27 agosto, 2012

Obama y su Congreso: Provocando otra recesión

Dr. J.D. Foster



Alrededor de 1.6 millones de empleos americanos penden de un hilo. Esa es la evidente conclusión del análisis contenido en la actualización presupuestaria anual de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO).

Junto con todo tipo de nefastos y deprimentes datos presupuestarios que reflejan la política de actuación económica y presupuestaria del presidente Obama hasta la fecha, la CBO proporciona su valoración de lo que podría suceder si el presidente y el Congreso se quedan de brazos cruzados y no desactivan las amenazas del “Armagedón Fiscal” y la ruina fiscal. La respuesta es bastante sencilla: una recesión.
Como tan diplomáticamente expone la CBO, “tal ajuste fiscal conducirá a una situación económica en 2013 que probablemente se considerará como una recesión”.
El “Armagedón Fiscal” es la subida de impuestos de $500,000 millones programada para que entre en vigor el 1 de enero, mientras el precipicio fiscal consiste en el “Armagedón Fiscal” más varias reducciones del gasto, entre ellas el secuestro de fondos heredado de las desastrosas negociaciones que condujeron hasta la ley de Control Presupuestario de 2011.
Según el análisis de la CBO, si el Congreso desactiva el “Armagedón Fiscal” y la ruina fiscal, entonces la economía crecerá un tímido 1.7% en 2013 y la tasa de desempleo permanecerá estancada en torno al 8%. Pero si el presidente Obama y el Congreso juegan a medir sus fuerzas en el asunto del “Armagedón Fiscal” y no actúan, entonces la economía se contraerá un 0.5% y la tasa de desempleo se disparará hasta el 9.1%, lo que supondría acercarse a casi la mitad del máximo de la pasada recesión.
Olvídese de los porcentajes, ¿qué significa eso en pérdida de empleos reales si el presidente Obama y el Congreso no actúan? Significa que casi 1.6 millones más de americanos estarán sin trabajo, además de los 12.8 millones que ahora mismo quieren trabajan pero no encuentran un empleo.
Casi todas las escuelas de economía relevantes, desde el keynesianismo puro del presidente hasta las ideas neoclásicas del lado de la oferta, más o menos exponen lo mismo al respecto: Subir los tipos impositivos en una economía débil da como resultado una economía más débil. Desde luego, no es algo que sea terriblemente complicado de entender.
La buena noticia es que la Cámara de Representantes ha aprobado un proyecto de ley que impide una gran parte del “Armagedón Fiscal”. El Senado también ha aprobado un proyecto de ley, aunque mucho menos adecuado. Pero ambos forman la base de un buen producto final.
La otra buena noticia es que el Congreso tendrá tiempo tras el receso de agosto para evitar el riesgo económico que prevé la CBO. Hablar del 2013 y de la reforma tributaria es peligroso, pero esperar a una sesión con un gobierno saliente tras las elecciones lo es todavía más, pues la normativa resultante sería probablemente peor.
Sin embargo, es probable que entre ambos nos aseguren una recesión, algo de lo que este Congreso y este presidente sin duda serán culpables. El presidente Obama y su Congreso no hicieron su trabajo de impedir el “Armagedón Fiscal” durante el verano, pero aún hay tiempo, aunque no mucho.

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