Crisis económica
Alberto Recarte
El
sector privado, zaherido, acribillado a impuestos, ha reaccionado, en
parte porque no ha tenido más remedio, mientras el sector público, "lo
peor de lo peor", continúa sin querer hacer el ajuste en el gasto que
España necesita.
La balanza de pagos del mes de junio de 2012 registra un hito en la
evolución de la crisis económica española. Por primera vez desde el mes
de octubre de 2003 – si no me equivoco-, el saldo de la balanza por
cuenta corriente y cuenta de capital es positivo, en 455 millones de
euros. Ese saldo mide las necesidades de financiación de la economía española en su conjunto, es
decir, el resultado de los ingresos y gastos, por todos los conceptos,
de las familias, las empresas (incluido el sector financiero) y las
Administraciones Públicas.
El mes de junio de 2012 la economía española dejó de endeudarse con el exterior y devolvió 455 millones de su endeudamiento. Esa evolución refleja la reducción del consumo, privado, básicamente, y de las inversiones de todos los agentes económicos, que, en sí, están provocando la recesión que padecemos. La noticia es que en la fase recesiva de este ciclo, que comenzó, estadísticamente, a finales de 2008, es el primer mes en el que por necesidad, por falta de financiación, y por decisiones conscientes de ahorro de las familias y las empresas residentes en España, hemos dejado de endeudarnos como país y hemos comenzado a devolver nuestra astronómica deuda. Para comprender la importancia de este fenómeno hay que trasladar este comportamiento a nivel empresarial. Para un banco que financia a una empresa, es muy diferente negociar la renovación de la deuda con alguien que está reduciendo su endeudamiento, que con alguien que pide la renovación de sus préstamos, pero que cada día tiene una deuda más abultada.
En los dos cuadros que figuran a continuación se puede ver esa evolución en los meses de mayo y junio de 2012, en comparación con los mismos meses de 2011 y en contraste con los meses de enero a abril de 2012 en los que acumulamos un déficit –y un mayor endeudamiento- de 14.202 millones de euros. Entre mayo y junio de 2012 el superávit conjunto ha sido de 452 millones de euros. Estos resultados se han conseguido con un sacrificio enorme de empresas y familias, que han recibido menos ingresos por todos los conceptos y han pagado mucho mayores impuestos.
El mes de junio de 2012 la economía española dejó de endeudarse con el exterior y devolvió 455 millones de su endeudamiento. Esa evolución refleja la reducción del consumo, privado, básicamente, y de las inversiones de todos los agentes económicos, que, en sí, están provocando la recesión que padecemos. La noticia es que en la fase recesiva de este ciclo, que comenzó, estadísticamente, a finales de 2008, es el primer mes en el que por necesidad, por falta de financiación, y por decisiones conscientes de ahorro de las familias y las empresas residentes en España, hemos dejado de endeudarnos como país y hemos comenzado a devolver nuestra astronómica deuda. Para comprender la importancia de este fenómeno hay que trasladar este comportamiento a nivel empresarial. Para un banco que financia a una empresa, es muy diferente negociar la renovación de la deuda con alguien que está reduciendo su endeudamiento, que con alguien que pide la renovación de sus préstamos, pero que cada día tiene una deuda más abultada.
En los dos cuadros que figuran a continuación se puede ver esa evolución en los meses de mayo y junio de 2012, en comparación con los mismos meses de 2011 y en contraste con los meses de enero a abril de 2012 en los que acumulamos un déficit –y un mayor endeudamiento- de 14.202 millones de euros. Entre mayo y junio de 2012 el superávit conjunto ha sido de 452 millones de euros. Estos resultados se han conseguido con un sacrificio enorme de empresas y familias, que han recibido menos ingresos por todos los conceptos y han pagado mucho mayores impuestos.
Cuadro 1 Fuente: Banco de España
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Cuadro 2 Fuente: Banco de España
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Y se ha producido mientras los ingresos y gastos del sector público, de
las tres Administraciones Públicas, que incluye sus empresas,
fundaciones y consorcios de todo tipo, siguen desequilibrados. En
términos financieros, si el déficit del conjunto del sector público en
los 6 primeros meses del año ha sido del 4% del PIB, -alrededor de
42.000 millones de euros-, las familias y las empresas españolas han
ahorrado la diferencia entre esa cantidad y los 14.720 millones de euros
que registra el saldo acumulado de enero a junio de la balanza por
cuenta corriente y de capital. Y en los meses de mayo y junio el ahorro
de las familias y las empresas fue superior al déficit –cualquiera que
haya sido- del conjunto del sector público.Pulse para ampliar
Cuadro 3 Fuente: Banco de España
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El sector privado, zaherido, acribillado a impuestos, ha reaccionado en
parte porque no ha tenido más remedio, mientras el Sector Público, "lo
peor de lo peor", continúa sin querer hacer el ajuste en el gasto que
España necesita. Si lo hiciera, y una vez saneado y recapitalizado el
sistema financiero, habríamos alcanzado el punto de inflexión que
permitiría que nos volvieran a financiar desde el exterior y que las
restricciones de crédito se suavizaran. En este sentido, las noticias
sobre las peticiones de algunas autonomías al Fondo de Liquidez que va a
crear el Estado son muy malas, porque da la impresión de que las
cantidades que solicitan son superiores a las que se deducirían de la
suma de sus renovaciones de créditos y de los déficits acordados (en los
Consejos de Política Fiscal y Financiera) del 1,5% del PIB de cada
autonomía, que serían las cantidades lógicas.Pulse para ampliar
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