28 agosto, 2012

Los demonios andan sueltos


Los demonios andan sueltos

Pablo Hiriart

La amenaza de un “estallido social” si el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación valida el triunfo obtenido en las urnas por Enrique Peña Nieto es uno de los actos más frívolos y desleales que se hayan registrado contra el país en los últimos tiempos.
 
En México estamos viviendo un estallido de violencia de parte de grupos criminales y de fuerzas de seguridad “del gobierno”, que responden a mandos ajenos al interés de la República.
 
Las llamas ya están en las calles. ¿No las ven?

 

Aún no sabemos qué ocurrió el viernes en Morelos. La única certeza es que miembros de la Policía Federal acribillaron un coche de la embajada de Estados Unidos, con placas diplomáticas.


Ésas son ganas de dañar al país, desde la policía de élite del gobierno.


La falta de información da lugar a las conjeturas, y ninguna es tranquilizadora.


Los demonios, los del narco y los de García Luna, andan sueltos.


El fin de semana se dieron bloqueos con autobuses y coches en llamas en Jalisco y aún no sabemos por qué ocurrieron.


El diario Reforma dio como noticia principal del domingo que esos ataques del narco se debían a la captura de El Mencho, líder del cártel de Jalisco.


Las autoridades federales desmintieron que haya sido detenido El Mencho. Entonces, ¿quién filtró a Reforma ese dato falso y con qué intención?


Vamos más allá: esos levantamientos en distintos puntos de Jalisco ¿fueron alentados por quién? ¿Por grupos de narcos? ¿Sí?


¿O los levantamiento los armaron policías federales, aliados al narco, para presionar por el caso Morelos?


El abogado de los federales detenidos en Morelos informó que éstos han sido interrogados por personal de la embajada de Estados Unidos.


¿En qué lío estamos metidos? No hay quien explique.


El domingo por la noche circuló la noticia a través de distintos medios, entre ellos la agencia estatal Notimex, de que en Luvianos, Estado de México, se registró un enfrentamiento entre fuerzas del gobierno y miembros del cártel de La Familia Michoacana que dejó un saldo de más de 30 muertos.


La misma noche del domingo el gobierno del Estado de México desmintió la noticia. ¿Quién inventó esa batalla? Alguien, o grupos, que tienen credibilidad para que la versión fuera aceptada como buena por medios de comunicación generalmente serios.


En la autopista Siglo XXI, de Guerrero, fueron arrojados once cuerpos con huellas de tortura. Y fueron lanzados ahí para que se vieran.


El estallido de violencia ya está. Y querer medrar de la vulnerabilidad del país en estas horas difíciles es una deslealtad.


Al fuego real le arman uno con el SME, los restos del #132 y la CNTE por una elección que perdieron por más de tres millones 200 mil votos.


No se vale.

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