"Queremos que nos devuelvan nuestro país". "Este país es nuestro". "Nosotros hicimos este país"...¿Ante quién hablan los convencionistas republicanos? ¿Ante el miedo a "los otros", ante nadie en específico pero contra todos los que son diferentes, ante quien les ganó la Presidencia con todas las de la ley, es una especie de xenofobia, de aversión a la diversidad?
No hay dudas que puedan caber en esto. Estados Unidos no está secuestrado, es de todos sus ciudadanos y ha sido (y es) construido por inmigrantes. Es lo que es gracias a la diversidad social. El choque que causó la llegada a la Casa Blanca de un presidente negro no ha sido superado cuatro años después, la derechización de la oposición al primer mandatario se exacerbó, se recorrió hasta su extremo más ultra y tras ello se erigió un muro en el Congreso, un recalcitrante "No" a las iniciativas de un gobierno ciertamente compasivo, democrático y justo. Encima también se desató la satanización de los inmigrantes... y no ha parado.
La jauría se lanzó contra los más vulnerables, los grupos minoritarios (como siempre, como en cada ciclo en que vuelven los fantasmas del pasado más vergonzoso de esta nación: los demonios del racismo, del odio y el miedo y la intolerancia) y pero, si cabe, con más saña contra los más vulnerables entre los vulnerables: los trabajadores indocumentados. La convención republicana se ha caracterizado por enarbolar esos reclamos en contra del presidente Barack Obama. Se volvió cónclave de personajes antiinmigrantes.
Para decirlo con llaneza y señalar lo más elemental de la actualidad ha sido la sede de los más reacios a vivir en paz en una sociedad multicultural, donde a las mujeres les sean respetados sus derechos individuales, a los homosexuales su derecho a preferir, donde sea más equilibrado y justo el pago de impuestos, donde se reconozcan las aportaciones de los inmigrantes trabajadores que aún no tienen documentos. Una sociedad, en suma, donde se erradique la polarización convenenciera y se aprenda a respetar al prójimo.
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Cita de lo que no se dijo en la convención (donde lo no dicho lo dice todo y donde se señala la gran ausencia que ciertamente se volvió una presencia que recorrió la convención):
"Tal vez lo más notable de esta convención, de los discursos y los mensajes, es el silencio absoluto sobre quién estaba en el gobierno cuando estalló esta gran crisis cuyas consecuencias ahora asignan a Obama. Nadie menciona el costo de las guerras, ni que el gobierno republicano de George W. Bush generó el enorme déficit del presupuesto, al pagar billones por dos guerras mientras recortaba impuestos a los más ricos.
Más aún, Bush creó lo que ahora es la nueva burocracia más grande del gobierno: el Departamento de Seguridad Interna. Pero Bush no está aquí (sólo estuvo presente en un video que se transmitió esta noche). Pero la narrativa republicana es apostar a la amnesia, y trasladar los costos de esta crisis al gobierno que la heredó (aunque no faltan críticas de cómo los demócratas han manejado la crisis)". David Brooks, La Jornada (diario mexicano), 30 de agosto.
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