AP
Los republicanos nominaron el martes oficialmente al ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney
como su candidato a la presidencia, culminando una prolongada elección
interna y preparando el escenario para un cerrado enfrentamiento con el
presidente Barack Obama.
El público estalló en una gran ovación cuando Romney ingresó al estrado y abrazó y besó a su esposa de más de 40 años.
“Este hombre no les fallará”, repitió Ann Romney, defendiendo la ética de su esposo, en un discurso estelar que resonó como una conversación de corazón a corazón entre mujeres y por momentos como un testimonio sobre el aspecto cálido poco conocido de su esposo.
Durante el pase de lista de los estados, Nueva Jersey dio a Romney los votos suficientes y, con ello, el premio que se le escapó hace cuatro años. Está planeado que el candidato acepte la nominación de su partido en un discurso que dará el jueves por la noche.
Los electores republicanos coquetearon con un carrusel de aspirantes del Partido Republicano antes de quedarse con Romney, quien de hecho aseguró la nominación en mayo tras una serie de asambleas partidistas locales y elecciones primarias.
Todos sus ex rivales de la elección primaria lo han apoyado, a excepción del legislador por Texas, Ron Paul.
Paul no recibió suficiente apoyo para que su nombre apareciera en la nominación, aunque obtuvo 190 votos en el pase de lista. Romney recibió 2.061 votos, muy por encima de los 1.144 necesarios para obtener la nominación.
El ex senador porPensilvania
Rick Santorum recibió nueve votos, mientras que el ex gobernador de
Utah Jon Huntsman, la representante Michelle Bachmann y el ex gobernador
de Luisiana Charles Roemer recibieron uno cada uno.
Las convenciones de los partidos son los acontecimientos que se siguen más de cerca en la campaña porque permiten a los candidatos exponer directamente sus puntos de vista ante millones de televidentes y marcan el inicio de la recta final en la maratónica carrera presidencial.
La reunión de los republicanos, previa a la Convención Nacional Demócrata que se realizará la semana próxima en Charlotte, Carolina del Norte, se produce mientras las encuestas de opinión muestran una contienda casi pareja, en la que cada candidato tiene distintas e importantes ventajas: Obama es el líder que gusta o simpatiza más; Romney es un ex empresario visto más como el candidato que puede arreglar la economía.
Ann Romney salió al escenario y pronunció un contundente discurso sobre el carácter y valores de su esposo –una jugada para ganar el determinante voto de las mujeres– en un discurso diseñado para presentar al país a un hombre que ella conoce mejor que nadie.
“¡Las amo mujeres! Y escucho sus voces”, dijo la esposa de Romney, ataviada en un vestido rojo con cinturón mientras al fondo aparecían en una pantalla gigante fotografías en blanco y negro de su familia.
El público estalló en una gran ovación cuando Romney ingresó al estrado y abrazó y besó a su esposa de más de 40 años.
“Este hombre no les fallará”, repitió Ann Romney, defendiendo la ética de su esposo, en un discurso estelar que resonó como una conversación de corazón a corazón entre mujeres y por momentos como un testimonio sobre el aspecto cálido poco conocido de su esposo.
Durante el pase de lista de los estados, Nueva Jersey dio a Romney los votos suficientes y, con ello, el premio que se le escapó hace cuatro años. Está planeado que el candidato acepte la nominación de su partido en un discurso que dará el jueves por la noche.
Los electores republicanos coquetearon con un carrusel de aspirantes del Partido Republicano antes de quedarse con Romney, quien de hecho aseguró la nominación en mayo tras una serie de asambleas partidistas locales y elecciones primarias.
Todos sus ex rivales de la elección primaria lo han apoyado, a excepción del legislador por Texas, Ron Paul.
Paul no recibió suficiente apoyo para que su nombre apareciera en la nominación, aunque obtuvo 190 votos en el pase de lista. Romney recibió 2.061 votos, muy por encima de los 1.144 necesarios para obtener la nominación.
El ex senador por
Las convenciones de los partidos son los acontecimientos que se siguen más de cerca en la campaña porque permiten a los candidatos exponer directamente sus puntos de vista ante millones de televidentes y marcan el inicio de la recta final en la maratónica carrera presidencial.
La reunión de los republicanos, previa a la Convención Nacional Demócrata que se realizará la semana próxima en Charlotte, Carolina del Norte, se produce mientras las encuestas de opinión muestran una contienda casi pareja, en la que cada candidato tiene distintas e importantes ventajas: Obama es el líder que gusta o simpatiza más; Romney es un ex empresario visto más como el candidato que puede arreglar la economía.
Ann Romney salió al escenario y pronunció un contundente discurso sobre el carácter y valores de su esposo –una jugada para ganar el determinante voto de las mujeres– en un discurso diseñado para presentar al país a un hombre que ella conoce mejor que nadie.
“¡Las amo mujeres! Y escucho sus voces”, dijo la esposa de Romney, ataviada en un vestido rojo con cinturón mientras al fondo aparecían en una pantalla gigante fotografías en blanco y negro de su familia.
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