24 septiembre, 2012

¿Cabe Romero Deschamps?

José Cárdenas
En memoria de Javier Ibarrola,
periodista, maestro… y amigo.
Quienes buscan en las evidencias de cada día la existencia real o propagandística del nuevo PRI, podrían revisar las recientes declaraciones de Manlio Fabio Beltrones.
El líder de la bancada tricolor en la Cámara de Diputados propone tirar al bote de la basura el viejo tabú dogmático de la mitología petrolera… ¿y todo lo demás que haga falta? Beltrones ha respaldado la conveniencia de combinar el esfuerzo del Estado con la inversión privada, nacional y extranjera, sin ceder una gota de la propiedad del petróleo. Adelanta que el nuevo gobierno promoverá una reforma al sector energético para abrir el sector.


Si el nuevo gobierno está dispuesto al debate nacional sobre nuestro divino tesoro, de una vez se debería revisar el expediente del líder del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps, quien otra vez derrama nuestra bilis. Sí, ese mismo personaje nos pide no magnificar, no exagerar, no engrandecer la explosión de la planta gasera de Reynosa, Tamaulipas: “No tenemos por qué maximizar un evento que no lo merece”.
Total, 30 o más trabajadores muertos y cuatro decenas de heridos no son como para quitarle el sueño a nadie… menos, a él, quien ha sobrevivido con bastante “fortuna” a tres inquilinos de Los Pinos que nada pudieron o nada quisieron hacer contra la mafia del dizque sindicalista impuesto por Carlos Salinas de Gortari.
El ex dirigente del sindicato petrolero, Joaquín Hernández Galicia, defenestrado por el salinismo, sacó el rencor para (des)calificar a Romero Deschamps como “el empleado y padre de la corrupción”… y lo culpó de vender plazas, favorecer la adjudicación de contratos y tener notables favoritismos… y la lengua de La Quina no se hizo chicharrón… hasta le dijo “homosexual”, como si eso fuera un insulto.
Hernández Galicia dijo, además, que “los problemas y deficiencias que aquejan el sano desarrollo de la paraestatal han sido resultado de las prácticas corruptas de Carlos Romero, mismas que han convertido a Pemex en una industria totalmente podrida”.
Única pregunta: ¿Cabe un líder como Romero Deschamps en los planes energéticos del nuevo gobierno? Pues si no cabe, lo han hecho caber. El señor Romero es un notorio senador del PRI en el nombre del nuevo corporativismo de la modernidad globalizada.
Ni una palabra se ha dicho sobre los negocios de Pemex en Santiago de Compostela, España… nada sobre los hoteles flotantes (floteles) en los cuales bien se habrá cuidado la empresa de ofrecerle sigilosa participación  al sindicato, en un negocio de 380 millones de dólares.
–¿A cambio de minimizar una tragedia mayor?
MONJE LOCO: Paul David Hewson, alias Bono, recibirá en Nueva York la Orden Mexicana del Águila Azteca de manos del presidente  Calderón. ¿El vocalista líder del grupo rockero U2, célebre por su activismo político —y sus anteojos negros—, la aceptará sin hacer referencia a las muertes y el horror que se vive en México? Ya nada más faltaría que Bono le diera “plancha” al presidente Calderón, como lo hizo en Sudáfrica Nelson Mandela, quien se negó a recibir personalmente la máxima condecoración que otorga a un extranjero el gobierno de México. Entre razones y pasiones, seguramente alguien muy bien informada nos lo contará algún día en la revista Quién.

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