A su regreso “triunfal” de Brasilia -donde se concretó el ingreso definitivo de Venezuela al MERCOSUR- el Presidente Chávez ofreció una Conferencia de Prensa en Maiquetía en la que le dedicó varias horas para arremeter contra las instituciones consagradas a la defensa de los
Ante estas declaraciones, llama la atención el silencio de dirigentes como Lula, Dilma, Mujica, Kirschner, ya que cuando eran opositores a las dictaduras militares de sus respectivos países, reconocían la importancia de la defensa de los derechos humanos. ¿Que pasó para que hoy no reaccionen ante los ataques contra el sistema de protección de los Derechos Humanos que defendieron en el pasado? Acaso el “Potroloco de Mendoza” enterró de un plumazo el principio de la Cláusula Democrática aprobada por los Mandatarios del Sur consagrado en el Protocolo de Ushuaia?
Estuve presente en Brasilia en varios eventos en los que altos funcionarios del Itamaraty lograron convencer a los Parlamentarios del Brasil que no obstaculizaran el ingreso de Venezuela a Mercosur, argumentando que se trataba del ingreso del Estado Venezolano y no del Gobierno de turno y que la mejor garantía a las dudas de Sarney, Collor de Melo, Fernando Henrique Cardoso y otros, era que con la incorporación de Venezuela a MERCOSUR, se podría exigir jurídicamente el cumplimiento de la Cláusula Democrática, y con ello se lograría fortalecer la protección de la democracia y de los derechos humanos como garantía para todos los venezolanos. Argumentos similares se utilizaron para convencer a los Parlamentarios de oposición en el Uruguay y en Argentina para defender el ingreso de Venezuela al Mercado Común del Sur.
El único Parlamento que siguió exigiéndole a Venezuela que demostrara su disposición de cumplir con la obligación de respetar las instituciones democráticas para ratificar su ingreso, fue el de Paraguay. Con la reciente decisión del Mercosur-Político se debilita el Mercosur-Jurídico e institucional, ya que para abrirle la puerta a Venezuela se le cerró la puerta al Paraguay suspendiéndolo del organismo, con el fin de eludir el artículo 20 del Tratado de Asunción que exige la unanimidad de los cuatro parlamentos originarios para el ingreso de un nuevo miembro. De nada valieron las críticas de personalidades como el Vicepresidente Astori del Uruguay o del Ex Canciller Lampreia de Brasil.
A pesar de ese mal inicio, esperemos que los países le exijan al nuevo socio el cumplimiento de los principios integracionistas y democráticos y no se le de cabida a una nueva realidad que haga que los Gobiernos de la región tengan que afirmar en poco tiempo: “El Mercosur ha muerto. ¡Viva el Microsur!”.
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