José Cárdenas
Como la compra de votos no es delito grave para invalidar una elección, con una investigación que pudiera determinar si los votos del PRI se compraron con “billetazos” procedentes del crimen organizado —o son recursos desviados por gobiernos de los estados tricolores, o es “lana” producto de evasión fiscal— el panorama cambia de manera rotunda.
La elección presidencial podría declararse inválida.
—¿Por ello, en un dueto patético, PAN y PRD acudirán ante la PGR para exigir una investigación que pueda determinar si hubo dinero “lavado” detrás de los votos que dieron la victoria a Peña Nieto?
El líder panista, Gustavo Madero, y el perredista, Jesús Zambrano, cantaron a coro la jugada que viene: “Solicitaremos de manera conjunta a la PGR, a través de la SIEDO, las investigaciones correspondientes”. Al mismo tiempo exigirán al IFE que aclare el caso Monex… antes de que el Tribunal Electoral califique el proceso.
–¿Pues no que cada quién se rascaría con sus uñas?
Los perdedores de la elección pretenden demostrar que las empresas Inizzio, Atama, Koleos y Tiguan, y el particular Rodrigo Fernández Noriega, depositaron en Monex 108 millones de pesos “puercos”…
–¿De dónde sacará el abogado de la causa pejista que ese dinero está manchado por el crimen? –¿Cómo sabe que los billetes fueron a dar al PRI? –¿No será otro intento más para lavar la derrota?
–¿No será también que Andrés Manuel y sus “fieles” buscan invalidar la elección, cueste lo que cueste, sin importar la crisis constitucional que esto implicaría?
Esa posibilidad es remota… pero no imposible.
MONJE LOCO: ¿Quién entiende a don Gustavo Madero? Al líder nacional del PAN ya le dio el síndrome de la Chimoltrufia… como dice una cosa, dice otra. –¿El señor Maderito será bipolar? Sus brincos de temperamento parecen inexplicables. No le importa contradecirse ni chocar con otros miembros de su partido o de plano jugarle las contras al presidente Calderón. Olvida que el PAN y su candidata presidencial fueron los primeros en reconocer el triunfo de Peña Nieto. Hace apenas cinco días, el señor Madero publicó un comunicado demandando al nuevo gobierno y a su partido construir una nueva reforma electoral. El presidente Calderón confirmó el martes el reconocimiento de la jornada electoral al recibir a Peña Nieto en Los Pinos para planchar la transición y el traspaso de poderes. Hasta ahí, todos pensamos que Felipe Calderón y su partido iban de la mano… pero algo se torció en el camino con el “mandamenos” blanquiazul, que de malas y a primeras cambió la película. Primero dijo que aún no sabe si los panistas acudirán a la toma de posesión del priista, y aclaró: “una cosa es lo que diga el Presidente y otra lo que defina el partido”. La indigestión fue tal, que la número dos del PAN, Cecilia Romero, le corrigió la plana a su “jefe”, al asegurar que Peña Nieto jurará como Presidente el 1 de diciembre. Hasta ahora, Gustavo Madero ha logrado evadir, por lo menos en público, la rendición de cuentas por la debacle de su partido en la elección. –¿Será que ya le llegó la lumbre y por eso ahora patea el pesebre?... Cuando el señor Madero llega a su oficina ya no le dicen ¡buenos días!… le dicen, ¡menos días!
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