31 agosto, 2012

Lo mejor de lo mejor (¡por fin!) y lo peor de lo peor (como siempre)

Crisis económica 

&quote&quoteEl sector privado, zaherido, acribillado a impuestos, ha reaccionado, en parte porque no ha tenido más remedio, mientras el sector público, "lo peor de lo peor", continúa sin querer hacer el ajuste en el gasto que España necesita.
La balanza de pagos del mes de junio de 2012 registra un hito en la evolución de la crisis económica española. Por primera vez desde el mes de octubre de 2003 – si no me equivoco-, el saldo de la balanza por cuenta corriente y cuenta de capital es positivo, en 455 millones de euros. Ese saldo mide las necesidades de financiación de la economía española en su conjunto, es decir, el resultado de los ingresos y gastos, por todos los conceptos, de las familias, las empresas (incluido el sector financiero) y las Administraciones Públicas.

El mes de junio de 2012 la economía española dejó de endeudarse con el exterior y devolvió 455 millones de su endeudamiento. Esa evolución refleja la reducción del consumo, privado, básicamente, y de las inversiones de todos los agentes económicos, que, en sí, están provocando la recesión que padecemos. La noticia es que en la fase recesiva de este ciclo, que comenzó, estadísticamente, a finales de 2008, es el primer mes en el que por necesidad, por falta de financiación, y por decisiones conscientes de ahorro de las familias y las empresas residentes en España, hemos dejado de endeudarnos como país y hemos comenzado a devolver nuestra astronómica deuda. Para comprender la importancia de este fenómeno hay que trasladar este comportamiento a nivel empresarial. Para un banco que financia a una empresa, es muy diferente negociar la renovación de la deuda con alguien que está reduciendo su endeudamiento, que con alguien que pide la renovación de sus préstamos, pero que cada día tiene una deuda más abultada.
En los dos cuadros que figuran a continuación se puede ver esa evolución en los meses de mayo y junio de 2012, en comparación con los mismos meses de 2011 y en contraste con los meses de enero a abril de 2012 en los que acumulamos un déficit –y un mayor endeudamiento- de 14.202 millones de euros. Entre mayo y junio de 2012 el superávit conjunto ha sido de 452 millones de euros. Estos resultados se han conseguido con un sacrificio enorme de empresas y familias, que han recibido menos ingresos por todos los conceptos y han pagado mucho mayores impuestos.
Cuadro 1 Fuente: Banco de España
Cuadro 1
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Cuadro 2 Fuente: Banco de España
Cuadro 2
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Y se ha producido mientras los ingresos y gastos del sector público, de las tres Administraciones Públicas, que incluye sus empresas, fundaciones y consorcios de todo tipo, siguen desequilibrados. En términos financieros, si el déficit del conjunto del sector público en los 6 primeros meses del año ha sido del 4% del PIB, -alrededor de 42.000 millones de euros-, las familias y las empresas españolas han ahorrado la diferencia entre esa cantidad y los 14.720 millones de euros que registra el saldo acumulado de enero a junio de la balanza por cuenta corriente y de capital. Y en los meses de mayo y junio el ahorro de las familias y las empresas fue superior al déficit –cualquiera que haya sido- del conjunto del sector público.
Cuadro 3 Fuente: Banco de España
Cuadro 3
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El sector privado, zaherido, acribillado a impuestos, ha reaccionado en parte porque no ha tenido más remedio, mientras el Sector Público, "lo peor de lo peor", continúa sin querer hacer el ajuste en el gasto que España necesita. Si lo hiciera, y una vez saneado y recapitalizado el sistema financiero, habríamos alcanzado el punto de inflexión que permitiría que nos volvieran a financiar desde el exterior y que las restricciones de crédito se suavizaran. En este sentido, las noticias sobre las peticiones de algunas autonomías al Fondo de Liquidez que va a crear el Estado son muy malas, porque da la impresión de que las cantidades que solicitan son superiores a las que se deducirían de la suma de sus renovaciones de créditos y de los déficits acordados (en los Consejos de Política Fiscal y Financiera) del 1,5% del PIB de cada autonomía, que serían las cantidades lógicas.

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