Por Steve Gutterman
MOSCU.- Vladimir Putin dijo una vez que gobernar
Rusia era como ser "un esclavo", pero cuatro yates, palacios, aviones,
riquezas y otros lujos que vienen con el cargo explican, según sus
opositores, la reticencia del "nuevo zar" a dejar la presidencia.
En un informe titulado irónicamente "La vida de un
esclavo de las galeras", que incluye la lista de 58 aeronaves y 20
viviendas equipadas con opulencia digna de un zar, el líder opositor
Boris Nemtsov denunció los lujos de Putin como "una cínica bofetada" a
los millones de rusos que apenas logran sobrevivir.
Entre los detalles que más saltan a la vista, el
informe destaca los 75.000 dólares que costó el baño del jet
presidencial. A partir de fotografías, también contabiliza un total de
11 lujosos relojes en la muñeca del jefe de Estado, valuados en 700.000
dólares.
El Kremlin, que siempre trató de mostrar al presidente
como un hombre de gustos sencillos y amante de los deportes populares y
las actividades al aire libre, no ha respondido al informe.
Putin, de 58 años, que declara ingresos personales de
alrededor de 115.000 dólares anuales (apenas un cuarto de los de Barack
Obama), siempre ha negado los rumores que señalan que amasó una
cuantiosa for-tuna personal. El informe de Nemtsov no menciona el tema,
pero en sus 32 páginas ilustra el modo en que, desde su llegada al poder
en el año 2000, el ex agente de la KGB ha ampliado los lujos y
privilegios propios de su cargo. El informe tiene por objeto reavivar
las tímidas protestas lanzadas por la oposición frente a la reciente
reelección de Putin por otros seis años.
"Una de las principales razones por las que Putin se
aferra al poder es la atmósfera de riqueza y de lujos a la que se ha
acostumbrado", escribieron Nemtsov y su coautor, Leonif Martynyuk.
"En un país donde más de 20 millones de personas apenas
logran llegar a fin de mes, la vida de lujos del presidente es una
cínica bofetada a la sociedad rusa." "No estamos dispuestos a
soportarlo, de ninguna manera", sentenció el informe.
El pueblo ruso está históricamente acostumbrado a las
extravagancias de sus gobernantes, desde los zares hasta los comisarios
políticos soviéticos.
Sin embargo, estos nuevos detalles llegan en un pésimo
momento para Putin, que viene de enfrentar las mayores protestas de sus
12 años en el gobierno, protagonizadas mayormente por la clase media
urbana y liberal, que ahora intenta extender el alcance de su
indignación.
El texto del informe viene acompañado de fotografías de
lujosas viviendas, aviones, helicópteros, autos y relojes, y completa
la información citando como fuente a los medios de prensa rusos.
Residencias y aeronaves
Desde que Putin llegó por primera vez al poder, en
2000, se agregaron nueve residencias nuevas a las que el presidente
tiene a su disposición.
Al igual que los 15 helicópteros, las otras 43
aeronaves disponibles para el uso de Putin incluyen un Airbus, dos jets
ejecutivos Dassault Falcon y un avión de línea Ilyushin Il-96, cuya
cabina de 18 millones de dólares fue acondicionada por joyeros, y cuyo
baño, según el informe, costó alrededor de 75.000 dólares.
Para un hombre que, en 2008, comparó las tareas de su
cargo con las de un esclavo, la flota de yates de lujo del Kremlin se
asemeja más al estilo de vida de los magnates rusos de alto perfil, los
llamados "oligarcas".
El yate, de 53,7 metros y exclusivo diseño interior, pileta, spa, cascada y cava de vinos, queda relegado al segundo puesto.
"La verdadera joya de la flotilla del Kremlin", dice el
informe, es un yate de cinco cubiertas con hidromasaje, parrilla,
columnata de madera de arce y un inmenso baño revestido en mármol. Por
su parte, la residencia de descanso de 930 hectáreas sobre el lago
Valdai, noroeste de Rusia, tiene sala de cine, bowling y una "capilla
presidencial", indica el informe.
También señala que una casa de tres pisos, poco
conocida, cercana a Saratov, sobre la ribera del Volga, al sudeste de
Moscú, está equipada con candelabros alemanes y mobiliario italiano, y
tiene sala de billar, jardín de invierno, pileta y sauna.
Aunque no se ocupa directamente de la fortuna personal
de Putin -el presidente una vez rechazó las referencias a su
multimillonaria fortuna calificándolas de mocos de los periodistas de
Occidente-, el informe es un desafío flagrante a la imagen que Putin
ofrece de sí mismo, como un modesto servidor público, y lo pinta como
una figura cercana al emperador romano Nerón, insensible a los
persistentes problemas de su país.
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