Resultado: la economía se recuperó y hubo 20 años de crecimiento sostenido, con baja inflación y bajo desempleo.
Lo que probablemente haría a la economía recuperarse rápida y completamente sería que el Presidente de los Estados Unidos y los líderes del Congreso se callasen de una vez y dejasen de entrometerse en la economía, pero que eso ocurra es virtualmente imposible.
¿Cómo vas a decirles a los millones de personas que han perdido sus empleos, sus hogares o sus negocios: “Realmente os fastidié, pero… oye, nadie es perfecto, así que ahora voy a dejar las cosas como están”…? De hecho, sería difícil incluso decirse eso a uno mismo. Si el estímulo no funciona, sus partidarios deben pensar que es sólo porque no se le ha dado suficiente tiempo, o porque no se ha gastado suficiente dinero.
Siempre hay quien pide que el gobierno “haga algo” cuando las cosas van mal, y quien lo hace casi nunca se molesta en comprobar lo que realmente sucede cuando el gobierno hace algo, comparado con lo que sucede cuando el gobierno no hace nada.
No son sólo los economistas de libre mercado quienes piensan que el gobierno puede crear un desastre mucho mayor con sus intervenciones. Fue nada menos que Karl Marx quien le escribió a su colega Engels: “la grotesca intromisión de las autoridades” puede “agravar una crisis existente”.
La historia de los Estados Unidos está repleta de evidencia sobre los efectos negativos de la intervención del gobierno. Durante los primeros 150 años de existencia de ese país, el gobierno federal no pensó que fuese su papel intervenir cuando la economía se desaceleraba, y todas las crisis terminaron mucho antes que la primera crisis en la que el gobierno federal intervino a lo grande: la Gran Depresión de la década de 1930.
Hay dos hipótesis contradictorias sobre lo que sucedió durante la Gran Depresión. La más popular, especialmente entre los políticos, es que el mercado falló y el gobierno tuvo que intervenir para salvar la economía. La otra es que el mercado cayó y estaba saliendo de la crisis cuando la intervención federal abortó la recuperación, creando un desempleo masivo. Si no te importan los hechos, puedes elegir cualquiera de las hipótesis, y desde luego la primera gana el concurso de popularidad.
Pero si te fijas en los hechos verás lo siguiente: El desempleo nunca llegó a los dos dígitos en ninguno de los 12 meses siguientes al gran “crash” del 29, al que se culpa por el enorme desempleo de la siguiente década.
El desempleo llegó al 9% dos meses después del “crash” y luego empezó a bajar, llegandohasta el 6,3% en junio de 1930, cuando tuvo lugar la primera gran intervención federal. Seis meses después, la tendencia a la baja del desempleo se había invertido, alcanzando los dos dígitos por primera vez en diciembre de 1930.
¿Qué hicieron los políticos? ¿Dijeron “lo hemos fastidiado todo”, o siguieron probando una gran intervención tras otra? Los datos muestran lo que hicieron: las intervenciones del presidente Hoover fueron sucedidas por otras aún mayores del presidente Roosevelt, y el desempleo se mantuvo en dos dígitos todos los meses durante el resto de la década.
Hay otra serie de hechos: El récord de 1929 – la mayor caída del mercado bursátil en un solo día – se quebró en 1987, pero Ronald Reagan no hizo nada (y por ello fue criticado por los medios de comunicación). El resultado: la economía se recuperó y tuvo 20 años de crecimiento sostenido, con baja inflación y bajo desempleo.
¿Puedes imaginarte a Barack Obama haciendo lo mismo que Ronald Reagan? Desde luego, yo no haría esa predicción.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario