29 agosto, 2012

Dilemas kirchneristas por la re-reelección

Dilemas kirchneristas por la re-reelección

CKFPor Eduardo Van Der Kooy
Avanzar ahora mismo para declarar la necesidad de la reforma constitucional antes de fin de año? ¿O esperar al 2013 para lograr con las elecciones legislativas un mejor posicionamiento parlamentario? Ese el gran dilema en que se debate ahora el kirchnerismo. Tiene que ver con la administración de los tiempos. No con la cuestión de fondo: aunque ciertos connotados K (Agustín Rossi, Aníbal Fernández) lo sigan negando, la reelección de Cristina Fernández forma parte indiscutida de la agenda oficial.
Aquella gran duda kirchnerista refiere a los números disponibles en Diputados y el Senado. Para sancionar la necesidad de la reforma el Gobierno requerirá de los dos tercios del total de los miembros de ambas cámaras. En Diputados, el oficialismo tiene hoy mismo un panorama accesible que se podría simplificar aún mas el año próximo. ¿Por qué razón? La renovación de la mitad de la Cámara que será votada corresponde a los legisladores que ingresaron en el peor comicio histórico del kirchnerismo, el de la derrota del 2009. En el Senado, en cambio, requerirá reunir, entre propios y aliados, 48 voluntades. No es una cifra sencilla de alcanzar si se tiene en cuenta las ocho provincias en las cuales se pondrán en juego las tres bancas. Entre ellas Ciudad de Buenos Aires. Para el kirchnerismo no fue cualquier cosa lo sucedido hace quince días cuando la estatización de la empresa Ciccone recibió en el Senado media sanción. Obtuvo 44 votos, apenas cuatro menos que los dos tercios soñados. ¿Será posible una aproximación parecida después de una campaña electoral que abrirá, también para la oposición , una huella definitiva para el 2015?

Mientras todas las conveniencias se van evaluando, el kirchnerismo se ocupa de desplegar los mecanismos de instalación de la reforma. En el arco político suenan fuerte las primeras voces: gobernadores, intendentes y legisladores que promueven la idea de la eternización de Cristina. Los intelectuales de Carta Abierta hicieron su aporte en un sector acotado pero influyente en la construcción de opinión. El universo parece extenderse, de a poco, a otros ámbitos con mayor capacidad que la política para amplificar el mensaje. Desde la farándula irrumpió ayer Moria Casán, con una sorpresiva invocación a la re-reelección. Sorpresiva o no tanto: la actriz atraviesa un momento delicado por el supuesto robo de joyas en Paraguay. Pesa sobre ella un pedido de extradición . Pronto llegarían también las demandas del circuito deportivo.
El Gobierno viene disciplinando a los gobernadores con los fondos de la coparticipación. Ese dinero llega disminuido para economías provinciales por las consecuencias del parate económico. Y que sufren el enorme peso que adquirió en estos años la incidencia del empleo estatal. Los mandatarios de provincias petroleras soportan una presión extra. La forma en que Cristina reglamentó la estatización de YPF los obligaría a negociar parte de la renta de sus reservas hidrocarburíferas. No pareció una casualidad que Jorge Sapag, de Neuquén, y Martin Buzzi, de Chubut, hayan sido de los primeros entusiastas impulsores de la re-reelección.
Daniel Scioli tampoco resultó un espejo distintos para ninguno de los gobernadores. El mandatario bonaerense mantuvo una dura pulseada con la Presidenta por el pago de los sueldos y aguinaldos del mes anterior. Sólo recibió los fondos nacionales cuando Cristina descubrió que la disputa le hacía en Buenos Aires–-su fortaleza electoral– más daño que a Scioli. También las hostilidades kirchneristas declinaron: el vicegobernador, Gabriel Mariotto hace semanas que se llamó a silencio.
Pero Scioli no se atrevió a sacar ningún provecho de esa circunstancia.
De esa puja ganada involuntariamente. Al contrario, hace pocos días, durante una visita a Chile, declaró su decisión de respaldar a Cristina si inicia la búsqueda de la re-reelección. Contagiado del kirchnerismo, quizás, edificó su propio relato sobre la realidad: “Nunca he estado peleado con Cristina. Hay sectores que me han querido hacer pelear con ella” , reveló.
Scioli repitió que respaldará a la Presidenta en el intento de reformar la Constitución. Y que sólo en el caso de que eso no ocurriera pensaría en su postulación presidencial. Otro tic kirchnerista del gobernador: el fin por mantener el poder justificaría cualquier medio.
Como casi siempre, Scioli apostó a la provindencialidad. A esperar que un golpe de magia coloque en sus brazos la herencia de Cristina. Si de esa forma reacciona el mandatario del principal distrito electoral y uno de los de mejor imagen social, ¿Qué podría aguardarse del resto? Scioli parece haber frenado aquel rumbo de diferenciación con el Gobierno que había despuntado con la pelea por la asistencia financiera.
Ese gesto resultó reforzado con otro . El gobernador dispuso que toda la documentación oficial de los organismos provinciales sea, en el futuro, impresa en la Casa de la Moneda. ¿No sería, acaso, un respaldo implícito al Gobierno por la estatización de Ciccone? ¿No sería además una forma de sumarse al cerco protector tendido por el kirchnerismo alrededor de Amado Boudou?
El Gobierno va afianzando el sistema político para promover la reelección. Es un paso importante aunque resta otro decisivo: el acompañamiento, o no, de la sociedad.

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