Por Gabriel Boragina ©
Sigue
siendo común cuando se pregunta ¿cómo se disminuye o elimina la pobreza? que se
responda con el trillado y gastado eslogan socialista que dice mediante
"la equitativa e igualitaria redistribución de la riqueza". Este
error tan difundido, a pesar de ser demostrado como falacia desde ya hace
muchísimo tiempo, sigue siendo el pensamiento de una mayoría. Como tantas veces
hemos dicho, la pobreza no se elimina repartiendo emotiva y generosamente la
riqueza, ni equitativa ni igualitariamente. Supongamos por un momento dos
países vecinos, A y B, cada uno con 100 habitantes. Imaginemos, además, que el
Producto Bruto de A es de 100 y el de B, 200. Fácil es concluir que B es un país
rico en relación a "A", o lo que es lo mismo, "A" es un
país pobre respecto de B. Si aplicamos la célebre teoría que dice que la
pobreza "se suprime" mediante "la equitativa redistribución de
la riqueza", el gobierno de A, empleará la teoría socialista de marras y
procederá a dividir el PBI por la cantidad total de habitantes de A, lo que
será igual a 100/100=1. A su turno, si cae B bajo otro régimen igualmente
socialista como el de A, tomará la misma medida, dividendo su Producto Neto
entre sus habitantes, con lo cual 200/100=2.
Como
observamos, ambos países utilizaron el antiguo dogma socialista de "la
equitativa distribución de la riqueza", y dichos jerarcas socialistas de
ambas naciones se "sorprenderán" de que luego de adoptado el reparto
supuestamente "igualitario" "A" siga siendo igual de
pobre que antes de la redistribución "equitativa", habida
cuenta que cada uno de sus habitantes recibió 1 en la división, que es menor a
lo que cada uno de los pobladores de B recibieron de su gobierno (2). Ergo,
resulta a todas luces, falso que la pobreza "disminuye" y
menos aun "desaparece", ni siquiera se "alivia" mediante el
"equitativo o igual adjudicación de la riqueza" como repiten aburrida
y monótonamente los socialistas, pasados y presentes. Tampoco será difícil
concluir que no es este "el camino" para "combatir" la
pobreza ni para "salir" de ella, sino que lo que debe hacer A es aumentar
su producción de 100 a 200, o -mejor aun- a 300, 400, 500, etc., lo que jamás
se logrará mediante ninguna "equitativa distribución" o
"racionamiento igualitario de la riqueza" como rezan los socialistas.
El sentido común (y la aritmética elemental) nos dirá que no se puede llegar de
100 a 200 dividendo 100, sino multiplicando 100 x 2=200. Es decir, creando
capital x 2; a su turno, el único sistema socio-económico que origina capital
es (obviamente) el capitalismo, que se llama de esta manera por ser de la
esencia y razón de ser del capitalismo el producir -precisamente- capital. Pero
¿para qué sirve el capital? Para generar esa riqueza que será si, la única
que disminuirá y –eventualmente- suprimirá la pobreza, o sea, (volviendo a
nuestro ejemplo de arriba) transformando al país A en un país como B (200) o
mejor que B (p. e. 300, 400, 500, 1000...etc.) nada de lo cual, insistamos, se
obtendrá mediante ninguna clase de asignación equitativa, ni igualitaria, ni
justa, ni con cualquier otro artilugio verbal con el cual se quiera disfrazar o
desconocer el mundo real y el funcionamiento concreto de la economía.
Como
todos tenemos como punto de partida una situación de pobreza, ya que todos
descendemos del hombre de las cavernas en última instancia, no fue
dividendo equitativamente las existencias habidas en la Edad de Piedra que el
hombre construyó la civilización de nuestros días. Si el cavernícola nunca
hubiera capitalizado su esfuerzo laboral, jamás hubiera abandonado su
condición de cavernícola y nosotros (la actual Civilización Humana, heredera de
aquella primitiva condición) muy probablemente no estaríamos hoy aquí. ¿Esto
significa, quizás, que nuestra actual Civilización Moderna es producto del
capitalismo? Efectivamente amigo lector. Esa y no otra es la verdadera
conclusión. Estamos hoy vivos porque, desde tiempos remotos, hubo hombres que
se esforzaron por construir capital que, a su vez, ha permitido la producción
de millones y millones de bienes y servicios. Los sistemas socialistas habidos
hasta el presente sólo pueden destruir (y efectivamente han destruido) ese capital
que con tanto odio buscan combatir. Afortunadamente, en el curso de los siglos,
el capital acumulado por obra y gracia del capitalismo ha sido muchísimo mayor
al que los métodos colectivistas del mundo han podido aniquilar, pese a todo el
empeño que estos procedimientos verdaderamente asesinos del capital han puesto
en su maquiavélica obra. Bien se ha dicho, entonces, que lo que socialismo hace
es repartir la pobreza y la miseria por doquier. Y ni siquiera hace esto último
equitativamente, Y así lo hemos visto repetidamente en el curso de los últimos
siglos. Resulta sorprendente verdaderamente menos a la luz de la experiencia
histórica- que siga habiendo hoy todavía detractores del capitalismo, siendo
este el sistema que mantiene viva aun a la humanidad (aun en lo poco que se lo
aprovecha). Y esto a pesar de todo el daño que al capitalismo le han hecho sus
más encarnizados enemigos: los gobiernos y los
estatólatras del mundo.
Por
supuesto que, la tesis comunista que postula despojar a los ricos para entregarles
su riqueza a los pobres no tiene nada que ver con la teoría de la equitativa
redistribución de la riqueza, y lo único que se obtiene por dichos métodos es
convertir en ricos a los antiguos pobres y en pobres a los antiguos ricos, con
lo que -en definitiva- no se ha "mejorado" la condición de nadie en
particular. Y la historia ya nos ha demostrado que la proposición de la
equitativa redistribución de la riqueza lejos de "igualarnos" nos ha
conducido -en el mejor de los casos- a un "cambio de manos" de la
pobreza a la riqueza, con lo que -a la larga- la pobreza será cada vez mayor,
ya que a nadie le gusta que le despojen el fruto de su trabajo o habilidades
para las artes o las ciencias.
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