06 agosto, 2012

Va a arder México

Va a arder México

Cae por tierra el rumor de una eventual mudanza del Presidente a España; tiene poderosas razones para preferir EU.

José Cárdenas
El Presidente de la República prepara maletas. Dejará el país para poner distancia a posibles reclamos y cobro de facturas.
Ofertas no le faltan.
Según informó The Dallas Morning News, Felipe Calderón evalúa propuestas de universidades como Stanford, Harvard, Georgetown y Austin.

El corazón presidencial late más por Texas. Ya se reunió en varias ocasiones con el  director de la Universidad de Austin… y todo estaría “planchado” para comenzar una decente vida docente.
De confirmarse esta versión, que no ha sido desmentida, cae por tierra el rumor de una eventual mudanza a España. El Presidente tiene poderosas razones para preferir Estados Unidos.
La primera es la relación con los círculos internacionales de influencia de aquel país que le permitirían seguir la ruta de Ernesto Zedillo, hoy director del Centro Yale para Estudios de la Globalización.
Otra razón es la cercanía con México. Felipe Calderón “se va pero no se va”. Su activismo en la renovación panista demuestra que no piensa dejar la política. Se aleja obligado por las circunstancias, pero promete volver para echar —otra vez— al PRI de Los Pinos.
La tercera y más poderosa razón es su red de alianzas en Washington para impedir que fructifique cualquier acusación por los 50 mil muertos de la guerra contra el crimen y sus daños colaterales. Enjuiciar a un aliado representaría para EU un desgaste innecesario. El Poder Judicial estadunidense no goza de absoluta independencia y su actuación suele ser influenciada por las implicaciones de sus fallos en asuntos vinculados a la política exterior.
Tampoco hay que perder de vista el antecedente de Ernesto Zedillo, quien fue objeto de una demanda civil por delitos de lesa humanidad por el caso Acteal, y ante la cual obtuvo el apoyo incondicional de la administración calderonista… que no fue por casualidad.
En cambio, si Felipe Calderón decidiera establecerse en España, padecería una amenaza permanente. Podría encontrar a un juez implacable —como Baltasar Garzón— que decidiera hacer justicia a las víctimas de la violencia en México… algo así como lo ocurrido con el dictador chileno Augusto Pinochet.
MONJE LOCO: En México se está formando la tormenta perfecta con la concurrencia de muchos factores de perturbación. Aislados no significan mayor peligro pero acoplados forman un conjunto de terror. En el barómetro de esta columna podemos anticipar la llegada del “padre de todos los huracanes” para la segunda quincena del mes. Tocarán tierra los vendavales soplados por el colectivo #YoSoy132, los reguetoneros de cada fin  de semana; los inconformes de todos colores y sabores… y por supuesto los grupos de la “sociedad civil” debidamente cultivados por la protesta crónica de López Obrador. A todo este conjunto de elementos tempestuosos se sumarán los rechazados de la educación superior, quienes con el incuestionable pretexto de la educación frustrada, serán presa fácil para aumentar las filas del golpeteo disfrazado de “movimiento social”. Otro factor en la tempestad perfecta que viene será el fallo del Tribunal Electoral, cuyos magistrados difícilmente se tragarán la propaganda disfrazada de prueba… y la orden lopista para instaurar una presidencia interina. ¿Va a arder Troya? No, va a arder México.

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