual, un impuesto especial del 2.3% sobre los dispositivos médicos, un impuesto especial del 10% sobre los salones de bronceado y una subida del suelo de las deducciones médicas desde el 7.5% hasta el 10% de los ingresos brutos ajustados.
Promesa nº2: “Si le gusta su plan de salud, podrá mantener su sistema de atención médica, punto”.
La realidad: La investigación continúa mostrando que hasta el 30% de los empleadores dejarán a sus empleados sin su actual cobertura de salud. La misma administración ha admitido que “en la práctica, una mayoría de los planes médicos de grupo perderá su estatus paternalista hacia 2013.
Promesa nº3: “No firmaré ningún plan que añada un céntimo a nuestros déficits, ni ahora ni en el futuro”.
La realidad: Como explican los analistas de la Fundación Heritage, “Un examen exhaustivo de lo que expresó [la Oficina de Presupuesto del Congreso], así como de otras pruebas, deja claro que la reducción del déficit asociada a [Obamacare] se basa en trucos presupuestarios, prestidigitaciones, trampas contables y suposiciones completamente imposibles. Unas estimaciones más honestas revelan que la nueva ley es un destrozo presupuestario de un billón de dólares”.
Promesa nº4: “Protegeré Medicare”.
La realidad: La Fundación Heritage ya ha demostrado en las varias formas en las que Obamacare acaba con Medicare tal como lo conocemos, incluidas las severas rebajas en los reembolsos de los médicos que amenazan el acceso de las personas mayores a la atención médica y colocan a una junta de burócratas no electos a cargo del cumplimiento del nuevo tope de gasto de Medicare.
Promesa nº5: “Firmaré la aprobación de una ley de atención médica universal hacia el final de mi primer mandato como presidente que cubrirá a cada americano y reducirá el costo de la prima de una familia típica en hasta $2,500 al año”.
La realidad: Obamacare no logra la cobertura universal; deja a 26 millones de americanos sin seguro. Además, la investigación de la Fundación Heritage esboza 12 formas en las que Obamacare incrementará las primas en vez de reducir los costos de la atención médica. Los requerimientos para que los planes permitan que los jóvenes estén en la cobertura de sus padres y ofrezcan servicios preventivos sin reparto de los costos ya están llevando a un mayor crecimiento de las primas.
Cuando fueron encuestados, el 70% de los americanos mantenía una opinión desfavorable sobre el mandato individual. Es dudoso que ahora llamarlo “impuesto” vaya a cambiar drásticamente esa opinión. Ahora que Obamacare y sus promesas rotas forman parte de la jurisprudencia, le corresponde al pueblo americano asegurarse de que la ley es finalmente derogada por el Congreso. Luego, puede avanzar en una auténtica reforma que ponga las necesidades de los pacientes en primer lugar.
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