Que
paguen, de una vez
Pablo Hiriart
El tema del dinero en las campañas políticas está sobre la mesa: el PRI hace malabares para explicar que millones de pesos en monederos electrónicos fueron utilizados en gasto corriente y no costearon las campañas de ese partido.
Seguramente habrá una multa al PRI, como ocurrió con el Pemexgate y con el triunfo del PAN en las elecciones de 2000, donde contó con financiamiento proveniente del extranjero, triangulado por empresas de “amigos de Fox”.
Pablo Hiriart
El tema del dinero en las campañas políticas está sobre la mesa: el PRI hace malabares para explicar que millones de pesos en monederos electrónicos fueron utilizados en gasto corriente y no costearon las campañas de ese partido.
Seguramente habrá una multa al PRI, como ocurrió con el Pemexgate y con el triunfo del PAN en las elecciones de 2000, donde contó con financiamiento proveniente del extranjero, triangulado por empresas de “amigos de Fox”.
¿Y ya? ¿Ahí quedó todo? No puede ser. Los partidos tendrían que asumir la responsabilidad de los gobiernos que llevan al poder.
¿Dónde está el dinero que se esfumó por corrupción en la Estela de Luz?
Ahí se pagaron alrededor de 700 millones de pesos adicionales a lo presupuestado y pactado. Se inflaron gastos en materiales y hubo asignaciones ilegales.
¿Dónde está el dinero? ¿Nadie sabe, nadie supo? Qué bonito. Si no hay responsables jurídicos de ese atraco, es muy posible que el dinero se haya ido a la campaña del partido de Don Gustavo Madero.
Es algo muy difícil de probar —como los monederos del PRI—, pero la responsabilidad política es del partido gobernante. Que se le multe.
Los millones de pesos que semana a semana los líderes de los 110 mil ambulantes recolectan y entregan a funcionarios de las delegaciones, ¿adónde se van? ¿Se esfuman? Si esa cantidad estratosférica de dinero no está en la cuenta de nadie, es porque se va a mantener el gasto de campañas políticas permanentes.
De ahí salen los “colchones” de dinero para el gasto de campañas que duran un sexenio entero. ¿Nada de eso toca al partido que dirige Don Jesús Zambrano? Que paguen.
Lo que se ha recaudado en las cuentas de Honestidad Valiente, abiertas desde hace siete años, sin ningún control fiscal, ¿dónde se ha ido? Es muy difícil probar —como los monederos del PRI— que se fueron a gastos de su candidato presidencial permanente, pero los partidos que lo lanzan tienen responsabilidad política. Que se les multe.
El pase de charola de seis millones de dólares que pedía el staff de López Obrador a empresarios, es financiamiento ilegal. ¿Así se va a quedar? ¿Nadie va a pedir aclaraciones por miedo a que se moleste el que llegó en segundo lugar?
Los (magníficos) conciertos “gratuitos” en el Zócalo de Paul McCartney y Justin Bieber ¿no fueron actos de campaña? Alguien pagó, y no de su bolsa, esas presentaciones (que por cierto ya se acabaron). Es más que obvio que se pagaron con dinero público y fueron eventos de campaña del partido de Don Jesús Zambrano.
¿No se va a contabilizar ese dinero en los gastos de campaña del partido de Zambrano? Qué bonito.
Es el momento de poner fin a esos excesos. Que paguen todos. De una vez.
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